En los últimos años, compañías tecnológicas y armadores navales de todo el mundo están volcados en desarrollar soluciones sostenibles para reducir las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que generan cruceros como los que cada año pasan por las costas de España. Son compañías como la noruega Ulstein, que acaba de desvelar el diseño conceptual de Thor, un buque de exploración que también puede utilizarse como central eléctrica para recargar cruceros en alta mar que funcionen con grandes bancos de baterías.
Un solo crucero emite tanto CO2 como 12.000 coches, según un reciente estudio realizado por investigadores de las universidades de Exeter y Gerona. Es algo que afecta a nivel global, pero que se hace especialmente delicado cuando hablamos de cruceros que se adentran en zonas tan frágiles como las regiones polares, que gozan de alta protección medioambiental.
Los cruceros que navegan por el Ártico y el Antártico deben hacer frente a normativas gubernamentales cada vez más estrictas y a la presión de grupos ecologistas como Greenpeace. Otro inconveniente añadido que implican los mares helados es la dificultad para el reabastecimiento fuera de los puertos, una operación muy cara que además puede contaminar gravemente la zona circundante.
Exploración y recarga
Thor está diseñado para operar en mares polares y para llevar a cabo misiones de investigación y rescate sin necesidad de repostar, pero también podría servir para recargar la próxima generación de cruceros de propulsión eléctrica. Para ello, este coloso de 149 metros de eslora cuenta con propulsión nuclear, además de plataformas para helicópteros, equipos de extinción de incendios, barreras de rescate, botes de trabajo, vehículos autónomos de superficie y drones aéreos, así como grúas, laboratorios y una sala de conferencias.
Teniendo en cuenta que Thor está diseñado para recargar los futuros cruceros, Ulstein también está trabajando en uno de ellos llamado Sif. Se trata de un buque de clase Ice 1C de 100 metros de eslora, con capacidad para 80 pasajeros y 80 tripulantes, que podría ser recargado en el mar por su "hermano mayor". Ambos barcos ofrecen una combinación perfecta para ofrecer cruceros de expedición silenciosos y sin emisiones a zonas remotas o especialmente protegidas.
"Aquí tenemos dos conceptos en uno para mostrar un camino más limpio, más seguro y más sostenible para los propietarios y operadores de cruceros, por no hablar de la navegación en general", aseguró en un comunicado de prensa Øyvind G. Kamsvåg, diseñador jefe de Ulstein.
Reactor de torio
El nombre de Thor, además de hacer referencia al dios nórdico del trueno, tiene que ver con el combustible nuclear que utiliza el buque. Así, el barco está diseñado a partir de un reactor portátil de sales fundidas (MSR) de cuarta generación alimentado por torio en lugar de uranio.
El torio, un material radiactivo más escaso que el uranio, se disuelve en una mezcla de sales que se calienta hasta 700 °C. Después, esa misma mezcla actúa como refrigerante y como contenedor del torio. Al tratarse de un reactor de sales fundidas, se encuentra bajo presión atmosférica y utiliza sistemas de refrigeración pasivos en caso de parada de emergencia. En ese sentido, si sucede algún evento de riesgo las sales se solidificarían y así se evitaría cualquier posibilidad de vertido radiactivo. Además, el reactor puede ser repostado y limpiado a través de un circuito químico.
"Los MSR tienen un enorme potencial para hacer posible una navegación limpia. Hay mucha incertidumbre sobre los combustibles del futuro, pero aquí tenemos una fuente de energía abundante que, con el enfoque adecuado, puede ser segura, mucho más eficiente, más barata y con una menor huella ambiental que cualquier alternativa existente", señaló Jan Emblemsvåg, profesor de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología y experto la generación de energía nuclear. "Se trata de la solución más viable, y potencialmente la única creíble, para una flota de emisiones cero que pueda operar en condiciones y niveles de coste comerciales".
Cada vez hay más defensores de la aplicación de la energía nuclear en la industria marítima. Por ejemplo, Samsung Heavy Industries se ha asociado con el Instituto de Energía Atómica de Corea para desarrollar reactores nucleares MSR, parecidos al que utilizará Thor. Por su parte, el gobierno canadiense ha llegado a un acuerdo con la empresa estadounidense NuScale para crear centrales nucleares marinas a partir de reactores modulares, mientras Rusia cuenta, entre otros, con un rompehielos de nueva generación de propulsión nuclear.
Hay proyectos más avanzados, como Earth 300, un superyate diseñado para realizar investigaciones científicas que utilizará un reactor nuclear de sales fundidas, un sistema desarrollado por la firma británica Core Power en colaboración con TerraPower, empresa de Bill Gates. Su fecha de puesta en marcha, a todas luces demasiado optimista, está prevista para 2025.
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