Cómo se mide la temperatura del volcán: la información que revela la termografía
La termografía está siendo una técnica clave para el estudio de la evolución de las fisuras del volcán y también el avance de las coladas de lava que van hacia las poblaciones.
24 septiembre, 2021 01:51Noticias relacionadas
El despliegue tecnológico para el seguimiento del volcán Cumbre Vieja de La Palma está siendo extraordinario. De los datos recogidos por los sensores y del saber hacer de los científicos desplegados por toda la isla dependen las previsiones que marcan el compás de las evacuaciones, regresos y de la toma de decisiones en general.
Además de la necesidad de conocer la concentración del gas dióxido de azufre, que es elemental para estudiar la evolución del volcán, el empleo de la termografía está siendo el otro pilar principal sobre el que se asientan todas las predicciones científicas. Conocer el calor que se desprende de toda la zona volcánica y estudiar su evolución permite identificar nuevas zonas eruptivas que de otro modo son imposibles de detectar.
Esta tecnología es de sobra conocida por el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), que lleva muchos años empleándola en los diferentes volcanes que tienen catalogados en las islas y ya la ha aplicado en otras ocasiones; como en su participación científica en la erupción del volcán Fogo (Cabo Verde) en 2014.
El termómetro del volcán
La tecnología detrás de la termografía no es realmente novedosa. Para realizarla se emplean sensores infrarrojos que no son otra cosa que cámaras capaces de detectar ese espectro electromagnético tan acotado. "Se basa en el mismo principio que las gafas de visión nocturna que utilizan en el ejército", ha contado a EL ESPAÑOL - Omicrono Arnau Folch, vulcanólogo del Instituto de Geociencias Barcelona dependiente del CSIC.
El espectro infrarrojo está comprendido por la radiación en forma de calor que emite cualquier objeto. Aplicado a la erupción volcánica de La Palma, los sujetos a estudiar son los penachos -los materiales proyectados hacia la atmósfera- y las diferentes coladas de lava que se han generado desde el pasado domingo.
Los sensores que emplea INVOLCAN son capaces de detectar esa radiación infrarroja y proporcionar a los científicos una medida en grados centígrados. Georreferenciando esos datos de temperatura, que se pueden tomar a kilómetros de distancia, y colocándolos en un sistema de información geográfica se pueden crear mapas de calor. Que luego se pueden superponer para conocer cómo ha ido evolucionando en los últimos días.
El mejor ejemplo de esta tecnología se ha podido desde que arrancó la pandemia y los controles de acceso se llenaron de vigilantes de seguridad con termómetros infrarrojos en las manos. O incluso en sistemas automatizados en los aeropuertos compuestos de cámaras infrarrojas que todavía hoy miden uno a uno la temperatura corporal de los pasajeros que pasan por delante.
"Gracias a las imágenes obtenidas por la termografía se puede ver el tamaño y la distribución de las fisuras por donde sale la lava", prosigue Folch. Algo que a simple vista es realmente complejo. "Ayuda a completar la información que recogen las cámaras del espectro visible".
Por tierra y aire
Al igual que ocurre con la medición del dióxido de azufre, para las labores de toma de datos de termografía se está empleando tanto medios terrestres como aéreos. Los primeros están comprendidos por diversas estaciones que INVOLCAN ha colocado en lugares estratégicos desde los que tomar imágenes termográficas puntualmente y transmitirlas de forma inalámbrica a los centros de mando.
También se están llevando a cabo mediciones a pie de los frentes de las coladas de lava que proporcionan una idea de la temperatura exterior de la roca fundida que ya ha sepultado pueblos enteros.
Aunque sin duda la perspectiva más preciada por los científicos es la aérea gracias al que las mediciones se pueden obtener de zonas totalmente inaccesibles a pie o en vehículo. Precisamente para este fin, el pasado sábado se incorporó a las labores de vigilancia un avión Cessna Skymaster del Ministerio para la Transición Ecológica que normalmente se utiliza para la coordinación de los medios en los incendios forestales, pero que gracias a su cámara infrarroja integrada está siendo de gran ayuda para los científicos.
También desde el aire, un helicóptero del Grupo de Emergencias y Salvamento del Gobierno de Canarias se está empleando como centro de recopilación de datos termográficos improvisado. En este caso, un técnico realiza mediciones infrarrojas del volcán empleando una cámara de mano a centenares de metros o incluso kilómetros de distancia respecto al foco.