Soy TCP: le sirvo un café y, si fuese necesario, también le salvo la vida
Se buscan candidatos para trabajo de acción. Buena presencia. Don de gentes y orientación al cliente. Actitud heroica en situaciones críticas. Con mucha ilusión para escribir el futuro de un sector en evolución. Se buscan tripulantes de cabina de pasajeros.
16 agosto, 2021 12:40Contenido patrocinado
El equipaje esperando en la puerta. El peinado, perfecto; el uniforme, impecable; los zapatos, brillantes ¿A dónde toca hoy? Alguna ciudad en la costa o quizá una gran capital europea. Revisas el planning de camino al aeropuerto y enseguida estás acomodando a los primeros pasajeros. Todo bajo control. Si la cosa va como siempre habrás hecho que un montón de gente que no conocías haya tenido un vuelo feliz. Un café por aquí, una manta por allá. Además, si la cosa se tuerce, estás preparado/a para lo que venga., para eso eres TCP. Apagar un fuego a 30.000 pies de altitud, asistir a una persona enferma, organizar una evacuación, señalar vuestra posición de rescate con radiobalizas kannad o rescue. Salvar vidas.
Pero, ¿qué es y qué hace en realidad un TCP?
Un tripulante de cabina de pasajeros, o TCP por sus siglas, es mucho más que la sonrisa agradable y la actitud diligente de quien proporciona una experiencia grata durante un vuelo. Es la persona que tiene la responsabilidad sobre el pasaje y debe ejercerla. La preparan para ello, a conciencia además. Porque en una formación homologada un futuro TCP aprende, por ejemplo, cuestiones avanzadas de medicina o adquiere conocimientos técnicos sobre muchos elementos de la aeronave, más allá de los evidentes protocolos y servicio al pasajero que muestran en cada vuelo. Debe estar listo para solucionar cualquier problema que se presente en un avión. Y, allí arriba, el mínimo contratiempo puede convertirse en desastre. Se necesita decisión, compromiso, templanza. El tipo de actitud que suele calificarse de heroica en las noticias.
Sí, a las aerolíneas les importa dónde se tituló un TCP
La de azafata y auxiliar de vuelo no es una profesión cualquiera. Está rodeada de una gran mística porque conlleva, históricamente, un estilo de vida muy particular y connota una personalidad singular.
Pero, como cualquier trabajo especializado, necesita una formación muy bien estructurada. Con la particularidad de que un TCP debe desenvolverse en un avión desde el primer día. Juan Carlos Peláez, director de Air Hostess en A Coruña, escuela líder del sector en España y especializada en formación de tripulantes de cabina de pasajeros desde hace 26 años, es muy claro al respecto: “No existen prácticas profesionales en un avión porque nadie sin una titulación contrastada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) se sube ahí con una responsabilidad fiduciaria sobre el pasaje.” Se salta sin red.
Por eso la elección de la escuela donde cursar la titulación es fundamental. Debe estar homologada por AESA y es importante conocer su experiencia formando y titulando TCPs: a mayor tiempo en el sector más referencias de ella tendrán las aerolíneas cuando valoren a los candidatos en un proceso de selección. Y, por supuesto, es primordial la calidad de su formación, un parámetro que las compañías tienen perfectamente cuantificado.
Y la aviación, ¿qué?
Que detrás de las crisis llegan las oportunidades es algo que se sabe desde tiempos inmemoriales. Y si además coincide con un cambio de paradigma en los transportes, las posibilidades son mucho mayores. El sector de la aviación no solo está en pleno desarrollo, está también en proceso de transformación.
La pandemia mundial ha afectado profundamente a la industria y, lamentablemente, dejado a muchos profesionales fuera. Hay que recuperar activos y la generación de empleo será clave. “Hay una clarísima tendencia al alza y a que se restablezcan los tiempos anteriores a la crisis”, afirma Juan Carlos Peláez, que ve como los titulados del centro Air Hostess de A Coruña se van incorporando al mercado. Además, muchas aerolíneas quieren tomar la delantera y adaptar sus flotas a las próximas exigencias en sostenibilidad con aeronaves que reduzcan el consumo y las emisiones.
Si, como dicen las previsiones, la transformación ecológica y la recuperación económica se consolidan, 2022 será un año de demanda de nuevos tripulantes de cabina de pasajeros. Bien formados, motivados y alineados con las exigencias actuales de la sociedad. Preparados para todo.