Penélope Cruz
Todos los festivales de cine tienen su premio. El de San Sebastián, la concha de oro, el de Cannes, la palma, el de Berlin, el oso, y el de Venecia la copa Volpi.
Este año, el premio a la mejor actriz del festival de Venecia se lo ha llevado Penélope Cruz, que entró en el Lido sonriente y resbaladiza cual sirena y salió como quien dice bailando la conga.
'Pe' dedicó la copa a su mamá Encarna y a su recién fallecida suegra, Pilar Bardem. También a sus hijos y a su laureado marido, aunque de él solo recuerdo que llevaba el pelo pintado de negro y la barba a rayas. Y luego agradeció el premio a Pedro Almodóvar, al que hizo cien por cien responsable de su triunfo. Le faltó besar la copa como hacen los futbolistas después de ganar una final de liga.
Penélope llevaba un vestido plateado de Chanel, comparable a otros vestidos plateados que ha lucido en ocasiones similares.
La noche mereció terminar con un cóctel de época en el Harry's bar, envueltos en la elegante atmósfera de la que fue su clientela habitual: Dorothy Parker, Scott Fitzgerald, Hemingway o Charles Chaplin.
Dabiz Muñoz
A este joven chef no le dieron el título en una academia internacional, pero en sus restaurantes los clientes se pelean por un puesto en la lista de espera.
El restaurante 'DiverXo' no es barato ni falta que hace. Que nadie espere allí una tortilla desestructurada o natillas al ajo (la provocación es un grado), pero acertará si pide una pescadilla rebozada y pochada en caldo cantonés o un postre a la sal, por decir algo.
Estas combinaciones no gustan a todo el mundo, pero a Dabiz Muñoz le han servido para obtener el título del mejor chef del mundo. A estas alturas del siglo, Muñoz comparte sabiduría con Ferrán Adriá, los hermanos Roca, Martín Berasategui, Eneko Atxa o Jordi Cruz, sin olvidar a chefs que han elevado la sencillez a categoría de excelsa, como es el caso de Pepa Muñoz (El Quenco) conocida en medio mundo con el título de 'la chef del tomate'. Ella sí que sabe.
Bigote Arrocet
Edmundo Arrocet se hizo famoso en España porque decía pitiklín, pitiklín y se quedaba tan fresco. Eran los tiempos del 1,2,3 responda otra vez, con Chicho Ibáñez Serrador sentando cátedra y Kiko Ledgard repartiendo regalos entre la parroquia. Otra generación, otros públicos.
Arrocet no duró mucho, pero dejó su huella y ahora vuelve para ofrecernos los restos de su vida sentimental y pasar el plato.
Estos días, 'mister pitiklín' participa en un reality de Mediaset con los componentes de los realities más obscenos. Desde allí envía mensajes a la que ha sido su novia del último lustro (y a la que abandonó por whatsapp según algunas versiones).
Aquí somos muy dados a la pornografía sentimental. Lo estamos viendo en Bigote Arrocet y en sus exespañolas. No hay pudor que valga. El silencio es la versión más elegante y sencilla de las expresiones del amor.
Familia Bono
Los grandes cotilleos se pregonan a través de la revista Hola. En esta ocasión los pregonados han sido algunos de los miembros de la familia Bono, cuyo matrimonio se hizo añicos y ahora los hijos quieren seguir el ejemplo.
Amelia Bono y Manuel Martos (hijo de Raphael y Natalia Figueroa) se casaron un día por todo lo alto y ahora se han separado por todo lo bajo. Ana, la segunda hija del político, no llegó a casarse pero formó pareja con Gabriel Funes y juntos fueron padres de una niña. Luego se abrieron cada uno por su lado.
La vida de Jose Bono jr no ha corrido mejor suerte. El hijo del que fuera presidente del Congreso de los Diputados se hizo periodista, jinete y novio de Aitor Gómez, con quien por dos veces consecutivas canceló la boda. Bono y Aitor no se casaron, pero estrenaron amistades nuevas. Aitor, sin ir más lejos, ha estrenado amistad con Amelia, la que a punto estuvo de ser su cuñada.
Parece una comedia americana.
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