¿Qué impide revelar dónde está Juan Carlos I? Sigue siendo Rey Emérito, no tiene causas pendientes con la Justicia, su seguridad está garantizada y la paga el Estado y, sobre todo, es una referencia para millones de españoles tras casi cuarenta años en el Trono.
La extraña política de comunicación de la Casa Real, que sigue mirando para otro lado diez días después como si el destino del padre del Rey no fuera con ella, sólo alimenta la imagen de que estamos ante un hombre a la fuga, justo la tesis que han venido defendiendo los enemigos de la Monarquía.
El secreto
Podía entenderse, al principio, que razones de logística y de seguridad aconsejaran cierta reserva en todo lo relacionado con el viaje del Emérito. Pero camino ya de las dos semanas de su desaparición y una vez Felipe VI ha retomado su agenda, parece una burla a la opinión pública que el secreto se siga manteniendo.
Este miércoles, las preguntas de los periodistas a Pedro Sánchez tras su visita al Rey en Marivent se centraron en el paradero de Juan Carlos. "Tiene que ser la Casa Real o el propio afectado", dijo el presidente, quien revele ese dato. Lo cual no hace sino añadir más presión a Zarzuela.
Torpeza
El asunto se le está pudriendo en las manos a la Casa Real. La expectación por saber dónde se encuentra Juan Carlos crece día a día y da pie a especulaciones de todo tipo. Al final, lo acertado de decidir su marcha al extranjero -así lo reconocen las encuestas- podría volverse en contra del Monarca.
El Emérito ha cometido gravísimos errores y en el pecado lleva la penitencia, pero aún está por ver que tenga que dar cuenta por ellos ante la Justicia y, desde luego, no es un fugitivo... pero empieza a parecerlo. Qué torpeza.