Puede que SpaceX sea la que haya atraído todos los titulares en los últimos años; pero ese no es el único proyecto espacial nacido gracias al CEO de una empresa tecnológica. No podemos olvidarnos de Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, fundador de Amazon y hombre más rico de la historia. Él también tiene un sueño de cohetes reutilizables que lleven al ser humano más allá.
A partir de ahí, los objetivos son diferentes. Mientras que Elon Musk no ha ocultado su deseo de llegar a Marte, Bezos se ha puesto una meta inicial más factible: la Luna. De esta manera, coincide con los deseos de la mayoría de las potencias mundiales, que han iniciado planes para volver a poner astronautas en la superficie de nuestro satélite. EEUU, por ejemplo, quiere volver a la Luna en el 2024, una tarea difícil que precisará la ayuda del sector privado.
La nave para ir a la Luna del fundador de Amazon
Ahora, Bezos ha presentado su solución para esta misión: Blue Moon, un “aterrizador lunar”para llevar al ser humano a la Luna. Se trata de una gran nave, que será capaz de llevar entre 3.6 y 6.5 toneladas de carga a la superficie lunar, dependiendo de la configuración; desde materiales hasta experimentos científicos, y por supuesto, astronautas. Bezos afirma que es capaz de transportar cuatro “rovers”, vehículos sonda, a la vez.
Aunque hoy ha sido su presentación oficial, en realidad lleva tres años en desarrollo, junto con el cohete que la moverá, el nuevo BE-7. Este cohete consigue un empuje de 4.500 kilogramos, y será el encargado de llevar la nave hasta la superficie lunar. Llama la atención que usa hidrógeno líquido, porque Blue Origin espera que se pueda obtener este combustible directamente del agua presente en la Luna; por lo tanto, en teoría sería posible reutilizar estos cohetes repostándolos en la Luna. Aún está en desarrollo, pero se espera que este mismo verano inicie las primeras pruebas de encendido.
El Blue Moon puede ser usado tanto para transportar sondas (hasta cuatro a la vez), como material para experimentos científicos o para construcción. Pero lo más llamativo sin duda es que es capaz de transportar astronautas, ya que permite la instalación de una etapa ascendente; es decir, que una vez que los astronautas terminen su misión, podrán despegar directamente desde este aterrizador.
El futuro, más allá de la Luna
Aún no se sabe cuándo Blue Moon llegará a la Luna; pero Blue Origin ya tendría planes para ello, incluso llegando a marcar el punto en el que quieren aterrizar primero: el cráter Shackleton en el polo sur, donde hay abundancia de hielo de agua. Eso puede ser clave para mantener una colonia lunar, tanto para el consumo como para producir combustible para los cohetes.
Pero Bezos tiene ideas incluso más futuristas. Ha llegado a afirmar que le gustaría crear los llamados cilindros de O’Neill, colonias espaciales gigantescas, que generan su propia gravedad y permitirían el alojamiento de millones de personas en el espacio. Pero hasta él mismo reconoce que los avances que está consiguiendo probablemente servirán más para “inspirar generaciones futuras”. Blue Moon, en cambio, es un proyecto mucho más cercano y del que probablemente hablaremos mucho.