A Coruña. Sábado. 25 grados a la sombra. El cielo despejado y una ligera y agradable brisa recorre la ciudad. Parecen unas buenas condiciones para plasmar sobre un lienzo lo más bello de la ciudad de cristal. Decenas de artistas locales salieron ayer a las calles y participaron en el séptimo concurso de pintura de la Hípica de A Coruña.

Este certamen de pintura in situ o al aire libre está premiado con 1.500 euros para la mejor obra y hay hasta 8 accésit de 400 euros. La Hípica ha querido homenajear en esta edición al artista coruñés Alfonso Abelenda. De hecho, como si fuesen inspirados por el creador de obras como Plaza das Bárbaras, muchos decidieron tomar la Ciudad Vieja y convertirla en su musa de piedra. Es donde más pintores se concentraron en el día de ayer para crear.

El punto central estuvo en la plaza de Azcárraga, donde hasta cinco pintores compartieron espacio. La calle de Santiago, por ejemplo, fue retratada por dos artistas. También la propia plaza, con su vegetación. A la sombra de la colegiata de Santa María del Campo, otro pintor no quitaba ojo del Palacio de Cornide.

El tiempo apremiaba, pues las obras debían estar terminadas antes de las 18.00 horas. El jurado, formado por personas relacionadas con el mundo del arte, decidiría entonces el ganador. Difícil decisión, pues una ciudad como A Coruña, se la mire por donde se la mire, es siempre bella.