29 junio, 2024 02:08

"Yo ya conozco a los españoles. Yo conozco a Jorge Quintana. A mí me formó Jorge Quintana". Eso dijo el general iraquí a su homónimo español justo a la tercera frase que intercambiaron. Fue en la Base de Besmayah, en Irak, a la llegada de las tropas españolas, en 2015, para participar en una misión internacional. A EL ESPAÑOL | Porfolio cuenta Quintana que aquello llegó a los pocos días a sus oídos -se lo contaron con admiración- y que escucharlo lo llenó de orgullo.

Ese sentimiento viene porque fue el responsable de formar a aquel ejército tras el derrocamiento de Sadam Hussein. Hoy, además de tener una empresa de seguridad e inteligencia, ACK3, con presencia internacional, este exmilitar español colabora con el Ministerio de Defensa en el programa Trasmil. Su objetivo es no perder el talento de los militares profesionales que se marchan a los 45 años porque no han logrado ser permanentes. Quintana los preparara y les ofrece una alternativa laboral ante la vida civil... y también reducir, una vez fuera, su altísima tasa de suicidios.

-Es que todos los militares, como yo lo he sido, conocemos 7 u 8 casos de conocidos, compañeros de trabajo, que se han suicidado.

-¿Ha dicho que usted sabe de 7 u 8 casos de excompañeros, cercanos, que han puesto fin a su vida al abandonar la vida militar a los 45 años?

-Es exactamente lo que he dicho. Y les marca tanto, que muchos lo han hecho como pretendía hacerlo el personaje que interpretaba Al Pacino en Esencia de Mujer tras quedarse ciego y no servirle ya al ejército: han acabado con su vida con el uniforme puesto, aunque ya fueran civiles. 

Jorge Quintana, en el COS (Centro Operativo de Servicios) de la compañía.

Jorge Quintana, en el COS (Centro Operativo de Servicios) de la compañía. Rodrigo Mínguez

Militar de carrera, Jorge Quintana un día decidió abandonarlo todo para fundar la primera compañía española dedicada a ofrecer servicios de seguridad privada, rescates, inteligencia, asesoría en situaciones de riesgo... En la suya confían grandes empresas, Exteriores y el Ministerio de Defensa para participar en el programa Sapromil, desde el año 2020. En él sirve de enlace para recuperar y adaptar a la vida civil a aquellos militares profesionales que deben abandonar sus puestos al cumplir los 45 años. "Hay mucho talento ahí, y mucha inversión en cursos de especialización, pagados con los impuestos de todos". Ya ha formado a 60: todos están trabajando. 

Antes de todo esto, la historia de este andaluz explica bien cómo ha llegado a hacer lo que hace. Ingresó en la Academia General Militar en 1991. De ella salió, en 1996, como teniente, y se fue destinado a Melilla, con los Regulares. Luego hizo el curso para ingresar en la Unidad de Operaciones Especiales, quedando como número 1 de su promoción. Recaló en Ronda (Málaga) en el VI Tercio de la Legión. Allí permaneció hasta el año 2000, siendo el jefe de los equipos de patrulla de rescate. Luego regresó a Melilla, ya como capitán.

En la Ciudad Autónoma, cuenta, recaló en el Primer Tercio de la Legión y en una compañía, la VI. Ya no existe, pero era mítica en el ámbito militar y conocida como 'Los Hijos de la Noche'. Era famosa por sus incursiones nocturnas, como el desembarco de Alhucemas. "Era emblemática, y su peculiaridad es que no aceptaba reemplazos: todos eran profesionales. Fue la punta de lanza del Ejército", abunda el exmilitar.

Jorge Quintana, como boina verde de la legión, en una imagen cedida.

Jorge Quintana, como boina verde de la legión, en una imagen cedida. E.E.

Oficial de Infantería de Marina. Oficial de la legión y boina verde. En su vida militar estuvo en misiones internacionales de cooperación cívico militar en Bosnia, Kosovo, República Centroafricana, Irak, Afganistán, Sudán del Norte... "He estado en todas". Teniendo base en Melilla, le llegó el ofrecimiento del Ministerio de Defensa de entrenar al Ejército de Irak en régimen de comisión de servicios, donde dejó esa impronta que no han olvidado aún los iraquíes.

"Aquello dependía, en 2015, del General Feliu, quien lideró la recuperación del Islote de Perejil cuando fue ocupado por Marruecos. Fue quien, tras encomendárselo el Ministerio de Defensa, respondió que lo haría porque estaban los boinas verdes". 

Quintana también es buceador de asalto, estando destinado al Grupo de Operaciones Especiales número 19 de Alicante. También es jefe de Equipos de Operaciones Especiales de Alta Montaña, realizando entrenamientos en zonas árticas y frío extremo. Y liderando equipos, se le grabó a fuego aquella máxima de la Legión: "Nadie atrás". 

El exmilitar llegó a ascender a comandante, y en aquellas misiones internacionales se dio cuenta de que tanto oenegés como organizaciones civ¡les llevaban a militares en situación de excedencia trabajando de manera privada para ellas. "Me llamó mucho la atención, porque vi que era posible pasar del sector militar al civil. Al regresar a España pregunté si había empresas que ofrecieran ese servicio y no, no las había", detalla a EL ESPANOL | Porfolio. 

Su primera excedencia la pidió cuando una empresa estadounidense le pidió que fuera el responsable de seguridad de Challenge Millenium, organizado por el Departamento de Estado de Estados Unidos "para luchar contra el contrabando en Paraguay". Porque el gobierno de EE.UU "acabó dándose cuenta que era mejor implementar proyectos para crear capacidades que dar millones de euros a determinados países". Allí entrenó al personal en labores de intendencia y aduanas.

Quintana, durante su trabajo como jefe de seguridad en la construcción de una planta de energía en el Norte de África.

Quintana, durante su trabajo como jefe de seguridad en la construcción de una planta de energía en el Norte de África.

Al acabar, lo llamaron de Iberdrola. "Era el año 2007. Al Qaeda acababa de atentar contra la sede de la Unión Europea y la Corte Penal de Argelia. Iberdrola estaba construyendo una planta de ciclo combinado en el país y tenía que desplazar a 300 ingenieros españoles. Yo tenía que garantizar su seguridad y protección". Así lo hizo durante dos años y medio.

En 2010 no se lo pensó más y fundó ACK3. ¿Su primer cliente? Iberdrola. "Mi hermano José, que es publicista, me dio varios consejos sobre el nombre. Me sugirió que empezara por A, para que estuviera al principio de todas las listas. ACK es una parabra clave en Operaciones Especiales que significa que todo va bien y que van a recogerte".

Ha trabajado y continúa haciéndolo para empresas del calibre de Acciona, Ferrovial, Cepsa, y también para el Gobierno español. "Para las empresas, contribuimos a consolidar su robustez, y trabajamos en ámbitos de inteligencia, evacuación, gestión de crisis, verificación de socios locales en países de destino, en localizaciones con mucho riesgo o con altos índices de criminalidad".

Su empresa tiene actualmente sedes en México DF, Bogotá, Trípoli, Lagos, Adís Abeba, Bruselas, Bagdad, Riad, Abu Dabi y Hong Kong. "En Irak somos los únicos que estamos implantados, desde 2019, permanentemente", subraya Quintana.

Tenemos mucho contacto con la población local de los países conflictivos en los que operamos. Ello nos posibilita garantizar que somos los primeros en entrar y los últimos en salir. Con el cliente, vamos hasta el infierno.

Jorge Quintana, CEO de ACK3

Durante la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, la empresa de Quintana ofreció apoyo a las labores de evacuación. "Personas de organizaciones, de oenegés, de los ministerios de Exteriores y Defensa... y también de empresas españolas, sobre todo de alimentación y energía. Familias enteras, a las que evacuamos vía Pakistán".  En los inicios de la Guerra de Ucrania también prestaron servicio, "y continuamos. Hay muchas empresas que siguen allí trabajando pese a la guerra, sobre todo, de proveedores"

Nadie atrás

El poso de la Infantería de Marina y de la Legión, pese a los muchos años desde que se insertó en la vida civil, nunca le ha abandonado. Ese 'nadie atrás'. Por ello, tras la pandemia, Quintana firmó un convenio con el Ministerio de Defensa para sustentar el programa Sapromil, que funciona en la intranet del ministerio. "También participan otras empresas, con el objetivo de aprovechar las capacidades militares de aquellos que están a punto de abandonar la vida militar porque cumplen 45 años y no son permanentes. Y no son permanentes, en ocasiones no porque no hayan querido: sino porque han elegido o han tenido que irse a misiones en el extranjero en lugar de ponerse a estudiar".

El exmilitar, en una de las sedes de su empresa en Madrid.

El exmilitar, en una de las sedes de su empresa en Madrid. Rodrigo Mínguez

Jorge Quintana explica que "nosotros les ofrecemos formación y ayuda para integrarse laboralmente en la vida civil. Hay que echarles una mano porque han entregado sus mejores años, han recibido una formación costosa, y de pronto tienen que buscarse la vida. Hay gente muy válida, que ha participado en misiones, que tienen menciones, que tienen muchos carnés para conducir vehículos... que pueden trabajar desde centros logísticos a otros que, por su valía, no sólo pueden ser contratados en empresas y consultoras privadas: también pueden ser contratistas o consultores en proyectos de apoyo". 

Ahora, el exmilitar va a dar un paso más en su proyecto: después de verano verá la luz Nexos-Transmil, tras la cesión de unos terrenos en Huete, un municipio de la provincia de Cuenca a una hora de Madrid. Los contactos comenzaron en 2023, gracias a la mediación del alcalde del pueblo, Francisco Javier Doménech, "vinculado al ámbito militar". 

"Este proyecto va más allá y tiene como eje, además, de la reinserción laboral en el ámbito civil, preservar la salud mental de los exmilitares. Reducir su ansiedad y estrés, además de contribuir a frenar las tasas de suicidio, muy altas. Cuando se van muchísimos meses al año, durante 25 años... hay gente que ha participado hasta 10 misiones".