¿Es posible predecir los resultados electorales?
Entrevista al investigador gallego Ignacio Lago Peñas, experto en sistemas electorales y comportamiento político
27 abril, 2019 12:20En unas elecciones tan inciertas como las que tienen lugar este 28A parece imposible arriesgarse en la una apuesta. Entrevistamos a un experto en materia electoral para saber si es posible utilizar alguna referencia en la búsqueda de pistas respecto a los posibles resultados con los que se conformará la próxima legislatura.
Ignacio Lago Peñas (Santiago de Compostela, 1974) es profesor de Ciencia Política en la Universidad Pompeu Fabra y miembro del Instituto Juan March. Doctor por la Universidad Autónoma de Madrid (2003), Ignacio Lago dirige sus investigaciones hacia los sistemas electorales, el comportamiento político y la política de partidos. Es autor de varios libros y de numerosos artículos en los principales periódicos españoles.
En los Estados Unidos de América las distancias entre sus distintos estados son muy grandes (…) Aunque el mundo esté cada vez más interconectado, es posible que el referente del Estado de Ohio como magic town pueda seguir teniendo sentido informativo y electoral en un país con 9 husos horarios. Dadas estas circunstancias, ¿es comparable Aragón a Ohio, para el caso de España, o se trata de algo más bien anecdótico? Por similares planteamientos, ¿qué interés tiene, en términos políticos, los resultados electorales en municipios como Betanzos, considerado “magic twon”?
El uso de municipios o estados para predecir los resultados electorales tiene sentido cuando se dan dos condiciones: la nacionalización electoral es elevada (esto es, los partidos que compiten son los mismos en todas las circunscripciones y sus resultados muy similares) y el ganador consigue automáticamente el gobierno. En España, y en general en Europa, no se dan estas circunstancias. En España, los resultados electorales de los partidos son muy dispares entre los distritos, hasta el extremo de que hay partidos que sólo compiten en algunos distritos (partidos catalanes, gallegos o vascos). E incluso entre todos los partidos que compiten en todo el país, sus resultados son muy dispares según las circunscripciones. Pensemos en el PP y sus resultados en Cataluña frente a los que obtiene en Madrid, por ejemplo.
En segundo lugar. Saber quién va a ganar no es demasiado interesante; necesitamos conocer los apoyos esperados de todos los partidos y determinar qué mayorías parlamentarias se pueden formar. Si usamos los resultados de Arteixo o de Betanzos en las generales, no podemos saber los resultados del PdeCat, PNV o CC, que probablemente serán decisivos para elegir a un presidente del gobierno. En definitiva, en las elecciones presidenciales con partidos nacionales y apoyos electorales homogéneos en términos territoriales, el uso de municipios o estados para predecir los resultados electorales tiene sentido. En España, no.
En todo caso, si los municipios testigos son considerados referentes electorales de lo que se vota en España (y en nuestro caso, también de lo que se vota en Galicia), ¿por qué no se toman también como referentes en los sondeos previos a las citas con las urnas?
Si se dan las condiciones que decía antes, se podrían tomar como referentes.
En las condiciones actuales de previsible distribución del voto entre más fuerzas políticas con opciones de conseguir escaños, ¿es más difícil localizar “magic towns” en Galicia y en España?
Exactamente. Vuelvo a mi comentario anterior, a lo que dije antes, sobre todo cuando hay nuevos partidos cuya implantación electoral aún no está clara.
¿Factores como el envejecimiento de la población y el mayor protagonismo de las mujeres en la defensa activa de una igualdad de género efectiva, qué incidencia pueden tener en las urnas?
Si los partidos desarrollan estrategias electorales y promesas políticas dirigidas hacia el envejecimiento de la población y la defensa activa de la igualdad de género, por supuesto que tendrán incidencia. Hay que tener en cuenta que las personas mayores suponen un porcentaje cada vez mayor del electorado; y el porcentaje de mujeres en el censo electoral es estable.