El caso de Begoña Gómez, según la prensa
Hoy es un día para leer la prensa en las ediciones digitales, y no en las de papel. Porque anoche, a eso de las once, trascendía una noticia que es la más importante de hoy y que no dio tiempo a imprimir a casi ninguno. Te cuento la prensa, Carlos Alsina, “sujeto” según escribí un día yo, pero dijo el profesor. Ahí van, querido sujeto, el verbo y predicado de los periódicos.
El Mundo: “La Fiscalía Europea recaba los correos del caso Begoña”. ABC: “La UCO incauta correos y documentación en Red.es sobre los contratos que afectan a Begoña Gómez”. Porque fue la UCO, la Guardia Civil, quien recabó, pero por petición de Europa.
Maldita sea, todo se ha llenado de fascistas. Y nosotros, los jóvenes, que creímos haber nacido en una democracia conquistada, nos enfrentamos ahora al fantasma negro del fascismo. El Confidencial dice que los agentes de la UCO requisaron discos duros y correos para analizar todo lo que tiene que ver con las adjudicaciones públicas a Carlos Barrabés, colaborador y amigo personal de Begoña Gómez.
EL ESPAÑOL apunta que la investigación trata de acreditar si esas adjudicaciones a Barrabés se concedieron debido a su relación con Begoña Gómez. Barrabés es el ideólogo del máster que dirige la mujer del presidente, además de miembro de su claustro de profesores. ¡Amado pueblo de Más de uno! ¡A quién queréis salvar! ¡A Begoña Gómez o a Barrabés!
Maldita sea, ya no son solo los jueces, también la Fiscalía Europea, incluso los periódicos aparentemente serios. Todos fascistas de extrema derecha. ¡Debemos salvar la democracia! Nos lo cuenta Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno, en una entrevista con El País: “Nos estamos jugando el Estado democrático”. El Confidencial relata que se está produciendo una “oleada de indignación entre los jueces por el ataque constante de Moncloa”.
Lo que está ocurriendo es realmente inédito. La mujer del presidente del Gobierno imputada la semana antes de las elecciones, con dos investigaciones abiertas de manera paralela, una de un juez español y otra de la Fiscalía Europea. La cuestión es cómo va a influir esto en el voto del domingo.
Vemos fotografías preciosas, como de boda civil. Aparecen Pedro y Begoña, en un mitin, dándose la mano y sonriendo. Porque ayer fueron juntos a un mitin en Benalmádena. “¡Begoña, Begoña!”, el público en pie, ovacionando a la mujer del presidente, nos dice ABC. “Sánchez convierte a su esposa en el estandarte de la campaña del PSOE. El presidente pide un zurdazo de votos contra los bulos de la ultraderecha”. Un tal Rubén Amón, mon Amon, mon Amour, escribe en El Confidencial: “Y Sánchez se convirtió en el marido de la presidenta”.
La Razón dice en su portada que el PP “dispara sus expectativas por el efecto Begoña Gómez”. Pero El País rebate: “El PSOE confía en convertir la imputación en una palanca electoral”. Todo es cuestión de perspectiva.
España se está poniendo un poco nerviosa. España se está exaltando. Pero, por fortuna, Dios vendrá en nuestra ayuda. ElDiario: “La Justicia autoriza una concentración para rezar el rosario frente a la sede del PSOE en la jornada de reflexión”. ¿Qué es rezar si no reflexionar?
Quien debe de estar rezando bastante estos días es el rector de la Universidad Complutense, el señor Goyache. Recordaréis que los papeles lo definían como el protector de Ayuso en el ámbito universitario. EL ESPAÑOL: “Ayuso enseña la puerta de salida al guardián de los secretos del Máster de Begoña Gómez. Relativizó en un claustro las actuaciones de la mujer del presidente”.
Ayuso puede dar la enhorabuena a los vecinos de Getafe por el ascenso del Leganés, pero no puede tolerar que un sanchista converso permanezca en las instituciones que de ella dependen. Ayuso prepara la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol, esa misma que quiso poner un día Valle-Inclán. Os acordáis de don Ramón. Son preciosas las fotos en las que aparecéis vosotros, niños, jugando con su barba y metiendo las manos por la manga donde había muñón y no brazo.
Fijaos en la columna de Ricardo Colmenero en El Mundo: “Pedro Sánchez presumía en noviembre: «España es un país formidable, pero yo estoy convencido de que puede ser aún mejor. Va a ser aún mejor». Pero resulta que seis meses después ha fracasado. Sólo hay fango, ultraderecha, tabloides, pseudomedios y jueces que andan citando cuando les da la gana. O bien Sánchez nunca ha creído en los medios y la justicia o estamos ante otro de sus cambios de opinión que, casualmente, no hemos conocido hasta que la justicia le afecta a él”.