Después de los últimos de Filipinas no se ha vuelto a ver nada tan heroico como los últimos de Ferraz. Socialistas purgados por Pedro Sánchez que aguantaron estoicamente diciendo la verdad. Ahora le ha tocado a Leguina, mártir y santo súbito por llevarle la contraria al emperador.
No hay nadie en el PSOE que se mueva. Lambán lo hizo, y reculó, y ahora vuelve a discrepar.
Vara ni está ni se le espera hasta que le obliguen las encuestas de los comicios de mayo.
Tudanca… Se preguntarán ustedes quién es Tudanca, y con razón, porque sólo una vez en su vida le llevó la contraria al partido.
No se mueven y no por miedo a no salir en la foto, sino a la purga que se extiende de Moncloa a Ferraz. Por suerte, Page y Puente y Lobato todavía son de los últimos que tienen los arrestos de explicar que Pedro Sánchez es un lobo para España. Son como los cristianos de la antigüedad, pocos, pero entre ellos se reconocen. Quedan ellos, Felipe González, Alfonso Guerra y poco más.
Son escasos, apenas nadie, los que le dicen que la ley del 'sí es sí' es una barbarie jurídica que habrá que rectificar. Que rechazan la derogación del delito de sedición y el manoseo del Código Penal porque "legislar con nombres y apellidos también es una forma de corrupción". Por no hablar de lo de meterle mano al CGPJ, al Constitucional y a todo organismo independiente que le pase por delante.
Así están las cosas en Ferraz. Esto de ahora no tiene nada que ver con el PSOE, es Pedro Sánchez S.A. El PSOE está sepultado bajo capas y capas de vanidad, de ansia desmedida de poder, de mira cuánto gobierno, de mira cómo me aplauden mis veintidós ministerios. Pedro Sánchez S.A., favorcillos y contratas.
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Tal y como se está poniendo el PSOE, que ya es como una de esas actrices que se tocó tanto en el quirófano que no hay quién la reconozca, el único mérito que se puede lucir sin vergüenza es que te hayan expulsado.
Me ocurre con el Partido Socialista lo de la paradoja del barco de Teseo. ¿Cuántos históricos del PSOE, de los que saben lo que es la socialdemocracia y no gobernar a base de favores a los independentistas y los filoetarras (que representan los intereses de aquellos que descerrajaron un tiro contra las nucas de sus compañeros y tantos otros españoles), pueden salir expulsados para que sigamos considerando que esto de Pedro Sánchez sigue siendo el PSOE?
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Al barco de Teseo al menos le sustituían una tabla por otra (de ahí la paradoja), pero es que el presidente del Gobierno le va haciendo agujeros de cañón a su propio partido y tiene el cuajo de decir que así transpira mejor.
La heroicidad, ahora como entonces, es decir la verdad: que Pedro Sánchez tiene más peligro que un tirano (porque nadie había manoseado tanto nuestra democracia) sabiendo que, más que la vida, te juegas sólo el sueldo y el carnet del partido.