Su amenaza velada de no presentarse a la investidura no ha allanado el camino a Mariano Rajoy. La ejecutiva del PNV ha ratificado que votará en contra del candidato del PP durante los actos de conmemoración del 121 aniversario del partido. El rechazo de los nacionalistas vascos, unido al anunciado por convergentes y ERC, complica la estrategia del presidente de cara a las reuniones con Pedro Sánchez y Albert Rivera el martes y miércoles próximos.
El líder de Ciudadanos ha dicho que se abstendrá, pero incluso en el caso improbable de que Rajoy le planteara una oferta irresistible con la que lograr el sí a su candidatura, los noes nacionalistas dejarían su investidura en manos de Pedro Sánchez, que ya ha dejado claro que votará no al programa y al aspirante del PP.
Felipe González
La vieja guardia socialista, con Felipe González al frente, ha redoblado este fin de semana su presión sobre Sánchez para que permita formar gobierno a Rajoy "incluso si no lo merece". También el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha advertido en su blog que repetir los comicios "perjudicará de manera notable a la izquierda".
Más allá de la disposisión de González a que España tenga un presidente inmerecido, o del cálculo electoralista de Fernández Vara, ni Rajoy va a proponer nada distinto del pacto de mínimos ya rechazado por la oposición, ni el secretario general del PSOE parece dispuesto a firmar su suicidio político respaldando al presidente al que llamó "indecente".
Rajoy no puede mantener parado el reloj de la democracia a cuenta de una lectura torticera de la Constitución, según la cual acepta el primer punto de su artículo 99 para ser el candidato propuesto por el rey, pero se autoexime de solicitar la confianza de la Cámara a su investidura como recoge el segundo punto. Tan importante como el desenlace de la votación de investidura es evitar que la interpretación de parte que Rajoy hace de la Carta Magna genere un precedente que vacíe de contenido las consultas del monarca con los representantes políticos.
El calendario
Pase lo que pase en las reuniones de Rajoy con Sánchez y con Rivera, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, debe anunciar la investidura esta misma semana. De no hacerlo, será la principal responsable de un parón que el país no se puede permitir.
El proyecto de presupuestos tiene que estar listo antes de finales de agosto y España debe presentar en Bruselas a mediados de octubre su plan para reducir el déficit. La incapacidad de Rajoy para procurarse los apoyos que necesita y su temor a perder la votación de investidura no van parar al independentismo ni postergar los compromisos y retos del país.