Las tractoradas, qué dice la prensa
Dos asuntos han carburado lo suficiente como para relegar la amnistía a un segundo plano en las portadas. El primero, la guerra de Israel. Los titulares de El País y La Vanguardia son muy parecidos: “Netanyahu rechaza la tregua ofrecida por Hamás y avisa de que busca la victoria total”.
El otro asunto es la revuelta de los agricultores. ¿Recuerdas, patrón? “Me miraste con ojos de gacela cuando fui a visitarte en mi 600. Pero ahora tengo un tractor amarillo, que nunca pincha y tiene aire acondicionado, y un meneo que os pone juguetones”.
Los tractores, la última moda. Sobre esto hay muchos enfoques interesantes. ABC: “El campo amenaza con colapsar los centros logísticos de las capitales”. La crónica revela la consigna distribuida por WhatsApp: “Desde dentro de las ciudades, cortar el acceso a las autovías, redes y rotondas de enlaces entre la carreteras”. ¿Veis lo bien que estamos en el polígono? Aquí no llegan ni los tractores ni los whatsapps.
El Mundo pone el acento en el saldo de ayer: “Doce detenidos y más de 2.500 identificados en el segundo día de protestas masivas de los agricultores”. La Razón: “Las protestas vuelven a bloquear las carreteras”. El País: “La protesta del campo entra en Barcelona y llega a diez Comunidades autónomas”.
Y luego son muy interesantes los reportajes que intentan llegar al fondo de la cuestión: ¿existe una motivación política en esta revuelta? En ese caso, ¿de qué signo? ¿De izquierdas o de derechas? En El Confidencial, una crónica de Ana Belén Ramos explica la pugna soterrada entre Feijóo y Abascal por capitalizar la revuelta: “Vox busca hacerle un roto al PP con sus cuatro consejeros autonómicos de Agricultura. Abascal exprime el poder territorial que le cedió Génova para exhibir gestión, calentar la calle y capitalizar la revuelta agraria”.
Podríamos deducir, entonces, que esto es una cosa más conservadora. Pero leo en El Independiente que es la CUP, en Cataluña, es decir, la extrema izquierda, la que busca capitalizar la tractorada. EL ESPAÑOL, en un reportaje, indica que hay extrema derecha y extrema izquierda: “Agricultores de izquierda y outsiders de Vox, quién es quién en las tractoradas”.
Está claro, sin embargo, que no hay hilo directo entre la coalición PSOE-Sumar y los tractoristas. Tampoco hay feeling con los sindicatos. Eso genera inquietud al Gobierno. Acerca de esto escribe Julián Cabrera en su columna, que ironiza: “Los que defienden la amnistía son progres, pero los que protestan en el campo son fachas”.
Tengo grandes noticias. Ha vuelto. Ramón Tamames escribe una Tercera en ABC. Para que veais que la vida nunca se acaba, que la aventura siempre comienza. ¡Dale, Ramón! Empieza la “Ramontada”. Le pide Tamames a Pedro Sánchez que se busque un psiquiatra para combatir el síndrome de La Moncloa y le sugiere que busque a Freud redivivo.
También necesitamos a Freud para comprender lo que está pasando entre Podemos y Sumar. Ahora es ya una novela policiaca. Leo en todos los periódicos de esta mañana el atraco en los despachos. ABC, El País, La Razón… “Podemos denuncia en la comisaría de policía del Congreso que Sumar desalojó sus despachos a la fuerza”.
Resulta que Podemos, escindido del grupo de Yolanda Díaz, debía abandonar los despachos del grupo. Les dieron, al parecer, dos meses. Pero no se iban. Entonces, los de Sumar, en una gran política contra la okupación, entraron en los despachos, arramplaron con todas las cosas y las dejaron en el pasillo. Eso es lo que denuncia Podemos. El detalle más divertido está en una crónica de La Vanguardia. Todos se miran en busca del traidor. Porque hacía falta un código numérico para entrar en la zona de esos despachos que sólo conocían en Podemos. ¿Quién le dio el código a Yolanda Díaz?
Por último, mientras continúa la guerra de fiscales, algunas novedades importantes sobre Tsunami. Exclusiva de El Confidencial: “Informáticos bielorrusos colaboraron con Tsunami desde un piso franco de Girona. Un nuevo informe revela que uno de los líderes de la plataforma independentista se coordinó con tres expertos bielorrusos que estaban escondidos al norte de Barcelona”. Y una exclusiva de EL ESPAÑOL: “La Generalitat ha dado 13 millones en subvenciones a Oriol Soler desde que puso en marcha Tsunami. Su editorial, Abacus, multiplicó por cuatro sus ingresos públicos desde que Pere Aragonès preside el Govern. Hace dos meses recibió 4,3 millones”.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.