Por un sistema plurilingüe en España
El autor, diputado de C's en Cataluña, censura las presiones a los padres que piden más horas de castellano para sus hijos, tras el reportaje de EL ESPAÑOL que recogía el calvario de tres familias.
En materia de lenguas, en España tenemos dos hechos sin parangón en el resto de democracias avanzadas. El primero es que en alguna de sus comunidades autónomas, como sucede ahora mismo en Cataluña, una de las lenguas oficiales (el español que, además, es la mayoritaria en esta comunidad autónoma) no es vehicular en la enseñanza. El segundo es que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) contempla la posibilidad de que una comunidad autónoma (de nuevo Cataluña) no vaya a cumplir con esa ley e intente resarcir a las familias con una compensación económica a partir de unos requisitos que resultan difíciles de cumplir.
En cualquier lugar del mundo, la educación plurilingüe es un modelo deseable y por eso se intenta aplicar. ¿Qué sucede en Cataluña para que algunas personas se lancen a las calles reclamando la continuación del actual modelo monolingüe? ¿En Cataluña la mayoría de las familias no quieren que sus hijos aprendan más de un idioma? También llama la atención el hecho de que las escuelas elitistas de Cataluña utilicen sus opciones plurilingües como reclamo publicitario. ¿Las familias con mayores recursos económicos están a favor de la enseñanza con más de una lengua vehicular y las familias con menos recursos prefieren toda la enseñanza de sus hijos en una sola lengua? Resulta difícil de creer que esto sea así.
Es llamativo el empeño por mantener un sistema en el que todas las asignaturas se dan en un solo idioma
Es llamativo que en una sociedad globalizada en la que el conocimiento de idiomas resulta casi imprescindible, en una parte de nuestro país tanta gente se empeñe en mantener un sistema en el que todas las asignaturas se dan en un solo idioma exceptuando las asignaturas lingüísticas de español e inglés. En España tenemos un déficit importante en conocimiento de idiomas y, a diferencia del resto de países de nuestro entorno, la mayoría de alumnos que acaban la secundaria no tienen un buen nivel de inglés. Parece evidente que habría que concentrar todos los esfuerzos en solventar esto a la vez que se potencian las diferentes lenguas de nuestro país.
Si queremos garantizar la igualdad de oportunidades y una educación de calidad para todos, no podemos permitir que sólo tengan un buen nivel de idiomas los alumnos cuyas familias puedan permitirse las caras escuelas de élite o pagar clases extraescolares. Todos los alumnos han de poder competir con las mismas condiciones sea cual sea su origen. Esta es, sin duda, la mejor manera de garantizar la cohesión social. Por eso proponemos que el inglés sea lengua vehicular en todas las escuelas y que en las CCAA bilingües comparta esta condición con las dos lenguas cooficiales.
Resulta evidente que las familias no deberían estar gastando sus energías en luchar contra el sistema
Resulta evidente que las familias no deberían estar gastando sus energías en luchar contra el sistema y que las diferentes administraciones deberían facilitarles el derecho a una buena educación plurilingüe sin convertirlas en armas arrojadizas. Y mucho menos, dejar a estos ciudadanos a la intemperie cuando una de estas administraciones, en este caso la catalana, presiona a las familias desde los frentes mediático, social y judicial. Urge, pues, hacer cumplir la ley en toda España y proteger los derechos y libertades de los ciudadanos.
Y resulta cada vez más necesario un Pacto Nacional por la Educación y llegar a un amplio consenso en esta materia para que la próxima ley educativa sirva para una generación y no para una legislatura. Es el momento de mirar hacia adelante, de abandonar las luchas partidistas y de que prevalezca la idea de la educación como bien común.
*** Carlos Carrizosa es diputado de Ciudadanos en el Parlamento de Cataluña.