Mi amigo Simón fue un día a cortarse el pelo de la mano de su mujer y el barbero le preguntó "¿te lo dejo corto?". Él respondió "sí", su mujer dijo "no" y el barbero resumió decenas de miles de años de lucha de sexos en una sola frase: "Quillo, sólo has dicho una palabra y ya te has equivocado".
A Miguel Tellado, nuevo portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, le ha pasado algo parecido, aunque peor. Porque ni una palabra le han dejado decir antes de enmendarle preventivamente sus próximos cuatro años de portavocía.
Así titulaba El País la noticia de la elección del nuevo portavoz del PP en el Congreso: Feijóo elige la línea dura y nombra a Miguel Tellado portavoz en el Congreso.
¿Pero tan, tan dura como para recibir las felicitaciones de Hamás? ¿O un poco menos dura?
Miguel Tellado, el escudero de Feijóo para una oposición sin limites en el Congreso, decía eldiario.es.
¿Ni siquiera los límites de la Constitución? ¿O esos sólo los puede traspasar el Gobierno?
Apoyó al acosador de Puente y dijo que Sánchez debería salir en un maletero: todas las 'perlas' de Miguel Tellado, dijo el Huffington Post.
Y con dos frases y una bandera con pollo en una manifestación de un millón de personas, ya tenemos la propaganda hecha para los próximos cuatro años.
Público, el más serio de los cuatro medios gubernamentales, optó por el argumento de autoridad: Los tuiteros resumen el 'talante' de Miguel Tellado, nuevo portavoz del PP en el Congreso: "Va dejar [sic] el listón de Garrama [sic] en el de un alma cándida [sic]".
¡Ah, pues si lo dicen los tuiteros que no se hable más! ¿Cuándo ha hablado un tuitero de algo de lo que no tiene la más remota idea?
"No vamos a alimentar esa fruta podrida" dijo luego Pilar Alegría, portavoz del Gobierno, en referencia a Tellado. "Queda demostrado que en el PP, cuanto más insultas, más asciendes" sentenció Patxi López. "Deriva ultra" remató Santos Cerdán. "Con este mamporrero", añadió el BNG, "pasamos de Gamarra a macarra".
Miguel Tellado, en fin, no ha dicho todavía su primera palabra como portavoz del PP y ya se ha equivocado. Y con estrépito.
A mí me parece bien que el progresismo le ponga los puntos sobre las íes a la ultraderecha. No vaya a ser que Tellado se envalentone y acabe llamando "fruta podrida" a Pilar Alegría, le diga a Patxi López que cuanto más insultas más asciendes en el PSOE, acuse al Gobierno más dialogante de la historia de la democracia de haber caído en una "deriva ultra", o llame "mamporrera" a Yolanda Díaz.
Ese tipo de lenguaje ultraderechista debe quedar, efectivamente, erradicado de las instituciones. Y la mejor manera de conseguirlo es utilizándolo a diario contra la oposición. Para evitar, claro, que el PP degrade la democracia empleando el mismo lenguaje tabernario que el PSOE y sus socios parlamentarios utilizan a portagayola cuando les ponen un micrófono en la boca.
No le envidio la misión imposible a Tellado. Debe ser contundente contra el PSOE al gusto de Vox, diplomático con Junts al gusto del PNV, seductor con el PNV al gusto del Grupo Mondragon, neutral con Junts al gusto de Foment del Treball, tajante con Sumar al gusto de la CEOE, dialogante con el Gobierno al gusto de El País, rotundo (pero no demasiado) con EH Bildu al gusto de los votantes del PNV, y todo eso mientras combina talante, firmeza, capacidad de negociación, dialéctica y elegancia.
Esperemos que este mamporrero podrido de ultraderecha llamado Tellado comprenda que el Gobierno y sus socios esperan mucho de él. Nada más y nada menos, que haga lo que ellos dicen que hacen, obviando lo que efectivamente hacen: política borroka.