Esta es la historia de un niño rico nacido en el seno de una poderosa familia que lo tenía todo -educación elitista, coches carísimos, ropa de marca-, excepto una de las pocas cosas que no se puede comprar en España: un título nobiliario. Es sólo el Rey quien puede otorgar de nobleza a alguien por los méritos que éste haya demostrado en vida. Incluso por herencia, y aunque así conste en el BOE, es el jefe del Estado el que tiene que imponer su ilustre rúbrica en la Carta de Sucesión. Sin firma no hay título.
Pongamos un ejemplo al azar. Tamara Falcó (40 años) se convirtió en la VI marquesa de Griñón el 7 de diciembre de 2020, nueve meses después de que su padre, el recordado aristócrata Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, falleciera por coronavirus. Ese mismo mes, ese mismo año, la revista ¡HOLA!, el álbum de fotos familiar de Tamara desde el momento en que vino al mundo, anunciaba, con reportaje fotográfico y beso incluido, que la recién nombrada marquesa había encontrado el amor junto a un hombre anónimo para los lectores de la Biblia del corazón. Hoy es la persona del momento.
Efectivamente, usted está en lo cierto: esta es la historia de Íñigo Onieva (33). Iñi -como le llaman sus amigos- o Iñiguete -como se refiere a él su madre- se ha convertido en el villano nacional por su traición pública a la hija más mediática de Isabel Preysler (71), que descubrió la infidelidad de su novio -¡su prometido!- tan sólo horas después de anunciar su compromiso matrimonial.
[El vídeo de Íñigo Onieva besando a otra mujer que no es Tamara Falcó y que pone en jaque su boda]
Un anillo de oro blanco y diamantes valorado en 14.500 euros, una fecha marcada en rojo en el calendario de 2023, un imponente castillo medieval, El Rincón, propiedad de la novia y algo más: un título de marqués consorte sobrevolando, a punto de aterrizar en una familia "de pasta, pero no de casta". El matrimonio entre Tamara e Íñigo habría catapultado a la familia Onieva al pedigrí y rancio abolengo de los Falcó, al glamour de los Preysler y al infinito dinero de los Iglesias.
No obstante, horas después del post de Instagram en el que Tami comunicaba, feliz, dichosa, su inminente boda, todo se truncó: salía a la luz un vídeo en el que Onieva se daba un beso de seis segundos con otra mujer en Burning Man, un festival de música en mitad del desierto de Nevada.
Y no es que el tiempo sea determinante, pues como bien sentenció Tamara en sus primeras declaraciones tras el salto por los aires de su relación de dos años: "Me da igual si han sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso. Con los cuernos soy muy cuadriculada. Es imposible que vuelva con él".
Fin a la era I.O. Pero ¿quién es él? ¿Quién es su millonaria familia? Íñigo Onieva Molas nació el 7 de junio de 1989 fruto del matrimonio -hoy extinto- entre Íñigo Onieva (55) y Carolina Molas Urrutiaciorraga (53). El padre es natural de las islas Baleares y la madre es del País Vasco. Tras su boda, instalaron su cuartel general en La Moraleja, el distrito más rico de España con una renta bruta de 245.000 euros de media anual. Esta cifra supone más del doble que el segundo barrio más pudiente del país, Salamanca-Goya, que se queda en 130.622 euros.
EL ESPAÑOL | Porfolio se ha trasladado hasta La Moraleja para descubrir todos los secretos de la familia más popular de la última semana... en contra de su voluntad. Discretos y "un poco hartos" de tanto revuelo -hace un mes un vecino se paseó con una scort de lujo que hizo topless delante de todos en el Club de Golf y poco antes se descubrió que uno de los suyos había votado a Podemos- tan sólo un par de vecinos accede a conversar con esta revista.
"Es una familia muy querida y respetada. Aquí siempre hemos vivido muy tranquilos, aunque últimamente hay más trasiego... Y nos extraña porque es una urbanización privada. Supongo que como sólo sacan su casa, no molestará al resto de vecinos. Pero si Carolina o alguno de ellos quisiera, podrían llamar a la seguridad para echar a los fotógrafos y a las cámaras de ahí. Están siendo muy generosos con eso porque yo ya me habría cabreado", cuenta uno de los residentes, que deambula con su perro, que luce una correa con forma de ristra de chorizos.
Otra mujer, que recrimina a este medio que la llame "señora", detalla que "Íñigo siempre fue el típico niño extrovertido, que llamaba la atención, amante de las motos, los coches y también de las muchachas… es que le gustan las mujeres, ¿qué te puedo decir? Antes de Tamara él tuvo una novia, se llamaba Lucía, y la muchacha era un encanto, de verdad. Qué niña tan buena… Siguen teniendo relación hoy en día, se ven porque tienen amigos en común pero entre ellos ya no hay nada, ¿eh?", expresa esta simpática dama, de largo cabello rubio con perfecto tratado de peluquería y las gafas de sol de Prada favoritas de las influencers.
Los Onieva Molas viven en el número 106 de uno de los cientos de caminos que componen el exclusivísimo residencial madrileño. Su mansión es tan grande que ocupa todo el final de su calle. Las dos casas que la flanquean están de obras, aunque la distancia entre ellas es tal que es imposible que el ruido les moleste. Varias agencias de prensa y el programa Sálvame hacen guardia a las puertas del hogar, hoy centro de reflexión y meditación de Íñigo, que sólo encuentra consuelo en su madre, sus hermanos, sus perros, Rumbón y Tito, y su loro Julito.
1. Íñigo Onieva (padre)
Íñigo Onieva, el padre de Íñigo Onieva, no vive en esa casa desde que se divorció de su esposa, Carolina Molas. Este ejecutivo, con más de 20 años de experiencia en el sector del turismo, y que actualmente reside en México, es "experto en el área de gestión, estrategia, digital, marketing, comercio electrónico, experiencia del cliente y distribución en línea", según se observa en su perfil de LinkedIn.
Tras la separación de la madre de sus tres primeros hijos, Íñigo, Alejandra (30) y Jaime (27), Onieva rehizo su vida y es padre de otro niño, Guillermo, aún menor de edad, la gran debilidad de sus hermanos mayores. En 2019, el patriarca del acaudalado clan fichó como Director Global de E-Commerce del Grupo Barceló tras casi una década en NH Hoteles, de los cuales más de cinco lo hizo como vicepresidente sénior de Marketing y Distribución Online.
2. Carolina Molas Urrutiaciorraga
Bellísima, estilosa y protagonista indirecta del culebrón protagonizado por su hijo mayor. Carolina Molas ha llegado a romper a llorar ante las cámaras tras las declaraciones y el bloqueo en Instagram de su exnuera, Tamara, que ha decidido prohibir taxativamente que la que fuera su familia política disfrute de su contenido en Instagram.
Además de culta, Molas es también una mujer hecha a sí misma en el mundo de la empresa. Amante de la moda y entusiasta de los viajes, un hobbie que compartía con su exmarido y que practica todavía hoy, como muestran sus redes, Carolina tiene un currículum profesional brillante, que le viene de familia y que compagina con su vida como madre y esposa de su actual pareja, José Ignacio de Guadamillas.
Carolina, que proviene de una generación de industriales vascos, participa, junto a su hermano Eduardo, como consejera en Lux-May SL, dedicada a las manufacturas plásticas y el comercio de aparatos electrodomésticos. Además, es consejera de la empresa que preside su madre María Eugenia Urrutiaciorraga Ibarra. Lejos de ser un mero cargo figurativo, la exsuegra de la marquesa de Griñón acude a diario a trabajar a la sede de la empresa.
Es habitual verla por la mañana en los aledaños de su oficina tras aparcar su espectacular Jaguar deportivo color azul Klein. Según ha podido comprobar esta revista, Carolina participa como cargo directivo en 19 empresas que el grupo familiar posee dedicadas a diversas actividades.
Desde la comercialización de "toda clase de aparatos eléctricos, electrodomésticos, televisores y aparatos para el hogar", hasta el "alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia". Algunas de las empresas del emporio tienen más de 46 años de antigüedad. Otras, como Mundo Color SL, son de más reciente creación.
La madre de Íñigo Onieva es dueña del dominio www.electrobuy.es, una página de comercio online de pequeños electrodomésticos, que hacen pensar que la familia, en este caso de la mano de Carolina, ha aprovechado el tirón del comercio electrónico para subirse al carro del comercio online, diversificando así el negocio.
3. Íñigo Onieva Molas
Su llegada al mundo hace 33 años llenó de alegría a sus progenitores, que se convertían en padres en plena juventud tras pasar la barrera de los 20. Onieva estudió Ingeniería Técnica de Diseño Industrial en la Universidad Antonio de Nebrija, entre 2007 y 2011. Además, tiene dos másteres, uno en Diseño de Transportes, en el Instituto d'Arte Applicata e Design de Turín, y otro de Diseño de Automóvil en Royal College Of Art de Londres. Tras finiquitar sus estudios, se fue de España y empezó a trabajar en la casa italiana Zagato en Milán. El diseño de coches es su pasión y así lo cuentan personas de su entorno a esta revista.
"Es un tío solidario, ¿eh? Y ayuda. Ayuda un montón. Al principio de la pandemia, durante el confinamiento, consiguió mascarillas para sanitarios. Tuvo muchísimos gestos, trajo material desde Estados Unidos para ayudar a gente que lo necesitaba aquí. Es un tío animalista... Mira, estoy leyendo unas cosas de él... es que se les está yendo la pinza. Son falsas. Están cuestionando hasta sus trabajos en Milán. Él trabajó allí y es un apasionado del diseño y de los coches. Si vas a su casa, te enseña las maquetas. Íñigo puede parecer un tío frívolo, pero tiene un punto sensible y especial, que es el que enamoró a Tamara. Es injusto lo que están haciendo con él", apuntan desde su círculo.
"Fue después de que él regresara de Milán cuando empezó con el tema de la noche. Primero trabajó en Gunilla, después en Panthera y desde diciembre está en Lula Club", concluye esta fuente amiga, que prefiere mantener su anonimato.
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Además de ser la cara visible de Lula -en ningún caso socio, pues los dueños son Ramón Matoses e Ignacio Fernández Fuentes- Onieva trabaja desde marzo de 2021 como Business Development Director en Mabel Hospitality, la filial de la compañía privada de inversión propiedad de Abel Matutes Jr., hijo del exministro popular Abel Matutes (80), el empresario Manuel Campos y el deportista Rafael Nadal (36).
En este sentido, Íñigo Onieva es el responsable del desarrollo de negocio de su cadena de restaurantes a nivel nacional e internacional. Los más conocidos Totó y Tatel, de los que Enrique Iglesias (47), hermano de Tamara, también es socio. Tatel abrió sus puertas en 2015 en el número 36-38 del Paseo de la Castellana, aunque ya tiene sede en Ibiza y Beverly Hills, a donde Onieva fue este verano, justo antes de pasar unos días en el Festival Burning Man: el escenario del delito.
4. Alejandra Onieva Molas
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Alejandra Onieva, a la que cariñosamente sus seres queridos llaman Ale (con y sin equis, así lo remarca ella), nació el 1 de junio de 1992, es actriz, modelo e influencer con más de 340.000 seguidores. Guapísima, como todos en esa familia, la joven estudió interpretación en Estudio Interactivo y Cuarta Pared, y aunque comenzó los estudios de Publicidad, Relaciones Públicas y Moda, finalmente, los abandonó para centrar sus energías en su verdadera pasión: la interpretación.
Durante más de 700 episodios y tres años la hemos podido ver en la mítica serie El secreto de Puente Viejo, de Antena 3. Además, también se ha metido en la piel de personajes en series como Reinas, de La1 de TVE; Ella es tu padre, de Telecinco; Presunto culpable, de Antena 3 y Alta mar, de Netflix.
En el ámbito personal, Alejandra Onieva mantuvo una turbulenta relación sentimental con Fernando Nicolás, uno de los famosos cachorros de la jet set y uno de los solteros de oro de este país. Nicolás es uno de los socios fundadores del Grupo Larrumba, que cuenta con casi 20 restaurantes en Madrid: desde Perrachica hasta Habanera, pasando por Frida o Marieta.
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Su última gran apertura, Harrison 1933, una coctelería con alma y sabor a club inglés. Actualmente se desconoce si Ale tiene pareja. Uno de sus grandes apoyos y mejores amigos es el modelo bilbaíno Jon Kortajarena con quien se la ha visto almorzar en los restaurantes más chic de la capital, en las fiestas más VIP y disfrutando de vacaciones juntos.
5. Jaime Onieva Molas
Es el benjamín del clan, tiene 27 años y es el menos mediático. Jaime Onieva, al que su madre llama Jaimote, estudió Administración y Dirección de Empresas en CUNEF, el Colegio Universitario de Estudios Financieros por el que sus padres desembolsaron 10.500 euros por curso. El día de su graduación, su hermano mayor estuvo con él y le demostró su orgullo en un bonito post publicado en sus redes sociales. "Enhorabuena, hermanito, lo más duro está por venir", firmó Íñigo junto a una foto de ambos.
Desde que Jaime acabase sus estudios, en el verano de 2018, ha buscado nichos de mercado a los que dar respuesta con sus innovadores proyectos. "Me defino como una persona trabajadora y con ambiciones. Creo que la base para conseguir cualquier meta es la superación personal y la resiliencia, y que estas deben ir siempre acompañadas por un equipo unido, cualificado y con amplias dosis de comunicación", escribe en su presentación profesional de LinkedIn.
Jaime Onieva es Co-managing partner en el prestigioso servicio inmobiliario Atomiun Services, que el pasado mayo creó Chestertons Atomiun, abriendo su primera oficina en España, concretamente en Madrid. Medios especializados en el sector no han dudado en alabar el savoire faire del pequeño de los Onieva, haciendo hincapié en el imparable crecimiento de su empresa desde su creación. Se dedica a dar soluciones comerciales y a asesorar estratégicamente tanto a inversores y propietarios como a ocupantes, para ayudarles a conseguir las ventajas competitivas que buscan.
Su éxito empresarial quizá no habría a tal punto si no hubiera pasado por experiencias laborales algo más humildes. "He organizado viajes para estudiantes desde el 2011 hasta el 2015, coordinando viajes a Mallorca para más de 100 alumnos y otros viajes de esquí con destinos como Sierra Nevada, Formigal o Baqueira", expresa en sus redes sociales.
Además, también indica en el apartado dedicado al voluntariado que fue camarero de Rigatoni Catering, en un evento de ayuda humanitaria en desastres naturales. Formó parte de la organización de un evento con el fin de recaudar fondos para ayudar a niños con riesgo de exclusión social. Trabajó como becario durante dos meses en la empresa Best Day Travel como analista financiero. Si bien este trabajo no fue el sueño de su vida, sí que lo fue el destino, Cancún, México, donde vive su padre.
Algunas voces apuntan a que Íñigo Onieva podría escaparse temporalmente al país azteca junto a sus dos hermanos, sus grandes pilares, para así poner tierra (y agua) de por medio hasta que se disipe el tsunami informativo de su infidelidad, la pedida de mano y la anulación exprés de su boda con Tamara Falcó.