Gloria Steinem sube al podio de los galardonados con el Premio Princesa de Asturias tras salpicar de anécdotas la vida de personajes ilustres de más de seis décadas. Ha tardado 87 años en recorrer los 6.120 kilómetros que separan su Toledo natal de Oviedo.
Ser toledana de Ohio alarga un poco más el recorrido: “La carretera es complicada, de la misma forma en que la vida es complicada. Nos aleja de la negación y nos conduce a la realidad (…) Te saca de tu cabeza y se adentra en tu corazón”.
Katherine Graham, la editora del Washington Post, contaba en su libro Una historia personal, la autobiografía por la que recibió el Premio Pulitzer, que cuando tenía alguna duda sobre feminismo o sobre igualdad llamaba a Gloria porque confiaba en su criterio.
Katherine explicaba que, cuando Gloria intentó hablar las primeras veces con ella, se mantuvo reticente por la controversia suscitada en torno al feminismo. La editora, que trascenderá por su firmeza ante el caso Watergate entre otros muchos logros, reconocía que pasó de preferir quedarse al margen a entender la necesidad del feminismo.
“Con el tiempo y la insistencia de Gloria acabé dándome cuenta de que ella tenía razón”. Tanto es así, que le donó 20.000 dólares para la fundación de Ms., la revista feminista que lanzó en 1972.
Una vez que nos cansamos de buscar aprobación, nos damos cuenta de que es más fácil ganarse el respeto
Katherine era una mujer que ocupaba un lugar que muchos creían que no le correspondía y Gloria fue siempre una impulsora de lo que ahora llamamos liderazgo femenino: “Una vez que nos cansamos de buscar aprobación, nos damos cuenta de que es más fácil ganarse el respeto”.
La política, la igualdad y el periodismo han sido la constante en la vida de la galardonada con el Princesa de Asturias. El nombre de Gloria ha estado vinculado a los candidatos demócratas de todas las elecciones de su vida adulta. Disfrutaba de su activismo en las campañas: “Las urnas electorales son el único lugar donde los más poderosos y los menos poderosos son iguales”.
Cuenta cómo recibió una lección el día en que varios periodistas, entre los que se encontraba ella, viajaban con Robert Kennedy en su campaña del 68. Iban mal de tiempo y estaba prevista la visita a un poblado indio. Personal de su equipo sugirió que evitaran esa parada por el escaso número de votantes que podía haber allí. Él insistió y a Gloria se le quedó grabado.
Steinem apoyó a Hillary Clinton frente a Barack Obama. Cuentan que cuando el resultado de las primarias inclinó el fiel de la balanza a favor del futuro presidente, Gloria fue el enlace para que todos remaran a una.
Su posicionamiento siempre ha estado con la búsqueda de la verdad: “La verdad os hará libres, pero primero os cabreará”. Aunque a la vez, siempre ha tenido claro que no se podían establecer bandos dentro de un bando. Una vez que los demócratas habían elegido a Obama, había que intentar que fuera presidente.
Una mujer leyendo el Playboy es como un judío leyendo un manual nazi
Ese es el motivo por el que se desmarcó de la serie Mrs. America (HBO), que trata sobre la segunda ola del feminismo en Estados Unidos. Le pareció que se frivolizaba sobre la ERA (Equal Rights Amendment) presentando la batalla entre las mujeres conservadoras y las progresistas como la ejemplificación de la rivalidad femenina, en lugar de hablar de los esfuerzos del movimiento feminista por los derechos a la libertad sexual y reproductiva.
Pero su influencia no nació en los pasillos de la Casa Blanca. Steinem fue valiente y atrevida siempre. En 1963, se infiltró en Playboy para ser una “conejita” más y poder escribir una buena historia en la revista Show sobre las condiciones laborales de las mujeres que trabajaban allí.
A Bunny's Tale, efectivamente, pasó a formar parte de la historia del periodismo norteamericano. Gloria fue despedida después de contar la horrible situación en la que vivían aquellas jóvenes, bellas y atractivas, que pasaban horas y horas trabajando sobre tacones imposibles y rellenaban sus corsés con calcetines y bolsas de basura para fingir una mayor exuberancia.
“Una mujer leyendo el Playboy es como un judío leyendo un manual nazi”. Steinem ha sido una periodista que ha hablado en titulares –así denunciaba a la industria pornográfica–, pero ha dejado frases para la posteridad que son recordadas por el tratamiento ingenioso de cuestiones complejas.
Si los hombres pudieran quedarse embarazados, el aborto sería un sacramento
Tenía la genialidad de hacer suyas todas las afirmaciones de esas características que pudieran trascender como reclamos. Así, se refería a la cita de Florynce Rae Kennedy, la abogada con la que tantas batallas compartió. De hecho, en muchos foros, se le atribuye la autoría: “Si los hombres pudieran quedarse embarazados, el aborto sería un sacramento”.
Pese a que los años van sumando experiencia, su feminismo se mantiene joven y va encontrando los espacios de las nuevas necesidades de las mujeres. En 2005, fundó el Women's Media Center con Robin Morgan y Jane Fonda –su amiga junto a la que se manifestaba frente a la Casa Blanca de Trump, costándoles alguna detención–. Llevan 15 años defendiendo la presencia de las mujeres en los medios de comunicación.
Un artículo es un espacio limitado para una mujer de tanta envergadura, así como una sola actriz sería demasiado poco para protagonizar su biopic. Ahora tienen la oportunidad de saber más de ella a través la película The Glorias, en la que cuatro actrices, entre las que se encuentran Julianne Moore y Alicia Vikander, recrean la biografía de Steinem bajo la dirección de Julie Taymor.
Ahora bien, al igual que prefiero descubrir a Graham por Una historia personal más que por Los papeles del Pentágono, les recomiendo conocer a Steinem por Mi vida en la carretera. Nada, por muy bueno que sea, es comparable a las palabras que una elige para su autobiografía.
*** Cruz Sánchez de Lara es abogada, presidenta de THRibune: Tribune for Human Rights y vicepresidenta de EL ESPAÑOL.