El último cambio del Gobierno sobre la comunicación de contagios durante festivos y fin de semana permite un seguimiento mucho más razonable de la evolución de la pandemia. Es, por tanto, una rectificación oportuna.
Nadie hubiera entendido que en puertas de una probable cuarta ola y con la cepa británica enseñoreándose del norte del país hubiera un apagón informativo de cuatro días. Carolina Darias ha acertado al decidir que se publiquen las cifras en Jueves Santo (día festivo en varias Comunidades) y también mañana sábado.
Cabe recordar que no se hizo eso en Navidad ni en Año Nuevo (entonces en vísperas de la tercera ola), ni ahora más recientemente en San José. Y aquella relajación informativa fue acompañada de una laxitud en el esfuerzo diagnóstico.
No se puede avanzar en la recuperación si no se está al corriente de las cifras. No se puede concienciar de verdad a la población de la gravedad de la situación si las autoridades son las primeras en quitarse de en medio cuando llega un festivo o un fin de semana.
Vacunas y mascarillas
La famosa frase "los socialistas sólo aciertan cuando rectifican" que Manuel Fraga dedicó en su día a Felipe González podría ser de aplicación a la presente situación, aunque sin el adverbio. Hay rectificaciones que solucionan errores, y eso es lo que ha hecho el Ministerio de Sanidad.
El Gobierno acierta también al impulsar la vacunación en festivos y al recular en la exigencia de llevar mascarilla de forma obligatoria en la playa o en la montaña. Lo primero es esencial para acercarnos a ese ambicioso porcentaje de inmunizados en julio que la UE cifra en el 70%.
En cuanto al uso de la mascarilla al aire libre cuando hay distancia de seguridad es un despropósito contra el que ahora todos se rebelan. Pero ¿cómo ha podido sorprender esa norma que, aunque impulsó el PSOE, votaron todos los partidos en el Parlamento?
Análisis previo
La Comunidad Valenciana, Canarias y Baleares ya han decidido que no exigirán llevar mascarilla en la playa si se cumplen los requisitos de seguridad. Una decisión más significativa, si cabe, por cuanto las tres tienen presidente socialista.
A estas alturas de la pandemia, cualquier decisión que afecte a la vida de los ciudadanos merece un análisis previo que tenga en cuenta sus posibles consecuencias. Evitar la confusión es primordial en este momento de inestabilidad general que vivimos. Bastante caos representa ya la nueva normalidad para la sociedad.
Por eso es tan importante también informar día a día de los datos de contagios y de vacunación, para saber exactamente en qué punto estamos y el camino que nos queda por recorrer. La pandemia no se va de puente ni tiene vacaciones. Bienvenidas sean todas las rectificaciones en esa dirección.