1. "Mi esposa y yo hemos tenido conocimiento hoy mismo, a través de los medios de comunicación, de la citación a Begoña como investigada el próximo día 5 de julio".

El presidente inicia su Segunda Carta a los Crédulos insinuando una filtración a los medios por parte del juez Juan Carlos Peinado.

Asumamos que la acusación sea cierta. Asumamos que Begoña Gómez se ha enterado por la prensa de su citación judicial. No sería la primera vez que ocurre. Desde la Fiscalía, por ejemplo, se han llegado a filtrar los datos personales de ciudadanos concretos con el objetivo de dañar a los rivales políticos del presidente. Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo. 

Pero, en caso de no haber sido así, en caso de que la citación hubiera llegado antes a Begoña que a la prensa, ¿qué habría hecho el presidente con ella?

¿Ocultarla para no perjudicar sus opciones electorales este próximo domingo, como hizo hace un mes para no dañar sus expectativas en Cataluña?

¿Filtrar la noticia a El País como hace habitualmente la Moncloa?

¿O comparecer públicamente para anunciar su dimisión, de acuerdo con el principio enunciado por el propio Sánchez de que la asunción de responsabilidades políticas "debe ir siempre un paso por delante de la legalidad"

2. "Esta decisión se anuncia sólo cinco días antes de que se celebren elecciones al Parlamento Europeo, lo cual resulta extraño. Habitualmente, se ha seguido la regla no escrita de no dictar resoluciones susceptibles de condicionar el desarrollo normal de una campaña electoral y, por tanto, el voto de los ciudadanos. En este caso, resulta evidente que esta práctica no se ha respetado. Dejo al lector extraer sus propias conclusiones".

La regla de cortesía no escrita a la que alude el presidente no existe como tal. Mucho menos como pretexto para la impunidad. 

Pero, en cualquier caso, y dando por sentado que la decisión del juez es tan criticable como defendible, y con argumentos tan razonables en un caso como en el otro. 

¿Qué cargo institucional en concreto ocupa la ciudadana Begoña Gómez para que su citación deba ser retrasada por el juez en función de un ignoto principio de no-interferencia en las elecciones europeas del próximo domingo? 

¿Y qué otro presidente del Gobierno en 45 años de democracia ha violado más reglas no escritas que Pedro Sánchez?

Empezando por la regla de permitir que gobierne el más votado en las elecciones, que hoy es Alberto Núñez Feijóo y no Pedro Sánchez. 

Pasando por la de no comprar una investidura a cambio de la impunidad penal de los delincuentes que pueden garantizarla. 

Y acabando por la de no utilizar las instituciones como herramientas de intoxicación electoral para condicionar el resultado en las urnas. Véase el CIS de Tezanos. 

3. "Quisiera trasladarle que ambos estamos absolutamente tranquilos. No hay nada detrás de esta acusación, sólo un zafio montaje impulsado por las asociaciones ultraderechistas demandantes".

Nadie había preguntado por el estado de ánimo del presidente y de su esposa. Pero la carta de Pedro Sánchez no es desde luego la de un hombre tranquilo.

Porque los presidentes del siglo XXI no se comunican con sus ciudadanos mediante cartas melodramáticas, como si no tuvieran otros medios institucionales y mediáticos a su alcance y vivieran recluidos en el palacio presidencial mientras en el exterior acechan los lobos mediáticos de la ultraderecha. 

El teatro del esperpento del presidente no transmite tranquilidad, sino desesperación. 

4. "Con todo, hay una lectura política que me veo en la obligación de compartir con usted. Como ya recordará, en mi anterior carta denuncié la deriva de una coalición reaccionaria capitaneada por el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal (o por el Sr. Abascal y el Sr. Feijóo, tanto monta, monta tanto), para usar todos los medios a su alcance con el fin de quebrarme en el plano político y personal. Su objetivo es que yo renuncie, que dimita. Incluso, como supimos ayer, tratar de forzar mi salida de la Presidencia del Gobierno con una moción de censura mediante una alianza contra natura. Todo les vale. Lo que no lograron en las urnas, pretenden alcanzarlo de manera espuria".

Otro más de los bulos de Pedro Sánchez. Ni existe esa coalición reaccionaria de Feijóo y Abascal, sino más bien dos partidos enfrentados ferozmente por un mismo espacio demoscópico; ni existe plan alguno para una moción de censura "mediante una alianza contra natura", que en la cabeza de Sánchez sería la del PP y Junts; ni sería desde luego extraño que la oposición pretendiera "forzar" la salida del presidente de la Moncloa de la misma manera que él "forzó" la salida de Mariano Rajoy en 2018. 

Al presidente incluso le traiciona el subconsciente cuando escribe "lo que no lograron en las urnas, pretenden alcanzarlo de manera espuria".

Porque fue el PP el que ganó las elecciones en 2023 y él, Pedro Sánchez, el que ocupó la presidencia mediante una alianza con Junts a cambio de la amnistía de los delitos de Carles Puigdemont y del resto de sus cómplices en el procés.

De nuevo, cabe preguntarse si lo que molesta al presidente es esa fantasmal alianza contra natura entre PP y Junts que sólo existe en su imaginación o la remota posibilidad de que el PP le arrebate al PSOE un socio clave para su estabilidad parlamentaria. 

Dicho lo cual, ¿qué es lo que hace pensar al presidente que el Junts liderado por el delincuente fugado Puigdemont, ese Junts que llegó a negociar con enviados del Kremlin la desestabilización de la democracia española, tiene más en común con el PSOE que con el PP? ¿En qué punto en concreto se cruza la "natura" socialista con la de Junts? 

5. "También sabía que, conforme aumentara la frustración y la impotencia de esta coalición reaccionaria, el ritmo de la máquina del fango no iba a parar, sino a acelerarse. Ante esta certeza, me pregunté si merecía la pena o no continuar en el ejercicio de mis responsabilidades. Quiero decirle que mi decisión de continuar al frente de la Presidencia del Gobierno es más firme que nunca. Que la tarea que tiene el Gobierno de coalición progresista es más necesaria que nunca".

Las si no ilegales, sí muy difícilmente justificables relaciones profesionales de Begoña Gómez con empresarios que luego recibieron ayudas del Gobierno liderado por su esposo no son fango.

El señalamiento de la imputación penal como (arbitrario) punto a partir del cual un político debe presentar la dimisión tampoco es fango, sino un principio ético establecido por el propio PSOE cuando eso le iba a permitir llegar al poder.

Las cartas de recomendación de Begoña Gómez en beneficio de empresarios cercanos y convenientes para sus proyectos profesionales no son fango.

El registro a nombre de Begoña Gómez de una aplicación informática en la que Google, Indra y Telefónica trabajaron gratuitamente hasta que las dudas sobre la legalidad de la operación les obligaron a desvincularse de ella tampoco es fango.

Que existen empresas que patrocinaron generosamente los proyectos de Begoña Gómez antes y después de recibir cuantiosas ayudas del Gobierno tampoco es fango. 

Son hechos. 

En cuanto a la tarea que tiene por delante el Gobierno de coalición progresista, ¿qué le hace al presidente pensar que sólo él está capacitado para llevarla a buen puerto? ¿No existe nadie más en el PSOE capacitado para esa tarea?

6. "Nuestro horizonte permanece inalterable: consolidar la pujanza del crecimiento económico y la creación de empleo, como hoy acabamos de conocer, redistribuir los frutos de ese crecimiento entre la clase media y los trabajadores para luchar contra la mayor de las injusticias, que es la desigualdad; regenerar la vida democrática reivindicando el juego limpio por encima del fango que algunos pretenden esparcir, avanzar en derechos y en libertades sin dar un paso atrás; y contribuir a la paz en el mundo, con especial atención a Ucrania y Palestina. Estos próximos días, usted será testigo de una cuidada coreografía diseñada por la coalición ultraderechista para intentar condicionar las elecciones y debilitar al Gobierno".

Vamos a obviar el mesianismo que revela ese "contribuir a la paz en el mundo" en boca de un presidente que ha cambiado unilateralmente y por motivos jamás explicados la tradicional posición española respecto al Sáhara y que ha sido felicitado por los terroristas de Hamás y los talibanes por su política de confrontación con Israel

Pero sí hay que recordar que en los países europeos de nuestro entorno a la "cuidada coreografía diseñada por la coalición ultraderechista para intentar condicionar las elecciones y debilitar al Gobierno" se le llama "ejercer la oposición".

Sólo las dictaduras carecen de oposición política y mediática. 

7. "Begoña y yo sabemos perfectamente por qué la atacan. Ninguno de los dos somos ingenuos. Lo hacen porque es mi pareja. Ella es una mujer trabajadora y honesta que reivindica su derecho a trabajar sin renunciar a ello por las responsabilidades de su marido. Derecho que yo defiendo en mi vida familiar y por el que trabajo como presidente del Gobierno de España para garantizar que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades y los mismos derechos".

El nombre de Begoña Gómez no aparece hoy en la portada de los principales medios internacionales por ser una mujer empoderada e independiente que reivindica su derecho a trabajar, sino por las sospechas de tráfico de influencias que pesan sobre sus actividades privadas y que sólo han salido a la luz por el trabajo de la prensa española.

Begoña Gómez no es, además, una ciudadana anónima que debe luchar una batalla desigual contra una alianza de la prensa y los jueces de ultraderecha. Es la esposa del presidente y una mujer con una carrera profesional que, no vamos a pecar a estas alturas de inocentes, habría sido muy diferente de no ser por esa circunstancia.

Nadie le reprocha en cualquier caso a Begoña Gómez el florecimiento de sus contactos profesionales a raíz de la llegada al poder de su marido. Eso es ciertamente inevitable y sería tan hipócrita negar que el poder atrae a las polillas como castrante obligar a las parejas de los presidentes a una abstinencia profesional casi monacal.

Pero las acusaciones a Begoña no son por haberse dejado cortejar por los cortesanos, sino por haber intervenido activamente en procesos en los que su marido estaba implicado como cabeza del Consejo de Ministros. Es decir, por tráfico de influencias. 

8. "Estos días leerá y escuchará usted mucho ruido y aún más furia en tabloides digitales nacidos para propagar bulos, en platós de tertulias televisivas y radiofónicas al servicio de amplificar esa desinformación, y en tribunas donde se rasgarán las vestiduras el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. Todo, mentira. Un gran bulo. Uno más. En lo que respecta a mí, no le quepa duda de que no me quebrarán".

El presidente empeña su palabra en la promesa de que "todo", literalmente "todo", es mentira. Un gran bulo, una rotunda falsedad, de la primera a la última palabra. Ni siquiera deja abierta la puerta que sí dejó abierta Mariano Rajoy: "Todo es mentira, salvo alguna cosa".

Bien, veremos. 

9. "Y, dado que tratan de interferir en el resultado electoral del próximo día 9 de junio, ojalá sus promotores (el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal), encuentren la respuesta que merecen en las urnas: condena y rechazo a sus malas artes. Quedan unos días de ruido antes de las elecciones y unos pocos más antes del verano. Pero también quedan más de tres años de Gobierno, de progreso y de avances".

Que la carta de Pedro Sánchez sea la reacción de un hombre acorralado incapaz de estar a la altura de sus propios estándares éticos, los que él mismo fijó para sus rivales políticos, no oculta sin embargo la obviedad de que la misiva también alberga un objetivo político. El de absorber al máximo número posible de votantes posibles de Sumar, de Podemos y de los partidos nacionalistas vascos y catalanes para repetir de nuevo el resultado de las elecciones generales de 2023.

En realidad, la carta de Pedro Sánchez no es más que el reciclado de sus viejos éxitos de siempre: la ultraderecha, el fango, los bulos y el viejo contubernio judeomasónico, adaptado a las circunstancias y al electorado socialista de hoy. 

Esta carta no es analizable en términos políticos. Es ya otra cosa.