Voluntarios de la Fundación  Fundación Provincial Banco de Alimentos de Vigo.

Voluntarios de la Fundación Fundación Provincial Banco de Alimentos de Vigo. banco de alimentos vigo

Galicia

Los bancos de alimentos de Galicia, al límite por la crisis inflacionaria

La bajada de donaciones personales y la subida de costes de la electricidad entre las razones de esta situación

8 octubre, 2022 06:00

La situación económica provocada por la crisis inflacionaria ha llegado al sitio al que más se temía: los bancos de alimentos. Estas entidades, que atienden a miles de personas en situación de vulnerabilidad, están viendo como las donaciones cada vez van siendo menores a la vez que ven cómo sus propios costes de mantenimiento suben como la espuma.

Los bancos de alimentos representan en Galicia uno de los pilares base para la protección de los que más lo necesitan. A través de asociaciones, tanto confesionales como no confesionales, reparten paquetes con comidas tan básicas como pastas, arroces, aceite o harina, que a su vez terminan en manos de los beneficiarios. Todo ello es únicamente posible gracias a las donaciones, tanto de empresas como de personas individuales.

Entidades no existen para cubrir en su totalidad las necesidades de las asociaciones locales. Una sección de Cáritas parroquial no puede depender sólo de los bancos de alimentos, sino que necesitan también aportar con sus propios donativos y recursos. También a este nivel las organizaciones han alzado la voz de alarma sobre la reducción de los donativos. En particular en Cáritas, la situación se une también un descenso en el número de feligreses.

Era una tendencia que ya se veía venir, durante la pandemia. La bajada de atendencia especialmente en templos dejó caer las donaciones en esta parte pero, a cambio, aumentaron considerablemente los aportes en metálico. "Pusimos en marcha un sistema de aportaciones económicas en la web y la respuesta fue impresionante. Se generó un saldo increíble a favor del banco, y gracias a eso pudimos cubrir ese año 2022 y el siguiente, además que al ser en metálicos las donaciones podíamos ir comprando poco a poco sin problemas de caducidad", señala Iván Martínez, del Banco de Alimentos de Vigo.

Los vigueses atienden a un total de 150 entidades solidarias, que en total dan respuesta a 22.000 beneficiarios en toda la provincia de Pontevedra. Si bien en el 2020 consiguieron repartir unos 500.000 kilos de alimentos, este número fue en descenso, bajando en el 2021 a los 300.000, con una actividad más normalizada mientras las personas volvían a sus puestos de trabajo.

La incertidumbre de este año, provocada por la guerra de Ucrania y la crisis económica en respuesta les está poniendo en sobre aviso. "Estamos en una situación mala, más por la inflación en sí que por el exceso de incertidumbre. Se habla mucho de que la cosa está muy mal, que nos espera un invierno muy duro. Esto es lo principal, pero en términos cuantitativos no podemos decir cómo la inflación impactará, no lo podemos cuantificar en beneficiarios", resalta Martínez.

La entidad sufre, como todos, los efectos de los incrementos de la cesta de la compra, con unos aportes que ya no resultan lo mismo que en 2021. "Es una incógnita cómo va a desarrollarse la situación, pero confiamos en la sociedad. La suerte que tenemos es que cada vez que pedimos responden muy bien", concluye el vigués.

En el Banco de Alimentos Rías Altas, que cubre a toda la provincia de A Coruña y tiene centros de distribución en Ferrol y Santiago de Compostela, reconocen que están en una situación similar, "pachuchiña". "Entre la bajada de donaciones, y que nosotros tenemos que afrontar también los recibos de luz y gas, las cosas no están bien", reconoce su presidenta.

Rías Altas atiende un total de 120.000 personas repartidas en unas 80 asociaciones locales, que son encargadas de repartir los alimentos. Ellos destacan especialmente como la inflación ha cambiado el tipo de beneficiario que se acercan a pedir comida. "Ha cambiado el perfil, tenemos a mucha gente que está trabajando y que no le llega para comer. Ahora si cobras un sueldo de 1.000 euros vas muy justo, poco puedes repartir", señala la gerente del banco.

Gastos elevados

Y es que mantener los centros de tres urbes como A Coruña, Ferrol y Santiago de Compostela no es fácil. "Estamos gastándonos unos 1.000 euros solo en electricidad por cada una de las naves. Tenemos los mismos gastos que una empresa, pero nosotros dependemos de las donaciones para sobrevivir", indican.

En una situación similar se encuentra el Banco de Alimentos de Lugo. Su presidenta comentaba a Europa Press hace unos días que les han llegado recibos de la luz de más de 1.200 euros, seis veces más de lo habitual. "Un Banco de Alimentos no se puede permitir pagar eso de luz, porque no hay recursos para todo eso. Además, si hablamos del combustible y el alquiler de la nave, es una locura lo que pagamos. No se entiende", protestaba Amadora Núñez.

Qué hacer para ayudar

Las siguientes semanas, en preparación para el invierno serán claves para los Bancos de Alimentos. Muchos ya tienen preparados actividades para recaudar las donaciones necesarias, entre ellos los 5 km solidarios organizados por el Banco de Alimentos Rías Altas. Este evento el año pasado consiguió recaudar 9.500 euros para la entidad que esperan que vuelva a suceder. "Es un recorrido facilito, lo pueden hacer niños, abuelos y adultos", animaba la presidenta.

Además, todos se están preparando ya para la llamada Gran Recogida, la campaña previa a la Navidad, en el que todas las cadenas de supermercados se involucran para la recogida de los alimentos a las puertas de los establecimientos.

Para ello lo esencial y lo que más urgentemente necesitan son voluntarios. "Queremos hacer una llamada, a todos los que estén disponibles el 25 y el 26 de noviembre para ayudarnos en las distintas cadenas de supermercados para la Gran Recogida", señalan desde Rías Altas. Todo el que quiera participar podrá hacerlo llamando a la entidad o escribiendo a su correo de voluntarios. 

Los miembros de estas organizaciones ante todo no pierden la esperanza y buscan revertir la situación para finales de año. "Estamos mentalizados, esperamos dar la talla y hacer frente a lo que se nos venga", sintentizaba Iván Martínez.