El acuerdo plasmado la semana pasada entre el PSOE, Geroa Bai (PNV) y Bildu para repartirse los puestos de la Mesa del Parlamento navarro vaticinan un pacto para arrebatarle la presidencia de la comunidad a Navarra Suma, la coalición formada por UPN, PP y Cs que ganó con claridad las elecciones.
El argumento de los socialistas de que no hay tal pacto con los proetarras porque es Geroa Bai y no el PSN quien ha llegado a una alianza con Bildu resulta doblemente hipócrita. Primero, porque en el PSOE se han cansado de afearle a Ciudadanos que pacte con Vox pese a que los de Albert Rivera aducen, precisamente, que jamás han negociado con este partido. Pero, sobre todo, porque los votos de Otegi no están limpios.
La lógica
EL ESPAÑOL publica hoy una entrevista con Javier Esparza en la que el líder de Navarra Suma se muestra muy contundente con la maniobra de los socialistas. "Nadie entendería que en Alemania se llegara a un acuerdo con los herederos del nazismo", dice quien hasta unos días se ofreció a apoyar la investidura de Sánchez si el PSOE no entraba en el juego de los batasunos.
La alianza contra natura del PSOE y Bildu también lo es contra la lógica, y es que su consecuencia inmediata es que Sánchez pasa a depender directamente o bien de los votos de Junqueras, de los de Puigdemont o del propio Otegi para ser investido presidente. Menuda carta de presentación, en cualquiera de los casos, ante Europa.
Línea roja
Puestos a poner líneas rojas y cordones sanitarios, tan en boga en los últimos tiempos en la política española, si alguna formación merece quedarse aislada es la de quienes homenajean a los asesinos de ETA y reciben a pedradas a los demócratas que no son de su agrado. Por mucho que la ministra Celáa recuerde ahora que Bildu "es legal".
La única forma de reconducir esta situación es que Sánchez convenza a los socialistas navarros de la necesidad de alejarse de Otegi. De otra forma pasará a la historia como el líder del PSOE que consintió la alianza con la izquierda radical, algo que impidieron sus antecesores: primero Zapatero y luego Rubalcaba.