Abril Camino, escritora coruñesa: "El misterio de esta novela nadie se lo ha visto venir"
Con motivo de la publicación de su última novela, hablamos con la escritora coruñesa sobre esta historia de secretos, traiciones, mentiras y amor
26 enero, 2024 05:00Su pasión por la literatura la llevó a licenciarse en dos filologías y a rodearse de libros desde la perspectiva de lectora, pero no de escritora hasta la primavera de 2015, cuando esta joven de A Coruña decidió comenzar a escribir historias de amor y creó su pseudónimo: Abril Camino.
Autora de más de quince novelas románticas, Abril centra sus tramas alrededor de mujeres fuertes y con sentimientos hondos, dando a cada obra un estilo muy característico que ha cautivado a miles de lectores que esperan con ansia cada nueva novela. La última, "Nuestro último verano en la isla", presenta una historia de secretos, traiciones, mentiras y, sobre todo, amor.
Presentas este libro afirmando que esta es “la novela que siempre soñé escribir”. ¿Por qué?
Por varias cosas. Una parte es puramente técnica, porque esta novela es mucho más difícil de escribir que la mayoría de lo que había hecho antes: por estructura, por narrador, porque tiene una trama más compleja… Resumiéndolo mucho, hay un misterio y tienes que ir dando pistas peor no demasiadas. Cuando lo pasé a los primeros lectores yo preguntaba si se lo veían venir, porque eso tú no lo puedes percibir porque tú sabes cuál es el misterio. Era una novela complicada, un reto profesional.
Y ahora que es una realidad… ¿Qué se siente viendo esa idea transformada en libro?
En este caso ha sido muy especial porque fue un proceso diferente al resto. Esta historia se me ocurrió hace muchísimos años lo que pasa es que sabía que era una historia complicada de escribir, y de aquella yo no sabía hacerlo como lo quería hacer. Aprendí y cuando me vi preparada la escribí. A ratos estaba agotada, la impaciencia me mataba, y ahora que lo tengo delante es como incredulidad. Sueño cumplido.
¿Tienes alguna otra historia empezada que este esperando su momento?
Sí, generalmente su momento es puro tiempo. A veces sabes que una historia te va a llevar mucho tiempo y por ejemplo yo ahora con la promoción de "Nuestro último verano en la isla", es imposible que me ponga con esto. Tengo tres cosas acabadas y varias cosas muy avanzadas, por lo que lo próximo que venga será algo que está en el cajón esperando su momento o sino alguna idea nueva.
¿Cuándo escribes, piensa en el lector y en las reacciones que tendrá o solamente te dejas llevar?
Yo planifico mucho las novelas, hago un esquema de en qué momento va a recibir el lector cada información y cómo eso puede hacer evolucionar la trama. Trato de pensar en un lector neutro, sin cara. Yo conozco a gente que lee una novela de Agatha Christie y en la página ocho te dice, el mayordomo. Yo me leo una novela suya y cuando dicen quién es el asesino es como: ni me lo podía imaginar. Hay gente más y menos perspicaz. El misterio de esta novela nadie se lo ha visto venir.
Toda historia tiene su inspiración, ¿Hay algo de personal en la novela o es simplemente ficción?
No es autobiográfica pero toda la parte política, la Transición, los últimos años dictadura… son cosas que yo he oido en mi casa un millón de veces, entonces es una novela muy personal. De hecho, es la única que cuando la acabé no quise tocar ni una coma porque me salió exactamente como quería. Ha sido muy satisfactorio.
¿Por qué es la primera que ambientas aquí?
Pues me pasa lo mismo con Londres, yo soy una obsesa de esa ciudad. Cuando empecé a escribir me decían que iba a ambientarlo todo allí y no fue hasta la undécima que lo hice. Necesito que si algo es muy especial, lo sea. Y además me daba miedo que si la ambientaba en Galicia la gente se pensase que la protagonista de la historia soy yo, y no, porque ni tuve un amor de verano, ni mi madre está enferma, ni soy marino mercante…
¿Existe esa isla en la vida real?
La isla es ficticia pero está basada en Foz. Hay un motivo en la trama por el que tenía que ser una isla y decidí eso. Como anécdota, te contaré que al final de todo hay una nota en la que aclaro que Foz no es una isla.
"Quizá te estés preguntando cuál es el nombre de esa isla mágica a dos millas náuticas de la costa de Lugo… o quizá ya sepas que no existe ninguna".
Supongo que en un género -el romántico – que se presta tan fácil a los clichés, es difícil sorprender…
Sí, por eso yo me estoy yendo. Esto se vende como novela romántica porque es de donde yo vengo, pero para mí esta aunque tenga una historia de amor no es romántica, sino más bien sentimental. Yo necesitaba salirme un poco de la novela romántica por los clichés: no quiero que siempre acabe bien. Creo que la novela romántica ha evolucionado mucho en los últimos años, pero la romántica clásica implica unos peajes que yo no he estado nunca dispuesta a pagar. Yo he matado protagonistas, he separado parejas…
¿Cuándo fue la primera vez que pensaste en ser escritora y cuándo sentiste haberlo conseguido?
Planteármelo no me lo planteé nunca. Empecé a escribir por hobbie y tuve suerte de que en esa época la auto publicación se vendía muchísimo. A los dos años escasos de mi primera novela, a mí me daba para vivir y entonces hice un planteamiento de vida. Estuve dos años y medio con dos trabajos porque me daba terror dejar un trabajo fijo. La primera vez que pagué la declaración de la renta como escritora o la primera vez que alguien me preguntó mi profesión y pensé: escritora.
Y por último, ahora que sabemos lo que escribe Abril Camino… ¿Qué lee?
Leo todo. Leo entre 150 y 200 libros al año. Yo hace un tiempo que decidí que nada de ocio indoor me interesaba más que leer. No me gusta tanto ver series, cocinar o escuchar música como leer. Entonces lo hago unas cuatro horas al día. Leo diferentes libros a la vez: uno de relatos cortos sobre fútbol italiano, una novela negra de Lorenzo Silva, una novela histórica de Londres en la Segunda Guerra Mundial, una novela gráfica de Marjane Satrapi, el último de Jacobo Bergareche… yo nunca me aburro de leer. Si me prohibieran escribir o leer lo tendría claro: preferiría no escribir, porque sin escribir viví muchos años y sin leer no me acuerdo.