La otra cara del PSOE, dorado final de Ronaldo y el retorno de Tamara
Nicolás Redondo Urbieta, Mariló Montero, Cristiano Ronaldo y Tamara Falcó; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
Nicolás Redondo Urbieta
Era la otra cara del PSOE. Vista desde fuera, la insobornable. Dice Lucía Méndez que dijo Redondo de González: “Thatcher a su lado era una roja”. La frase está bien traída, no en vano la inspiraron los hombres de Suresnes, portadores del socialismo más sincero y ahora la sirve Méndez, que tiene el disco duro rebosante de frases y palabras.
Nicolás ha muerto como vivió, con el peso de la historia de España a cuestas, firmes las convicciones, el puño prieto y la rosa más roja que nunca. Con despedida en la víspera de Reyes. Los aplausos de compañeros y amigos atronaron en el cementerio civil de la Almudena. Y allí recogió el testigo su hijo, “Nico” Redondo Terreros, que siempre ha demostrado su vocación de respeto al padre cediéndole la palabra y el mensaje.
Redondo Terreros mantuvo humildemente las distancias con los compañeros de partido sin inmiscuirse en sus opiniones ni inclinar la balanza en favor de unos u otros. Mientras el hijo veía pasar a los nuevos y viejos socialistas tirándose de los pelos en la escena pública, Nicolás padre y Felipe rompían los votos de hermandad y emprendían caminos distintos. Nicolás padre estaba llamado a ser secretario general del PSOE, pero abrió el paso a Felipe. Eso fue al principio (otoño de 1974). Hasta que dejó de comulgar con las ruedas de molino de los sevillanos y acabó acusando a Felipe de traicionar a la clase trabajadora. Al final, doblando el tiempo, tanto el padre como en la actualidad el hijo, acabaron siendo proscritos en el PSOE.
Mariló Montero
En el recurrente numerito televisivo de las campanadas de Nochevieja. Lo único destacable fue la elegancia de Mariló. Y no lo digo solo por la indumentaria, o sea, por su concluyente estilismo. Una mezcla de Grace Kelly y Rania de Jordania en la boda de los Reyes de España. Falda de tafetán. Blusa blanca abrigo azul marino por encima y joyas de Rabbat.
Todo lo demás en las doce uvas televisadas del salto al 2023 fue un despropósito que se originó con los insensatos comentarios de Risto Mejide sobre asuntos muy personales de otras dos competidoras: la muerte de un hijo en el caso de Ana García Obregón y el embarazo de Cristina Pedroche. Dicho queda, por no enredar más la madeja.
Que me perdonen los protagonistas, pero el espectáculo de Nochevieja siempre nos depara algún sobresalto. De unos años a esta parte, los sustos corren a cargo de Cristina Pedroche, cuya belleza nos recuerda tanto a la mujer de los veinte duros que en su día pintara Romero de Torres.
Derrochona y sobrada de poderío, esta vez Pedroche se ocultó bajo un frágil armazón en el que latía su bombo de embarazada envuelto en tules y transparencias.
Eso, por lo que respecta a la tripa. Sobre ella, sus pechos de madre coraje estaban sujetos con cinta aislante y una paloma blanca los cubría de luminoso decoro. Resumiendo: la puesta en escena, entre virginal y poética, de las campanadas de La Sexta, no pasará a la historia, pero Cristina seguirá dando que hablar, sobre todo por su embarazo. Esta vez no convenció a la crítica, pero su embarazo fue muy celebrado.
Y, como queda dicho, Risto Mejide, que no siempre acierta, metió la gamba con sendos comentarios sobre la vida y la muerte que no fueron del gusto del respetable. Lástima. Con lo que nos gusta Risto.
Cristiano Ronaldo
La última noticia que ha recorrido las calles de Madeira y ha agitado los quioscos deportivos de todo el mundo es el fichaje de Ronaldo por un equipo de Arabia Saudí a cambio de doscientos millones de dólares por año hasta 2025. Puede ser el dorado final de un largo recorrido.
Es el hombre que ha inspirado más contratos y ha dado más veces la vuelta al mundo de los clubes de futbol. Empezó en Madeira, donde nació (febrero 1985), y de la cuna pasó al Andorinha, dando sus primeras patadas donde su padre ejercía de utillero. De ahí el niño se fue con sus descubridores al Sporting de Lisboa. Desconozco si ya entonces llevaba el 7 en la espalda, pero si no lo llevaba en la espalda lo llevaba en el corazón. Y es que hoy, las camisetas del siete se despachan por toneladas en los cinco continentes. En el número siete coinciden la magia y la cabalística, el misterio y la perfección. He leído en alguna parte que dios es el siete, lo cual no deja de tener su punto. Dios podrá ser el siete, pero Ronaldo no es dios.
Acabada su etapa inicial en el Sporting Lisboa recibió la oferta del Manchester United, equipo en el que permanecería cuatro años. Pasó luego al Real Madrid (rompiendo precios: fue el traspaso más caro de la historia) y pasados los años y una etapa, de nuevo al Manchester, donde cosechó algunos disgustillos. Antes había pasado su etapa en la Juventus, un equipo más carismático que el club Al Nassr de Arabia Saudí, donde puede acabar separado de Georgina. Los saudíes son duros de pelar.
Tamara Falcó
La bomba de la semana. Ya se pueden morir los Papas o venirse abajo las urgencias de la carne de los premios Nobel de Literatura. A ellos no los gana nadie. Me refiero a Tamara Falcó e Íñigo Onieva, los novios del año cuyos nombres hacen las paces y pajarean hoy en la mente de todos. Tamara e Íñigo han reemplazado en los quioscos a Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, que lideraban las portadas del cuore y las carreras de los paparazzi desde desde hace casi una década.
[Tamara Falcó e Íñigo Onieva, cronología de un engaño muy rentable: deslealtad, misa y exclusivas]
Nadie podía imaginar que la competencia a Isabel surgiría en el seno de la propia familia a cargo de Tamara (41 años) y su novio recién recuperado (33 años). Ellos, sin embargo, han osado medir en desventaja su fuerza mediática con la de dos figuras tan poderosas como Isabel y Mario, cuya ruptura fue recogida por los principales periódicos del mundo.
En favor de Tamara debo decir que su estrategia de recuperación del novio perdido pasará a las crónicas del savoir faire. Ella citó a Onieva para asistir juntos a la misa del gallo (en bancos distintos, todo hay que decirlo). Terminada la misa, se reunieron en la calle y marcharon juntos. Empezaba así la operación reconquista, con exclusiva bien retribuida por medio. Onieva ha vuelto a entrar en chez Preysler. El amor vuelve a empezar de cero. Íñigo y Tamara ya piensan en boda.