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El Barrio de las Flores de A Coruña tiene goteras: los vecinos denuncian graves humedades
Los residentes en el número 15 de la calle Tulipanes llevan años esperando a que finalicen las obras en la terraza comunitaria que están provocando fuertes humedades que llegan a los pisos inferiores del edificio
5 octubre, 2024 05:00Vecinos y vecinas del número 15 de la calle Tulipanes, en el Barrio de las Flores de A Coruña, no pueden más con una situación que se alarga desde hace años. Y es que unas obras inacabadas en la terraza del bloque han provocado goteras y humedades que se extienen hasta los pisos inferiores. La Xunta de Galicia licitó en verano las obras para acometer la reparación, pero la comunidad demanda que se agilice el proceso.
La situación el número 15 ha llegado a un punto que los vecinos califican de "insalubre", pero las goteras y humedades afectan en mayor o menor medida a todo el conjunto de edificios de esta zona, agrupados bajo el nombre de Unidad Vecinal número 3. La obra data del año 1965 y fue realizada por el arquitecto José Antonio Corrales, reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura.
La Unidad fue construida "porque se estaba abriendo Alfonso Molina y había que reubicar a la gente", explica la arquitecta Nuria Prieto, y se realizó partiendo "de la teoría de la arquitectura franquista de que todos los españoles tenían que ser propietarios".
Sin embargo, para lograr ese objetivo, se construyó "mucha vivienda pública, muy rápido", lo que tuvo un impacto en el tipo de materiales y en la mano de obra empleada. Además, en aquel momento, en España "la tecnología no estaba tan avanzada como en otros países".
Otros materiales y normativa
En concreto, estos edificios "tienen una estructura de hormigón armado, pero es un hormigón armado de los años 50", relata la arquitecta, mientras que "ahora los armados son corrugados y son mucho más resistentes y las secciones también son mayores". Asimismo, "los forjados se hacían de 20 o 23 centímetros, cuando ahora son de 30", y "los pilares son bastante pequeñitos para la magnitud que tienen esos edificios".
Por otro lado, hay que tener en cuenta que "por aquel entonces no existía toda la normativa en cuanto a aislamiento térmico, impermeabilización, iluminación, ventilación o higiene, que hoy en día cubre el Código Técnico de la Edificación". Sí existían unas normas, "que se llamaban normas básicas de la edificación, pero incluso algunas se hicieron mucho más tarde", señala Prieto.
Es decir, "ni los hormigones eran tan buenos como ahora, ni los armados, ni siquiera el propio diseño geométrico de los edificios era tan bueno como ahora, porque, además, era obra pública, con lo cual no se prestaba tanta atención como para un edificio singular", añade la arquitecta.
Pero eso no es todo, sino que los edificios "no tenían aislamiento térmico" y "se les puso SATE por fuera hace unos 15 años". Tampoco contaron con una buena impermeabilización, lo que hace que "se pasen filtraciones y las filtraciones de agua empeoran siempre las patologías que puedan tener las estructuras". En A Coruña, además, hay que sumar el grado de salinidad del aire, ya que "el agua que se filtra tiene contenido de sal y eso provoca que todavía se produzca más corrosión del acero que está dentro del hormigón".
Graves problemas de humedades
La suma de todos esos factores, unido a la falta de mantenimiento, ha provocado que se resienta la salud de estos edificios, y los/as vecinos de la zona llevan al menos dos décadas denunciando problemas en sus casas debido a las filtraciones de agua y las humedades. Los últimos en dar la voz de alarma son los del número 15 de la calle Tulipanes, que llevan un lustro esperando a que se acometan las obras de remodelación de la terraza, que es de uso comunitario.
Fue un vecino de uno de los pisos superiores quien denunció hace cinco años la situación cansado de sufrir humedades en su vivienda. "Le dieron la razón, y dijeron que había que cambiar la terraza", detalla otra de las vecinas del inmueble, que explica que la obra "salió a concurso público y la empresa comenzó los trabajos el año pasado".
Si embargo, "levantaron toda la terraza", y después "dijeron que no podían seguir por falta de dinero", cuenta, por lo que, "dejaron el espacio peor de lo que estaba", sin las baldosas que lo cubrían en una gran parte, quedando el techo de las propias viviendas a la intemperie y sin revestimiento que las proteja de las lluvias.
Esta situación ha llevado a la comunidad a una situación límite, según trasladan los vecinos y vecinas del número 15, que lamentan que son varias las viviendas que han sufrido graves humedades e inundaciones, lo que ha propiciado la aparición de moho en algunas estancias, llegando incluso a filtrarse agua hasta los pisos inferiores del bloque.
Además de las humedades, alertan de que el estado de la terraza supone también una amenaza para la seguridad de los viandantes, ya que han quedado bloques y ladrillos "que puede caer a la calle, es un peligro".
La Xunta de Galicia licitó el pasado mes de julio las obras de reparación, conservación y mantenimiento en la terraza con un presupuesto de casi 83.000 euros, pero los vecinos demandan que se agilice el proceso. En ese sentido, la Consellería de Vivenda asegura a este medio que la intervención "está avanzando en su proceso de contratación" y que el Instituto Galego da Vivenda e Solo "está agilizando el procedimiento para acometer lo antes posible las actuaciones".
Dificultad en la rehabilitación
Estos edificios se encuentran protegidos por una asociación internacional que se llama Docomomo, "que se dedica a catalogar y proteger el patrimonio contemporáneo", y "en las últimas décadas ha habido mucho interés por plantear estrategias de rehabilitación en este tipo de edificios", detalla la arquitecta.
Sin embargo, Prieto lamenta que el proceso de rehabilitación de estos inmuebles es complejo, ya que "es como una cirugía". "Tienes que ir con mucho cuidado porque todo está hecho como más optimizado, pero al mismo tiempo con materiales muy precarios" y, en muchos casos, se trata "de una cuestión económica".
Y es que "la rehabilitación de edificios de patrimonio moderno es muy cara porque no se puede aplicar el presupuesto de rehabilitación normal, sino que es mucho más complejo", señala.
Por ejemplo, para reforzar una estructura normalmente se "aumenta el canto", pero no se puede hacer en los edificios de patrimonio moderno, "con lo cual hay que picar y meterle refuerzos, que pueden ser de fibra de vidrio, y la fibra de vidrio es carísima. Ahí es donde está el quid de la cuestión con estos edificios", añade Prieto.