Cualquiera que se asome a la Historia de la Humanidad podrá comprobar que, desde el principio de los tiempos, ha existido una marginación sangrante de la mujer. Sólo a principios del siglo pasado se permitió el sufragio femenino, y no hace tanto que las mujeres dependían jurídicamente del cónyuge. En las sociedades modernas, esa discriminación se mantiene hoy en ámbitos sociales y laborales.

Esa injusticia nos lleva a sumarnos a la manifestación feminista que este nuevo 8 de Marzo recorrerá plazas y calles de toda España. Es indispensable seguir avanzando en la igualdad, que se visualice el problema. Por eso la movilización es necesaria.

Los números

Entre las principales Obsesiones de este periódico está, por ejemplo, la de lograr la "igualdad salarial para la mujer". Los números hablan por sí solos; según recuerda UGT con datos del INE, la diferencia de sueldos entre el hombre y mujer se situaba en el 24% en 2016, la más alta de los últimos años. 

Y está el horror de la violencia. El año pasado murieron 47 mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Esta lacra nos llevó a crear una serie en el periódico para poner cara a las frías cifras y dar visibilidad a este drama: La vida de las víctimas.

Manifiesto

Aunque en lo fundamental estemos de acuerdo con las reivindicaciones principales del 8-M, no podemos asumir el contenido del manifiesto redactado por la comisión organizadora. Mezclar feminismo con el anticapitalismo y arremeter contra la democracia liberal, donde la mujer ha conseguido las mayores cuotas de igualdad, es una prueba de cómo grupos de izquierda radical tratan de patrimonializar una jornada que ha de ser lo más inclusiva posible.

Ahora bien, aunque las convocantes no hayan hecho esfuerzo alguno por generar una manifestación transversal, miles de personas saldrán a la calle unidas por lo importante y desechando un manifiesto que ni siquiera habrán leído.

Feminismo liberal

Frente a ese feminismo excluyente, el "feminismo liberal" que propone Ciudadanos es una iniciativa loable. Su asunción hubiera evitado, por ejemplo, que el PP se descolgase de la manifestación, incapaz de digerir tal manifiesto. Pero es que vemos como mientras la vicepresidenta Carmen Calvo reivindica el feminismo como exclusivamente de izquierdas, negándole la cualidad de ser "transversal", Vox aboga por políticas liberticidas que atentan contra los derechos y la igualdad. 

Hay que hacer un esfuerzo de generosidad y tolerancia para que la gran mayoría de la sociedad se sienta representada en el 8-M. La unión ayudará a acelerar la llegada de la igualdad real. Ese será el mejor feminismo.