Ignacio González va a tener que despejar ante un juez las sombras que cubren la compra de su ático de lujo en Estepona. Hasta ahora, el expresidente de la Comunidad de Madrid había tratado de despachar el asunto en los platós de televisión y en las emisoras de radio con intervenciones tan subidas de tono como pobres en argumentos. Pese a los gravísimos indicios en su contra, González ha querido presentarse como una víctima de periodistas y policías. A esa estrategia ya no le queda recorrido.
La Fiscalía Anticorrupción se ha dirigido este viernes al juez para que le cite como investigado. También a su esposa y al productor Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid. Y lo ha hecho tras incorporarse a la investigación las grabaciones de la conversación mantenida por González con los comisarios Enrique García Castaño y José Manuel Villarejo. En la cinta se escucha al exdirigente popular pedir a los policías que le ayuden a tapar el escándalo del ático.
Acorralado por la investigación
La decisión del fiscal se produce la misma semana que EL ESPAÑOL ha desvelado que Álvaro Lapuerta, el extesorero del PP, denunció en su día ante la dirección de su partido que el constructor Juan Miguel Villar Mir pagó en 2007 al entonces vicepresidente madrileño una comisión en Suiza. Lapuerta dio pelos y señales, como que la operación se hizo en el Anglo Irish Bank de Ginebra. Incluso dijo que disponía de una fotocopia del cheque.
Las pesquisas policiales han acabado por acorralar a González, que nunca ha explicado de manera convincente la compra de su ático. Primero aseguró que lo había alquilado. Después, que era un alquiler con opción a compra. Nunca aclaró por qué pagaba por ese alquiler un precio por debajo de mercado y a una sociedad arrendadora que estaba radicada en un paraíso fiscal. Trascendió, además, que esa sociedad había sido creada por un testaferro, Rudy Valner, que fue tesorero de una empresa estadounidense relacionada con el sector audiovisual y presidida por Enrique Cerezo.
Nuevo testaferro de Cerezo
Hoy aportamos en exclusiva las declaraciones de Valner al FBI en las que confirma su condición de testaferro, pero se desmarca de la sociedad del ático y asegura que quien está al frente de ella es un productor de cine argentino, Luis Osvaldo Repetto, socio igualmente de Cerezo. Las piezas de la Policía empiezan a encajar. Un informe de Anticorrupción incluye indicios de que el empresario y presidente del Atlético de Madrid habría canalizado el pago del inmueble en cuestión a cambio de una adjudicación en Arganda a su colega Fernando Martín. Y hay constancia de que el propio Cerezo pidió al comisario Villarejo que echara tierra sobre el asunto del ático.
Ignacio González debe aclarar también por qué acusó de "chantaje" y "extorsión" a los comisarios con los que se entrevistó, y por qué lo hizo mucho después de que se produjera la cita y no inmediatamente, como era su obligación. Quizás su actitud tenga que ver con que no dijo la verdad: la cinta que registró aquella conversación revela una actitud distendida en la que el político quiso ganarse el favor de los funcionarios.
Otro problema para el PP
Pero el problema de González también es el problema del PP, por más que éste haya abandonado sus cargos públicos y orgánicos. Porque fue el Gobierno de Rajoy el que destituyó al comisario de Marbella y al jefe de la Policía Judicial que iniciaron las pesquisas sobre González. Y porque el entonces consejero de Presidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria -hoy imputado en la operación Púnica- afirmó que el asunto del ático era "un montaje del Sindicato Unificado de Policía".
El caso González es un suma y sigue en los escándalos de corrupción del PP, y la prueba de que el barro va a seguir lastrando al partido durante muchos meses. Este mismo viernes, la Audiencia Nacional ha decidido abrir el juicio oral por la financiación ilegal del PP en Valencia, caso en el que van a ser procesados, entre otros, el exsecretario general, Ricardo Costa, y Vicente Rambla, exvicepresidente de la Generalitat. Es muy probable que Ignacio González corra la misma suerte.