7 septiembre, 2024 02:46

El 6 de abril de 1672, un despiadado corsario y pirata partía desde Jamaica con destino a Inglaterra. Este sanguinario marino había sido llamado desde Londres para rendir cuentas ante la Corona por su inadecuado comportamiento atacando intereses españoles en un momento en el que ambos países estaban en paz, provocando que España se quejara formalmente ante los británicos.

Un año antes, Sir Thomas Modyford, gobernador de Jamaica, había sido llamado ante la justicia británica y, aunque no se habían presentado cargos ni se había celebrado juicio, fue encerrado en la Torre de Londres durante dos años, tras los cuales regresó a Jamaica.

En espera de su condena en Inglaterra, aquel corsario no fue detenido y pudo deambular por la ciudad de Londres libremente, hasta que en enero de 1674, ante la amenaza de los piratas franceses que se cernían sobre Jamaica, fue enviado de nuevo a la isla. Antes de su partida, el Rey Carlos II de Inglaterra le nombró caballero y le concedió el cargo de teniente de Gobernador de Jamaica.

Aquel despiadado pirata se llamaba Henry Morgan y el evento que le convirtió en caballero fue la toma de la ciudad de Panamá. 

Legendario pirata

Henry Morgan nacía en Gales en 1635. Algunos historiadores afirman que de niño fue secuestrado en Bristol y vendido como sirviente en Barbados y que a los 19 años escapó de su propietario y se alistó en un barco de la Armada Británica que tenía por objetivo conquistar Jamaica, un punto estratégico vital para la corona inglesa en el Caribe.

Desde entonces, Morgan encontró su vocación y se ganó un nombre como pirata a quien la Corona le ofreció el mando de varios buques corsarios con el objetivo agrandar el imperio británico mediante el ataque a posesiones y barcos españoles. 

Con poco más de 30 años ya había saqueado Puerto Príncipe o Maracaibo, pero desde Port Royal, en Jamaica, se preparaba una nueva ofensiva: un asalto a gran escala a la ciudad de Panamá, un enclave estratégico para los españoles, ya que por ella pasaba toda la plata que venía de Perú por el Pacífico.

El gobernador de Jamaica, Thomas Modyford, comisiona al pirata Morgan para que lidere el asalto de una ciudad con pocas defensas, ya que cualquier asalto que proviniese del Caribe tendría que atravesar la peligrosa selva panameña hasta llegar a la capital.

Mapa de Jamaica de 1671.

Mapa de Jamaica de 1671. Wikimedia Commons.

Modyford era consciente de que el único hombre capaz de emprender una acción a tal escala era Henry Morgan, pero su objetivo no era destruir la ciudad de Panamá, ni sus riquezas, si no expandir el poder británico al Pacífico, lo que seguro le valdría para acceder a algún título nobiliario y sumar prestigio en la Corte inglesa.

El gobernador nombró al pirata Almirante y comandante en jefe de toda la flota de guerra e informó a Londres de sus intenciones para obtener permiso oficial, pero las órdenes que recibió fueron las de cesar toda hostilidad contra España en el Caribe, ya que se estaba negociando el Tratado de Madrid, mediante el cual los españoles reconocerían a las colonias inglesas a cambio de la paz, por lo que no estaba en el interés de Inglaterra atacar en esos precisos momentos.

Una armada pirata

Pero Morgan desobedeció esa orden y el 24 de octubre de 1670 reunió una flota de 37 navíos con más de 2.000 piratas, demostrando su influencia, ya que nadie más podría congregar bajo su mando a tanto indeseable para una empresa tan arriesgada.

La expedición partió de Cabo Tiburón, en la actual frontera entre Colombia y Panamá, el 6 de diciembre de 1670 con varios objetivos intermedios. Primero deberían tomar las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde no encontraron demasiada oposición.

Su siguiente objetivo era el fuerte de San Lorenzo, en la desembocadura del río Chargres, una fortificación que contaba con defensas naturales, una potente artillería y un único acceso. Pero no podían obviarla, ya que dejaría su retaguardia desprotegida. San Lorenzo era la puerta de entrada al camino a Panamá a través de la jungla.

La toma de la fortaleza costó muchas vidas para los piratas, pero finalmente, tras abatir al comandante español, los defensores rindieron la plaza. Solo 30 soldados españoles quedaron con vida de los 314 que estaban al inicio.

Ubicación del fuerte de San Lorenzo.

Ubicación del fuerte de San Lorenzo. Wikimedia Commons

Con las islas y la fortaleza bajo su control, Panamá ya está al alcance de la mano. Morgan dejó a 500 hombres en el castillo y sus barcos y partió a la selva con otros 1.200 hombres y con lo puesto para aligerar la marcha, un grave error, ya que, durante su penosa travesía, no encontraron ni un sólo grano o animal que echarse a la boca, ya que los españoles habían retirado cualquier comestible de su vista.

¡Piratas!

Finalmente, el 26 de enero de 1671, los piratas divisaron la ciudad desde una meseta conocida en la actualidad como "Loma de los bucaneros", y lo que vieron no les gustó en absoluto, ya que el gobernador español, Juan Pérez de Guzmán, ya había apostado a más de 2.500 defensores con sus relucientes armaduras al pie de la ciudad para protegerla de estos indeseables.

Pérez de Guzmán había sido gobernador de Cartagena de Indias y ya era la segunda ocasión en la que era gobernador de Panamá, por lo que conocía a la perfección la jungla, motivo por el cual no ordenó atacar a Morgan durante su travesía, si no esperarlo en la ciudad, pero no contaba con la tenacidad y astucia del inglés.

Cuando Morgan divisó la defensa, ordenó avanzar a la ciudad en tres columnas esquivando a los españoles por una llanura fangosa y complicada de atravesar. Por su parte, Pérez de Guzmán, al observar que los piratas rehusaban el enfrentamiento directo, ordenó a los suyos abandonar sus posiciones y avanzar a la llanura, donde se enfrentaron con los piratas. 

Morgan había previsto este movimiento y no se había internado en el terreno fangoso, que comenzó a complicar la movilidad de los españoles, quedando a merced de los disparos de los ingleses, que provocaron muchas bajas.

¡Sacad los toros!

Fue entonces cuando el gobernador dio orden de lanzar una manada de toros embravecidos por el fuego en estampida contra los piratas, pero al igual que los soldados, se desorientaron y quedaron atrapados en el fango, siendo blanco fácil y provocando que se diesen la vuelta y acabasen embistiendo a los propios españoles.

La batalla en esta llanura, conocida como del Matasnillo, dejó al menos 600 muertos y cientos de heridos y prisioneros, pero sobre todo destruyó la defensa española, que siguió peleando calle a calle, hasta que Pérez de Guzmán dio la orden de evacuar. Panamá había sido tomada.

Restos de la vieja catedral de Panamá.

Restos de la vieja catedral de Panamá. Wikimedia Commons

Pero durante el saqueo, la ciudad comenzó a arder. Inicialmente, Morgan pensó que habían sido sus propios hombres los que lo habían provocado, pero tiempo después se supo que había sido Pérez de Guzmán quien había dado la orden de hacer estallar el polvorín para dejar lo menos posible a los piratas y cubrir la retirada de civiles y soldados.

¿Dónde está mi tesoro?

Morgan envió patrullas por tierra y mar en búsqueda de riquezas escondidas y torturó a los supervivientes para sonsacarles información sobre sus tesoros, pero, tras un mes en la ciudad, parecía evidente que no iban a obtener nada más, por lo que, el 24 de febrero de 1671, ordenó la retirada. A pesar de que se llevaron 175 mulas cargadas de oro, plata y joyas y más de 600 prisioneros, el botín era ridículo para la envergadura de la campaña. 

Morgan regresó a Port Royal entre honores, pero sin conseguir el objetivo principal del gobernador Thomas Modyford de ampliar los dominios británicos. Además, cuando las noticias del saqueo de Panamá llegaron a España, el Tratado de Madrid ya había sido firmado, con lo cual los españoles se sintieron engañados y traicionados, lo que provocó que tanto el gobernador como el pirata fuesen arrestados, aunque, como ya hemos visto, sin sufrir graves consecuencias, más bien todo lo contrario.

Henry Morgan pasaría el resto de su vida en Jamaica cazando piratas, hasta que en 1688 falleció por causas naturales en Port Royal. Su tumba descansa bajo las aguas, lugar al que Port Royal descendió tras el terremoto sufrido el 7 de junio de 1692 que destruyó la ciudad por completo. 

Sir Henry morgan.

Sir Henry morgan. Wikimedia Commons.

A pesar de que el saqueo completo de Panamá fue frustrado por el incendio, la ciudad quedó destruida (sería reconstruida en otro lugar en 1673), por lo que Pérez de Guzmán fue destituido y encarcelado en Lima por ser el responsable de dicha destrucción…

Hay quien afirma que, tras el asalto a Panamá, Henry Morgan se refugió de un temporal en la isla de San Andrés, en Colombia, y que en una cueva escondió todo el oro, plata, perlas y doblones que transportaba en los cinco galeones con los que se dirigía a Jamaica. Esa cueva es conocida hoy en día como la Cueva de Morgan.

A pesar de sus tácticas brutales y su desprecio por la vida humana, Henry Morgan es visto como un héroe en Inglaterra, donde se le considera un defensor de los intereses ingleses contra los españoles. Además, también ha sido objeto de numerosos libros y obras de teatro que lo retratan como un aventurero intrépido y un héroe romántico.

A día de hoy sus hazañas continúan fascinando e inspirando, consolidando su lugar en la historia como uno de los piratas más infames que jamás haya navegado por el Caribe.