Ciudadanos empieza la campaña electoral en una situación de empate técnico con el PSOE, sin embargo ambas formaciones presentan tendencias opuestas. Pedro Sánchez retrocede 4,5 puntos en un mes y Albert Rivera da un salto adelante de 4,3. Así pues, la diferencia a favor de los socialistas (1,8 puntos), podría estar neutralizada de facto, pues los datos que han servido para elaborar el sondeo del CIS fueron recabados hace tres semanas.
El mapa político que arrojará el 20-D parece ya decidido en los extremos. El PP se mantiene primero, y con ventaja de un mínimo de ocho puntos que se presenta poco menos que insalvable para sus perseguidores. En el último año nadie le ha podido discutir la supremacía. Podemos, pese a una notable recuperación, queda desplazado definitivamente a la cuarta posición.
El segundo puede abrir la Moncloa
El foco, por lo tanto, se sitúa en la segunda plaza que, en función del número de escaños que obtenga el PP y del posterior juego de alianzas, podría valer la Presidencia del Gobierno. Por eso, los datos de este jueves han causado temor en las filas socialistas y desasosiego en las del PP. El PSOE obtiene su peor resultado en una encuesta del CIS de todo 2015 y, Ciudadanos, el mejor. Si Rivera desplazase al PSOE a la tercera plaza -un hecho sin precedentes-, Pedro Sánchez tendría los días contados como secretario general. Salvo que se convirtiera en vicepresidente de un gobierno de coalición encabezado por Rivera.
Por otra parte, al PP no le interesa que Ciudadanos sea segundo. Considera al partido de Rivera como un rival directo en el centro político y, por tanto, su consagración sería una seria amenaza para el futuro. Los populares entienden, además, que el peligro de una hipotética alianza para desplazar a Mariano Rajoy sería mayor si Rivera quedara segundo, pues en el caso de ser tercero tendría más complicado explicar su apoyo al PSOE.
Todos contra Albert Rivera
La encuesta del CIS, que coincide con el promedio de sondeos según el modelo basado en 15.000 simulaciones de EL ESPAÑOL, indica que la formación de Rivera no sólo recoge votos que antes iban al PP, sino también muchos que se dirigían al PSOE. Así las cosas, todo indica que populares y socialistas focalizarán su campaña contra Ciudadanos. Cuentan con la ventaja del último debate, el cara a cara entre Rajoy y Sánchez del 14 de diciembre, que puede ayudar a reforzar entre el electorado la idea del bipartidismo.
El quid de la cuestión ahora es saber si Ciudadanos ha tocado techo o mantendrá ese ascenso imparable que le ha llevado a pasar de una intención de voto del 3,1% en enero de 2015 al 19% actual. Le queda muy poco tiempo, pero si nuevas encuestas le confirmaran como segundo en la carrera, podría acariciar la idea convertirse en el voto útil del cambio a ojos de muchos electores, lo que se traduciría en un nuevo impulso hacia el milagro canadiense que convirtió al primero en tercero. Los dados de la última partida empiezan a rodar ahora.