La querella contra Meritxell Batet no era el camino. Hace bien Alberto Rodríguez en recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional la pena que le impuso el Supremo: inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante 45 días. Por lo que he leído a juristas bien informados, existe divergencia de opiniones respecto a si la inelegibilidad conlleva incompatibilidad. Es decir, si el impedimento de figurar en una potencial lista electoral conlleva necesariamente la pérdida de su escaño.
Claro que a quién le importan los matices. Unidas Podemos canta prevaricación siempre que la Ley no se interpreta a su gusto. Y no duda en elevar la apuesta y hablar de conspiración. Esto es lo más fascinante del asunto: en Podemos se cree que un grupo de agentes reaccionarios del Estado profundo, conchabados con el Tribunal Supremo, han urdido una compleja trama para dejar sin escaño a Alberto Rodríguez. Decepcionante, ¿no creen? Incluso las mentes menos preclaras deberían caer en que las cloacas no derrocharían en él una energía digna de mejor causa.
Escuchándolos (“¡Alberto no pudo patear al policía porque nunca estuvo allí!”) uno podría pensar que patear policías les parece mal, cuando sabemos que no es así. Si Rodríguez hubiera admitido la agresión, Podemos aplaudiría su conducta y reprobaría su condena. Esto no es una especulación. Todos hemos visto a Pablo Iglesias declararse emocionado porque unos "manifestantes" patearan a un antidisturbios.
La condena de Rodríguez provoca indignación porque en Podemos consideran que agredir a un policía no debería ser punible. Y aunque nos extrañe que una ministra del Gobierno se solidarice con quien patea a un funcionario, no se puede decir que no estuviéramos avisados. “Todos los policías son unos bastardos”. Esa es la frase que esconde el acrónimo #ACAB, hashtag que tanto gustaba en el Podemos antediluviano. Cuando la prueba de cargo es el testimonio de uno de esos "bastardos", normal que les parezca insuficiente.
Llegamos así al punto más irónico de la polémica. Podemos ha montado en cólera porque la condena se sustancia en el testimonio exclusivo del agente. El #yosítecreo ha pasado a mejor vida. Y en esto les felicito. Un sistema que condena a un ciudadano con el testimonio de la víctima como única prueba no está priorizando la presunción de inocencia. Pero para defender esta postura con coherencia, primero hay que creer en la presunción de inocencia.