La primera medida del decálogo de Vox para las elecciones andaluzas es el cierre de los "chiringuitos", Canal Sur entre ellos. Precisamente, si a Juanma Moreno le ha ido bien es, entre otras cosas, por no tocar un espeto de esta red de administraciones paralelas que dejó bien tejida "la PSOE".
Es evidente que la Junta coloca más que el popper en ayunas, y que los muchísimos beneficiarios de la red clientelar suspiraron de alivio cuando PP y Ciudadanos hicieron un gatopardo: ya saben, cambiarlo todo para que nada cambie.
También es de una evidencia casi física que los de Macarena Olona priman el cierre de la tele autonómica porque el dircom de la candidata es Álvaro Zancajo, que fue despedido como director de Informativos de Canal Sur (reemplazado por una bella chiclanera) por malas praxis al año de ser colocado ahí por "el Gobierno del cambio".
Mas con Vox hay un problema. Y es que es un partido tan polarizador que a sus fieles les parecerá bien cualquier burrada que propongan (como si dicen de cerrar el Paralamento), mientras que a sus haters todo lo que digan, porque lo diga Vox, les va a parecer mal.
Entra aquí en juego la teoría del elefante y el jinete de Jonathan Haidt: el paquidermo, que es nuestra ideología (o nuestros prejuicios o nuestro inconsciente) tomará una dirección emocional, que nuestra parte racional, el jinete, tratará de justificar, de argumentar, por muchas contorsiones que se vea obligado a hacer.
Por ejemplo, Miguel Ángel García Argüez, que es el poeta oficioso del Kichi (todo régimen tiene detrás un notable escritor: Francisco Franco tuvo a José María Pemán y Fidel Castro a Gabriel García-Márquez y Silvio Rodríguez, por ejemplo), ya largó en Canal Sur hace siete años en el Falla lo siguiente, en boca de su comparsa Los Borregos:
Yo te hablo del mojón
de una programación
tan rancia y tan casposa
que trata a los andaluces
como unos catetos
con el culo rosa.
Porque yo no reconozco
a la gente mía
en el cutrerío de un televisor
pa’ viejas deprimías.
Qué no dirá este autor ahora que, encima, la tele está en manos de la derecha. Miren, pues probablemente la defienda por el sencillo hecho de que Vox pide su cierre. La mente del sectario tiene un funcionamiento muy simple.
Yo mismo, por el hecho de proponerlo el partido de Santiago Abascal, ya estaba acumulando argumentos a favor de Canal Sur y en contra de su cierre (casi todos emocionales). Pero, oye, a la hora de reflexionarlo me he caído del elefante y he concluido que quizás un cierre tajante de la tele pública no. Pero abrir el melón, debatir sobre su sostenibilidad y su modelo económico a seguir, hacer limpieza, etcétera, pues claro que sí.
En teoría Canal Sur sigue un modelo mixto de financiación. Pero la práctica dice que en 2022 las transferencias de la Junta ascienden a 140,5 millones de euros, mientras que de la publicidad se obtienen apenas catorce millones.
¿Qué tiene de malo debatir si merece la pena seguir pagando o no una tele pública? ¿No tenemos acaso derecho sus mecenas a que nos rindan cuentas?
Permítanme, a continuación, cinco argumentos a favor y otros cinco en contra de la pervivencia de Canal Sur como ente público.
A favor
1. La emisión del folclore andalú
La tele pública ha hecho mucho por la difusión de los carnavales de Cádiz, de la Semana Santa de nuestra tierra, de El Rocío, de los toros, de la Feria, de las zambombas de Jerez. Fue un acierto que Canal Sur apostase este año por retransmitir en directo la Magna de Málaga o la visita del Gran Poder a los barrios más pobres de Sevilla (y de España), por ejemplo.
1 dupdo
Es cierto que, para nosotros, el punto anterior no justifica nada porque no es práctico. De ahí que haya utilizado el verbo en pasado. Es más un punto de agradecimiento por los servicios prestados. Porque, claro, hoy podemos seguir el concurso del Falla por YouTube, la salida de la Macarena por Twitch o la romería a la Virgen de la Cabeza por un directo de Instagram.
2. …pero no así nuestras abuelas, madres o tías
Para ellas sí es realmente útil y agradecen poder verle la carita al Gran Poder o escuchar un cuplé de El Selu por RTVA. Y su Juan y Medio a la siesta y su Copla los sábados a la noche. Cerrarles esto (como chaparle el quiosco al abuelo o al tito en los sacrosantos nombres del pragmatismo y la rentabilidad neoliberal sería hacerles una putada.
3. CanalSur Más
Al menos, parece que "la nuestra" ha hecho un esfuerzo por ir con los tiempos, lanzando el pasado mes de abril una plataforma con contenidos bajo demanda, incluyendo una app. La primera autonómica en dar ese paso.
4. Educación sentimental
A Canal Sur, especialmente a Canal 2 Andalucía, le debemos el habernos criado viendo La Banda (con el mítico carné de socio del club y sus descuentos en Isla Mágica), con sus correspondientes espacios para dibujitos que han cohesionado a los millenials andaluces: Bandolero, Los Fruitis, Doraemon, Sakura, Shin-Chan…
Y, por supuesto, que hayan retransmitido los partidos de nuestros equipos cuando jugaban en el grupo IV de 2ªB (Granada, Cádiz, Xerez, Córdoba, Jaén, Recre, Poli Ejido), con su magnífico programa Gol a gol.
5. En esa casa hay grandes y queridos profesionales
Fernando de la Guardia, Jesús Vigorra, Teodoro León Gross, El Yuyu, Enrique Romero o el llorado Juan Manzorro. Más otros muchos que trabajan en la sombra. Lo que no quita que, dado el caso, se puedan ganar la vida en otros medios.
En contra
1. No es TV3, vale, pero como toda cadena pública está sometida a las voluntades políticas
Así, nada más llegar al poder, PP y Ciudadanos colocaron a un periodista tan neutral como Zancajo al frente de los Informativos. Ya la Junta Electoral Central le ha dado un toque al PP por vulnerar la neutralidad en la campaña. Peor fue lo del PSOE, claro, que manejó RTVA desde su creación en 1987 como si se tratase de su canal de YouTube.
2. Que corra el aire
La media de edad de la plantilla es de 58 años. Siguen los mismos que entraron en el 87 viviendo de lo público, sin dar oportunidad (vía oposiciones o concurso público) a las nuevas generaciones de periodistas.
3. Manu Sánchez
Que este tipo, pelota mayor del poder, siga cobrando de Canal Sur es motivo suficiente para decretar su cierre inmediato.
4. Hoy en día cualquier medio público es prescindible y deficitario
En en el caso de Canal Sur, tampoco se trata de cerrarlo de cuajo, como Canal Nou. Hay que ir hacia una concertación real.
5. La funcionarización y sindicalización de sus trabajadores
Hay auténticos activistas dentro de la tele pública, viejos sindicalistas que entraron ahí en el 87 porque sí y que se creen que tienen la plaza en propiedad sólo por su antigüedad. ¡Qué buenos desayunos nos pegamos, eh!
En definitiva, no estoy de acuerdo con el cierre de RTVA, como propone Vox, pero el actual modelo del ente no es sostenible. Quizás haya que avanzar hacia una financiación realmente mixta, más allá de los cuatro anuncios. Urge un debate parlamentario sobre el camino a seguir de Canal Sur. Y quien nos niegue ese foro chantajeando con el pan de sus hijos es un auténtico canalla.