El uso de sistemas de propulsión alternativos para los grandes barcos y buques se ha convertido en una de las prioridades de los astilleros de todo el mundo. Ya se tiene constancia de algunos proyectos en los que han participado ingenieros navales de España que buscan regresar a los orígenes de las embarcaciones de vela como un método de ahorro de combustible.
Las medidas anticontaminación cada vez más restrictivas junto con la imperiosa necesidad de rebajar los consumos han despertado el interés por ese tipo de propulsiones híbridas entre la vela y el diésel. Uno de los últimos proyectos que se han presentado al respecto viene de la mano de Michelin, la gigante de los neumáticos francesa, anunció hace unos días su proyecto Wisamo.
Wisamo proviene del acrónimo Wing Sail Mobility y tiene como objetivo protagonizar los barcos mercantes y de ocio del presente y del futuro. Desde portacontenedores como el que tuvo el incidente en el Canal de Suez a los grandes petroleros que transportan millones de litros en cada viaje.
Vela inflable
El sistema Wisamo está compuesto de una vela inflable y telescópica con todos los sistemas totalmente automatizados y pensados para poder protagonizar las cubiertas tanto de buques mercantes como embarcaciones de recreo. Esa vela permite "aprovechar el viento, fuente de propulsión gratuita, universal e inagotable" que tan lejos ha permitido llegar desde hace muchos siglos.
Uno de los apartados más cuidados ha sido el diseño una vez inflada la vela, gracias al cual permite reducir considerablemente el consumo de combustible y, a su vez, generar un impacto positivo al medioambiente al reducir la emisión de gases contaminantes respecto a un barco tradicional.
Gracias a que son inflables, las velas pueden hincharse o deshincharse a discreción de la tripulación que también podrá orientarlas según las necesidades del momento y así obtener el máximo potencial.
Según la propia Michelin, el diseño de sus velas está especialmente pensado para resistir condiciones meteorológicas adversas como tormentas y que el cuerpo inflado es capaz de absorber todos esos envites. Pero también abre la posibilidad a que se puedan retraer muy rápidamente si las condiciones son realmente complicadas y así esperar a que amaine para volver a desplegarlas.
"El mástil del telescopio es retráctil, lo que facilita que un barco pueda entrar a los puertos y pase por debajo de puentes", recalcan desde Michelin. "En total, el sistema puede mejorar la eficiencia de combustible de un barco hasta en un 20%". Nada mal si tenemos en cuenta que los motores de los barcos encadenan meses trabajando de forma continuada.
Además de las nuevas embarcaciones, Wisamo se puede instalar en las ya existentes como un extra para ahorrar combustible. Por el momento, han construido una vela de 100 metros cuadrados para realizar como banco de pruebas y planea rematar el proceso de comprobaciones en un velero a lo largo de este año. A partir de ese momento, Wisamo se instalará en la cubierta de un buque mercante en 2022 para realizar una segunda tanda de test.
Velas de este siglo
Más allá de los tradicionales veleros, este sistema de propulsión está cogiendo un peso muy importante de cara a la navegación del futuro. Los proyectos que han ido saliendo en los últimos años apuestan por un método híbrido siempre teniendo el apoyo de un motor a combustión por si el viendo deja de soplar o se necesitan realizar maniobras precisas.
El wPCC es uno de los más ambiciosos y cuenta con la participación de dos ingenieros españoles que estuvieron trabajando en el proyecto mientras recibían clases en la universidad sueca donde se encontraban realizan el máster. Por el momento, el wPCC es un concepto de barco que emplea 5 velas totalmente orientables para poder aprovechar el empuje del viento. Pero, en lugar de ser inflables como las de Michelin, se podían replegar de forma telescópica.
Ya en el terreno de los yates de lujo, en los últimos meses también han aparecido algunos con una gran apuesta por el viento con un formato alejado del tradicional velero. Por ejemplo, uno de 450 toneladas que emplea una cometa para impulsarse o un crucero para 200 personas con hangares con el espíritu de un galeón.
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