El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el pasado viernes en una rueda de prensa en Roma.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el pasado viernes en una rueda de prensa en Roma. Reuters

LA TRIBUNA

Así bebe el odio a Israel de la propaganda soviética

El tópico de la afinidad entre sionistas y nazis es una idea conspiranoica difundida en la Guerra Fría que siguen distorsionando la forma en que muchos entienden el conflicto palestino-israelí.

12 marzo, 2023 01:43

Algunos de los lugares comunes utilizados como armas por los antisionistas de hoy tienen sus raíces en la propaganda de la Guerra Fría. Uno de los más dañinos es la caracterización de los israelíes o sionistas como nazis.

La supuesta afinidad ideológica entre el sionismo y el nazismo y la presunta colaboración entre sus partidarios fue uno de los principales temas de la propaganda soviética en los años setenta y ochenta del siglo pasado.

Un manifestante palestino porta una pancarta en la que se equipara a Netanyahu con Hitler.

Un manifestante palestino porta una pancarta en la que se equipara a Netanyahu con Hitler. ADL

Décadas después del colapso del Estado soviético que utilizó esta propaganda, las ideas que difundió siguen moldeando el pensamiento y el discurso en torno al conflicto palestino-israelí, incluso en Estados Unidos. Esto pone en evidencia el duradero impacto de la propaganda de infiltración, que pretende adquirir un impulso propio independiente del aparato propagandístico que la lanza.

Una ilustración de esta conexión fue la tesis doctoral del presidente palestino Mahmoud Abbas, que al parecer era agente de la KGB. Como se describe en un artículo reciente, la disertación, terminada en Moscú en 1982, caracterizaba al sionismo en términos típicos de la propaganda soviética: como una ideología fascista, imperialista y racista que es "enemiga del socialismo y de los movimientos de liberación nacional".

El futuro líder palestino exhortó a todos los pueblos progresistas del mundo a oponerse a esta "ideología y política reaccionaria del sionismo" en pos de "la paz, la democracia y el progreso social". Abbas continuó afirmando que el sionismo y el fascismo son "fenómenos sociopolíticos relacionados" antes de tejer una teoría de conspiración según la cual los sionistas colaboraron con los nazis en la destrucción de los judíos de Europa.

El presidente Abbas ocasionalmente ha tratado de distanciarse de las afirmaciones de su argumentación, incluida su minimización del Holocausto. Sin embargo, un libro basado en la tesis y publicado en 1984 se promociona actualmente en el sitio web oficial del presidente de Palestina. Esto demuestra hasta qué punto estas ideas siguen teniendo vigencia. Y que, lejos de ser una carga política, siguen siendo útiles como herramientas para obtener beneficios políticos.

"Esta narrativa culpa a la víctima, convirtiendo a los judíos (los principales objetivos del Holocausto) en colaboradores y perpetradores"

Es importante entender que las distorsiones del Holocausto, ya sean en forma de negación absoluta o de inversiones como la de Abbas, no son solamente mala historia. Son también teorías conspirativas antisemitas en sí mismas.

Como en el caso de la disertación de Abbas, estas narrativas generalmente sostienen que el Holocausto fue inventado, exagerado o incluso perpetrado por los propios judíos como parte de una nefasta conspiración judía. Comparar a los judíos o israelíes con los nazis se ha convertido en una característica habitual del discurso antisemita contemporáneo y se identifica explícitamente como un tópico antisemita en la definición de trabajo de antisemitismo de la IHRA, el referente más ampliamente adoptado para entender el antisemitismo.

Este tópico de la afinidad entre sionistas y nazis emplea una narrativa en la que se culpa la víctima, convirtiendo a los judíos (los principales objetivos del Holocausto) en colaboradores y perpetradores. Hoy en día sigue empleándose para deslegitimar a Israel y justificar la violencia contra el Estado judío, sus habitantes y sus partidarios.

En un mundo posterior al Holocausto, en el que los nazis han pasado a simbolizar el mal ideológico, la utilidad de esta estrategia propagandística es evidente. Al asociar a mis enemigos con el nazismo, puedo presentar mi persecución y violencia contra ellos no solo como algo justificado, sino incluso virtuoso. No es de extrañar entonces que hoy volvamos a ver la misma propaganda, esta vez utilizada para justificar la guerra de Rusia contra Ucrania, con acusaciones de nazismo contra Ucrania y su presidente judío.

"En la URSS, la idea de una conspiración sionista-fascista sirvió para justificar la persecución de los judíos"

Esta propaganda tiene graves consecuencias para las comunidades judías. En la URSS, la idea de una conspiración sionista-fascista sirvió para justificar la persecución de los judíos. Durante los años en que esta estrategia propagandística fue más prominente (divulgada a través de películas, caricaturas políticas, productos académicos y la difusión de literatura antisemita y más) era casi igual de común que los judíos fueran acosados en las calles con gritos de "fascista" o con los clásicos insultos antisemitas.

Internamente, esta propaganda se utilizó para convertir a los judíos en chivos expiatorios que supuestamente promovían un complot capitalista-fascista para socavar la URSS y subvertir su valor progresista. Como propaganda exterior, fue útil para tachar a Israel de tóxico y deslegitimar su existencia.

Más recientemente, durante el enfrentamiento militar de mayo de 2021 entre Israel y Hamás, la propaganda antisemita se disparó tanto en las redes sociales como en las protestas y manifestaciones fuera de línea, incluyendo a menudo caracterizaciones de Israel o los sionistas como nazis. Durante ese período, los incidentes antisemitas en Estados Unidos aumentaron a más del doble, ya que los judíos fueron acosados y agredidos en las calles de todo Estados Unidos, desde Los Ángeles hasta Nueva York.

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En una entrevista concedida en 2023 al periódico alemán The Berliner Zietung, el exlíder de Pink Floyd, Roger Waters, reafirmó sus anteriores declaraciones en las que comparaba a Israel con la Alemania nazi. Para defender su postura, Waters, que tiene un largo historial de antisemitismo, añadió la mentira de que "los israelíes están cometiendo un genocidio", equiparando a Israel con numerosos y brutales regímenes coloniales.

Las ideas sobreviven a los regímenes que las ponen en marcha y sus repercusiones pueden ser duraderas. Hoy, las ideas conspirativas difundidas como propaganda de la Guerra Fría siguen distorsionando la forma en que demasiadas personas entienden el conflicto palestino-israelí. Hace mucho tiempo que deberíamos haber desmantelado estos artificios ideológicos.

*** Vlad Khaykin es director de los Programas sobre Antisemitismo de la Liga Antidifamación (ADL).

José Luis Escriva, ministro de Inclusión Seguridad Social y Migraciones, durante la presentación de datos.

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