Ero de Armenteira, el noble, soldado y santo gallego que estuvo dormido 200 años
- La increíble historia del fundador del Monasterio de Armenteira, en Meis (Pontevedra), que afirma que estuvo dormido 200 años durante la Edad Media.
- Puede interesarte: Galicia a pie: Ruta da Pedra e da Auga hasta el Monasterio de Armenteira
Entre los años 249 y 251, en Roma se trató de imponer culto al emperador Decio. Durante su reinado, el emperador visitó la ciudad anatolia de Éfeso, donde exigió a la población realizar un sacrificio a los dioses paganos, una petición a la que se resistieron siete jóvenes nobles. Decio les dio tiempo para reflexionar y partió esperando que a su vuelta hubieran renegado del cristianismo o de lo contrario serían ejecutados. Los siete jóvenes decidieron donar todas sus posesiones a los pobres y se escondieron en una cueva, donde fueron descubiertos mientras dormían por soldados romanos, quienes taponaron la boca de la cueva para que muriesen en su interior. Sin embargo, los jóvenes siguieron durmiendo sin despertar ni sufrir hambre, sed o frío. Durante el reinado de Teodosio II, entre los años 408 y 450, el Imperio ya había abrazado el cristianismo, y un hombre ordenó abrir la cueva de los durmientes para usarla como establo. Pero para su sorpresa, los muchachos despertaron creyendo que seguían en la época de Decio. Los siete durmientes, también conocidos como Durmientes de Éfeso, fueron canonizados tanto por la Iglesia católica como por la ortodoxa. De esta leyenda hay testimonios escritos en, al menos, nueve lenguas medievales y se conserva en más de doscientos manuscritos. Lo que pocos saben es que un evento similar ocurrió en Galicia, en los montes de Meis, en la provincia de Pontevedra. Allí, un antiguo caballero de la corte de Alfonso VII y fundador del monasterio de Armenteira, estuvo 200 años dormido: Ero de Armenteira.
En pleno siglo XII, cuando la península ibérica era una mezcla de reinos cristianos y musulmanes enfrentados entre ellos, nace en 1105, en la futura villa de Caldas de Reis, el futuro monarca Alfonso VII de León el Emperador, hijo de la reina Urraca y de Raimundo de Borgoña. En Galicia pasaba largas temporadas mientras era educado bajo la protección de Pedro Froilaz, conde de Traba.
En el año 1124 fue armado caballero en la catedral de Santiago y, tras la muerte de su madre, fue coronado rey de Galicia, Castilla y León, el 10 de marzo de 1126. Esta cercanía con Galicia explica la razón por la cual alguno de los nobles más cercanos del rey eran gallegos, entre ellos, uno que destacaba sobremanera: Ero de Armenteira.
Lo poco que se conoce sobre este noble gallego es que nació en O Salnés, en la provincia de Pontevedra, que era consejero de Alfonso VII y que, en algún momento, solicitó licencia al rey para regresar a sus dominios, cansado de batallas e intrigas palaciegas.
Se retiró en su palacio de Armenteira y contrajo matrimonio, pero una gran pena le afligía, ya que la pareja no lograba tener descendencia. Por ello comenzaron a rezar a la Virgen María, hasta que un día se les apareció en sueños diciéndoles que serían padres de muchos hijos espirituales, invitándoles a fundar un monasterio.
No lo dudaron ni un momento y en el año 1151 el palacio se convirtió en monasterio y su capilla en ermita. Inicialmente era un monasterio benedictino, pero la decadencia de las órdenes tradicionales y la irrupción de la Orden del Císter acabó provocando que Ero acudiese a San Bernardo de Claraval, cuyos monjes se comprometieron a tomar bajo su dependencia su monasterio en el año 1162.
Su esposa ya había fallecido, así que Ero se despojó de todas sus riquezas y se convirtió en abad, un hombre austero, ejemplar y contemplativo que acostumbraba a rogar a la Virgen que le permitiera ver el Paraíso para conocer la alegría de los salvados por ser justos y piadosos.
El abad solía caminar por el bosque que había próximo al monasterio admirando los maravillosos parajes que lo rodeaban y meditando sobre el Paraíso que tanto le intrigaba, pero una tarde de verano del año 1176, se sintió atraído por el precioso canto de un pájaro posado sobre la rama de un árbol.
El monje se sentó a contemplar aquella maravilla que le dejó embelesado, entrando en profundo trance durante el cual la Virgen le enseñó la paz y el gozo del Paraíso. Mientras, en el monasterio, preocupados por su ausencia, salieron a buscarle, pero nunca lo encontraron. El abad había desaparecido.
Cuando Ero se despertó de aquel misterioso sueño, se dio cuenta de que se le había hecho tarde, así que apuró el paso en dirección al monasterio, pero por el camino encontró cambiados los paisajes y senderos. Al llegar al monasterio, le abrieron las puertas monjes que no conocía y encontró el lugar completamente cambiado.
El abad le contó su historia a los monjes, quienes revisaron la antigua documentación fundacional del monasterio donde encontraron, efectivamente, el nombre de Ero. Los monjes se arrodillaron y rezaron ante aquel milagro. Era 1376, habían pasado doscientos años.
Ero es considerado un santo durmiente. Su fecha en el santoral es el 30 de agosto y su biografía forma parte de un tipo de leyendas que tienen su origen en los Siete durmientes de Éfeso. A pesar de la relevancia que se le supone y aunque la tradición afirma que fue enterrado en el monasterio, por lo que su cuerpo debería descansar en un lugar privilegiado, sus restos jamás han sido encontrados.
Sin embargo, su historia sí se conoce gracias a la Cantiga 103 de Alfonso X el Sabio, una obra que fue estudiada en el siglo XVII y que también fue relatada en poemas por Ramón María del Valle-Inclán. Sería su hijo Carlos quien, a partir de 1961, funda la asociación “Amigos de Armenteira” para reconstruir el monasterio, abandonado desde el siglo XIX, lo que acabó motivando que un grupo de monjes navarros restaurasen de nuevo la vida cisterciense.
Solo queda la iglesia del primitivo monasterio, que recibe a los visitantes con un curioso conjunto escultórico que representa a un monje que, a la sombra de un árbol y con un pájaro de testigo, le reza a la Virgen y al niño Jesús. Ese monje es San Ero, el fundador del monasterio de Armenteira que estuvo dormido 200 años.
Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.
Te recomendamos también:
Referencias:
es.wikipedia.org
elespanol.com
monasteriodearmenteira.es
lavozdegalicia.es
farodevigo.es
dbe.rah.es
pontevedraviva.com
eldebate.com
descubreleyendas.es
elpais.com