Un día estás tan tranquila en casa y te llega una carta de la Casa Real británica. Y no cualquier carta: es una invitación a la coronación de Carlos III. Parece el argumento de una película de media tarde, pero es una situación tan real como la vida misma. ¿Cómo ha podido pasar? Eso mismo pensó Beatriz Albo, la salamantina que se convirtió hace cinco años en la reina de las salsas españolas en Reino Unido, al recibir la misiva el pasado jueves 13 de abril. Lo cuenta muy emocionada ella misma a EL ESPAÑOL | Porfolio desde Gales, donde reside desde 1992. Al parecer, los ministros de este país nominan a las personalidades que creen que deberían estar en un acto conmemorativo de este calibre, y la Casa Real decide finalmente con quién se queda en las siguientes cinco semanas.
Ese jueves ya se había pasado ese periodo, desde aquel día en el que la secretaria de Lesley Griffiths, ministra británica de Asuntos Rurales, se había puesto en contacto con Beatriz para comunicarle que iba a ser nominada. “Me preguntó que si me importaba que me nominaran. ¿Importarme? Ya ves tú, qué honor el mío”. Albo se encontraba impartiendo clases en un colegio y no veía el momento de llegar a casa para mandar todos los datos que le pedían: “Es que te piden de todo: dónde vives, cómo te llamas, si has tenido otro apellido antes… Con todo eso te hacen un chequeo en un organismo que es como el CSIC de España”.
Y hace dos semanas el cartero metía la carta por la ranura de la puerta, tan típica en las casas británicas: “Justo esa mañana me levanté pensando que había pasado más tiempo y que ya no me irían a llamar entre tantos cientos de personas nominadas. Pero llegó y no me lo podía creer, estaba con mi hija que había venido a pasar la Semana Santa y le decía: 'Pero Susana, ¿cómo puede ser? Imagínate la cantidad de gente galesa a la que podrían haber nominado o elegido.'”.
En esa invitación aparecen todos los detalles e instrucciones que Beatriz, junto a su pareja y acompañante, tienen que seguir al dedillo: desde el dress code, hasta los horarios concretos de cada acto. Aun así, hay muchos partes que no se conocen “por seguridad”, tal y como confirma ella misma a esta revista, que ya cuenta con outfit para la ocasión de una firma española. “Estuve en Asturias unos días y allí pasamos por unos grandes almacenes donde me atendieron tan bien que terminé comprando. Es un mono acampanado con una gasa verde y aún tengo que buscar el tocado, el collar y los zapatos.
–¿Es obligatorio el tocado?
–Sí, forzosamente tienes que llevar sombrero o tocado, las únicas personas que no tienen que hacerlo son los que visten un traje como un burka o un turbante. Me decían mis amigas que fuera con la mantilla, pero dije que no, al final no es tan tradicional.
De la biología a los fogones
Pero, ¿cómo conoce una ministra galesa a esta salmantina afincada en Gales? La cocina es la clave o, mejor dicho, las paellas que cocina en ella con tanto arte y mimo. Tras estudiar en España, Albo viajó a Gales con una beca de investigación. Le fue tan bien durante los seis meses que duraba, que casi le suplicaron que se quedara a hacer el doctorado. Accedió, pero a los dos meses tuvo que regresar a España al sufrir su madre una angina de pecho. “Me tuve que ir dos meses con mucha pena”, relata a EL ESPAÑOL | Porfolio. Finalmente, pudo volver a terminar aquella etapa e incluso a iniciar otra: se casó con el que ahora es su exmarido y tuvo a sus dos hijos tras sufrir un aborto.
Ellos nacieron ya en Mánchester, donde impartió clases de Biología en un colegio durante 10 años. A pesar de lo mucho que le gustaba – y le gusta- la docencia, aquello terminó por desencantarla. “Aquí va todo por méritos, con mucha cuestión administrativa. Todo está enfocado al target. Cuantos más niños vayan a tu colegio, más dinero se recibe del gobierno, así que perdí la ilusión y fue cuando mi entorno me empezaba a preguntar por qué no vendía mis salsas”.
Unas salsas que Beatriz preparaba todas las semanas en su casa, a partir de la receta de su madre, porque ella admite que no sabía cocinar. “Mis abuelos tenían un bar en Salamanca muy mítico durante muchos años, pero a mí me echaban de la cocina porque no sabía”, recuerda riéndose. Su energía y su carácter extrovertido provocaban que su casa en Gales estuviera siempre llena de amigos y familiares invitados, a los que cocinaba con las deliciosas recetas familiares. “Había amigos de mi hijo que se quedaban toda la semana y sus padres ya pidiéndoles que volvieran. Pero ellos le decían: ‘Dile a tu madre que haga la paella de siempre’. Así que mi hijo me insistía: ‘Mamá, tienes que embotellar la salsa que haces y que la gente no tenga que pensar cuánta cantidad de agua hay que echarle’. Así que así lo hice”. Empezó a vender en pequeños mercados artesanales y de productores, como un hobbie más, hasta que, también por casualidad, llegó su oportunidad en el 'Masterchef' británico.
[Beatriz, la salmantina que ha ganado con su paella embotellada el 'MasterChef' británico]
Premio a la mejor paella
“Me llegó un anuncio de que buscaban artesanos y mandé mi perfil pensando que a lo mejor era para una tienda. Al tiempo, me llaman para hacer un FaceTime, todo muy bien, y me piden un vídeo donde apareciera haciendo las salsas. Lo ven y de repente me dicen: ‘Vamos a mandar a los cámaras a tu casa’. Me sorprendo muchísimo y ya me dicen que es un proceso de selección que han pasado cientos de personas y que es para un programa de televisión, pero siguen sin decirme para cuál. Cuál es mi sorpresa cuando paso las pruebas y me dicen que es el programa del reconocido chef Tom Kerridge. No me lo podía creer”. Top of the Shop terminaba su edición de 2018 con Beatriz como ganadora.
–¿No sospechabas que podías ganar?
–Ni mucho menos, piensa que yo competía con una persona que cocinaba con curry, que aquí se vuelven locos con eso, y otro con picante. Y yo pensé: "Mira, Beatriz, lo vas a dar todo y si ganas, bien, y si no, que te quiten lo bailado". Pero es que entre todos los que estábamos, ganar yo parecía imposible. Pero claro, conquisté a la gente, porque es que la paella me salió…
Además, Beatriz contaba con un amuleto inesperado: la paellera que le había regalado su madre, ya fallecida, y que le sirvió para hacerse con el premio. “Yo llevaba mis paelleras de porcelana para cocinar y cuando me pusieron en el sitio, que era como con fuegos portátiles, fui a poner mi paellera y de repente no funcionaba. Me había llevado, fíjate tú, otra de acero forjado que me había regalado mi madre, que no llegó a ver esto porque murió en 2018, que me la metió desde España, que fíjate lo que pesa… Pues la había cogido por si me daba suerte. Así que les dije: ‘Espérense, espérense, que tengo la paellera en el coche’ y entendí que es que tenía que cocinar ese día con la de mi madre. Mira, a mí me pasan muchas cosas como esta en la vida, y lo cierto es que me quedó preciosa, con sus mejillones. Les dije que veces la paella es como una obra de arte y me dijeron que qué bonito lo que había dicho, que era verdad que daba pena hasta comérsela. Fue totalmente inesperado.
–¿Qué significó para ti ganar aquel programa?
–Pues casi como un crowfunding, como un antes y un después. Para que te hagas una idea, el día que salió ese episodio, durante los 15 minutos primeros, que todavía no había ganado ni nada, ya me llegaron 2.000 pedidos. Imagínate mi casa, que es donde yo hacia las salsas, se llenó de cosas. Me llegaron miles de libras, y a día de hoy confío en que todo se me pagó, porque no me pude parar a mirar eso. En mi casa no se pudo comer en una mesa desde abril hasta octubre, todas las estanterías de mi casa estaban repletas de botes como si fuera una tienda. Me ayudaban mis hijos cuando podían y todo el que pasaba me decía que qué bien olía. Nosotros sólo podíamos comer con una bandejita encima de las rodillas, pero aquello hizo que yo pudiera obtener mi propio local y pudiera cocinarlo todo desde ahí.
Desde entonces, su marca, Sabor de Amor, es un homenaje a su madre, a sus raíces españolas, y al grupo Seguridad Social, de donde viene el nombre de la marca. Los pedidos le llegan sobre todo de Marruecos, Holanda o Dinamarca, y son tantos que cuenta con la ayuda de una fábrica. “Fue un paso importante, me tuve que pelear mucho porque me pedían incluir estabilizantes y cosas, así que les dije: ‘Voy a traerles salsas de hace cinco años, las voy a probar con ustedes y van a ver cómo están bien’. Y así fue, me dijeron que estaban hasta mejor. Yo soy científica, sé que no hacen falta esas cosas, las salsas están pasteurizadas y eso es suficiente”. En su web se puede comprar por 4,50 euros la paella y la salsa brava, y por 3,95 euros el alioli y el tapenade.
–¿Crees que la invitación de la Casa Real es un reconocimiento a tu trayectoria?
–Es un reconocimiento y a la vez, al estar fuera de tu país, mira, me emociono… Me he perdido muchas cosas, incluso la muerte de mis padres, y tener que volar en 24 horas, que parece que estás al lado, pero al funeral de mi madre llegué 15 minutos antes de la misa funeral. Te acuerdas de todo eso que te has perdido, el ver a tus sobrinos, que he cuidado de ellos desde pequeños, o la vida de tus hijos allí… Ellos dicen: ‘Mamá, para nosotros eres un orgullo por sacarnos adelante’, y de repente te reconocen todos los sacrificios que has hecho. Es muy bonito, seas monárquica o no, que yo sí lo soy, un reconocimiento tan exclusivo. Hay que pensar que este año se ha recortado mucho en gastos para la coronación y es un momento histórico la coronación de un Rey. Una mujer que decide montar un negocio con 46 años, en un país extranjero… Al final ellos están orgullosos de que una persona como yo, que llevo toda la vida en Gales, haya contribuido así. Siempre digo. y en todos mis posts de redes lo pongo, que me siento primero española y luego galesa, así que creo que esto va a ser un antes y un después en mi vida.
–¿Estás de acuerdo con la coronación de Carlos III?
–Sé que hay mucha gente en contra, por eso hay tanta seguridad y por eso los detalles de la fiesta se están dando tan de poco a poco. La Reina Isabel fue una persona que tuvo que hacerse cargo muy joven, entonces la responsabilidad fue muy tradicional, muy de que no pasara nada. Desde pequeña siempre me he leído todas las revistas y todo esto me ha encantado, me gusta mucho enterarme de estas cosas, y sé que la Reina Isabel ha sido incluso una persona que llevaba guantes porque no quería dar la mano. Digo esto porque creo que este Rey va a ser distinto, con la vida que ha vivido, le decían el orejas cuando era más joven, o que estaba loco, luego también lo que pasó con Lady Diana… Pero es un hombre que todo lo cultiva en su jardín, está muy concienciado con el medioambiente, así que se piensa que va a ser un hombre más cercano y que va a hacer muchos cambios. De Camila, por ejemplo, la Reina Isabel dejó dicho que tenía que ser Reina consorte y él ha cambiado eso con un discurso de manera oficial donde se refirió a ella como Reina Camila. Creo que para que la monarquía pueda sobrevivir tiene que ser más real con los gastos, más cercana al pueblo… Y en España me gusta ver que la Reina Letizia está a la misma altura que el Rey. Creo que ellos han marcado una pauta y creo que esto va a pasar aquí también.
–En todas las monarquías salen a la luz los escándalos personales, ¿qué te parece lo que está pasando con Harry y Meghan?
–Al principio, la gente estaba de acuerdo con Harry, pero la historia está cambiando, ahora piensan que son ya unos pesados. Te has ido porque estabas harto de que te siguieran y de lo que publicaban y ahora eres tú el que estás diciendo: "Venid, que vamos a escribir esto". Y eso a nivel de monarquía, pero es que a nivel de familia, vamos a ver, son niños que van a crecer sin su familia, ni de un lado ni de otro. Yo pienso que los primeros amigos que tienes siempre son tus primos y esos niños van a crecer sin familia. Ahora, que él vaya a la coronación…. Pues no sé, a lo mejor es porque piensa: "No puedo perder esto porque a lo mejor me toca volver".
–¿A ti te parece bien que vaya?
–Pues no, fíjate. Has hablado tan malamente de tu familia… Si tienes algo que resolver, resuélvelo con ellos. Si has hablado así, en otro país le hubieran dicho que puerta. Entonces que ahora venga no me parece bien, te lo digo de verdad. Viene porque es su derecho, pero al haberlo puesto así tan mal… me parece que no es adecuado.
Según las últimas informaciones, el príncipe Harry acudirá al acto de coronación de su padre, pero no estaría sentado con el resto de su familia. A Beatriz le han informado en la invitación de que los Reyes realizarán un paseo bastante largo en el que saludarán y se pararán con los invitados, quienes tendrán la oportunidad de hablar con ellos.
–¿Han probado ya tus salsas?
–No lo sé, eso no lo sé. Yo tengo entendido que cuando compran productos, a ti no te dicen que ha pedido directamente la Casa Real, pero a lo mejor una empresa que mande productos en cestas como las de Navidad, puede que ahí las haya incluido. Pero me gustaría mucho, por eso quiero decirles lo que hago.
–¿Ya has preparado lo que les vas a decir?
–Lo he estado pensando mucho, porque es un honor muy grande, así que tengo tantas cosas que decir y tendré tan poco tiempo… Mis salsas llevan ajo y sé que en la Familia Real no toman, imagino que para que no les huela el aliento al hablar con la gente, pero a lo mejor es demasiado personal preguntar por qué no comen ajo. Me gustaría decirles que soy la reina de la paella en el país británico, porque así no se le olvida. Es corto pero conciso: I'm the paella's queen in this country (Ríe).