Carles Puigdemont se ha quitado la careta en una entrevista con la televisión pública israelí. El depuesto presidente catalán ha arremetido contra la UE con invectivas más propias de un caudillo populista, al estilo de Jean-Luc Mèlenchon o Marine Le Pen, que de un dirigente político con sentido de Estado y comprometido con los valores de la derecha nacionalista que ha representado históricamente su partido.
Resentido contra Europa, por no haber apoyado su proyecto de República, Puigdemont ha tachado a la Unión de “club de países decadentes", en el que “mandan unos pocos muy ligados a intereses económicos muy discutibles” e “insensible al atropello de los derechos humanos y democráticos de un aparte del territorio”, por lo que -ha planteado- “los catalanes deberían decidir si quieren pertenecer a esta UE y en qué condiciones”.
Una propuesta preocupante
Las declaraciones del ex president podrían resultar la ocurrencia extemporánea de un político prófugo con manía persecutoria y aquejado de verborrea -y que se entretiene dando entrevistas a todo aquel que esté dispuesto a dar pábulo al victimismo nacionalista-, de no ser además el candidato de Junts per Catalunya a las elecciones del 21-D. Es entonces cuando los ataques contra Europa del aspirante a presidente y su propuesta de “que los catalanes decidan” si quieren seguir siendo ciudadanos de la Unión toma un cariz preocupante; no sólo extravagante.
Puigdemont no ha dudado en saltarse a la torera las leyes para celebrar un referéndum con el que intentar romper España sin importarle cuáles iban a ser las dramáticas consecuencias políticas, económicas y sociales de su aventurerismo, así que tampoco hay que tomarse en broma su alegato antieuropeísta ni su arrebato asambleario.
Es normal que su propuesta haya incendiado pues la precampaña, con un alud de críticas no sólo de representantes de los partidos constitucionalistas, sino también de exconsellers y exdiputados ligados a la extinta CiU como Ramón Espadaler -ahora en la lista del PSC- e Ignasi Guardans.
¿Puigdemont desautorizado?
El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, ha dicho que la celebración de un referéndum sobre la permanencia de Cataluña en la UE “no se ha debatido” ni “entra en sus planes”. Sin embargo, los ciudadanos catalanes tienen derecho a saber si esta desaprobación es sólo expresión de un desacuerdo o si el partido desautoriza a su candidato. También a conocer cuál es la opinión al respecto de ERC, ya que sobre el parecer de una formación antisistema como la CUP no hay dudas de que está en sintonía con el ex president.
La eurofobia de Puigdemont es congruente con el de los partidos nacionalistas y populistas continentales. Resulta evidente que su único proyecto es levantar muros y huir no sólo de España y de la UE, sino también de la realidad.