• Así vibraron los 20.115 espectadores de Riazor con ‘Terra’, de Tanxugueiras

Bajo una atmósfera única y un apoyo incondicional por parte de un Riazor entregado a sus canteranos, el Juvenil completó un gran partido que acabó con empate a dos en el marcador. Solo una fatídica tanda de penaltis le apea de los octavos de final de la Youth League.

El choque nació de manera inmejorable para el Dépor. Nájera abrió el marcador nada más comenzar el partido. Fue en una acción a balón parado en el que los blanquiazules pidieron penalti pero el atacante siguió la jugada e inauguró el marcador a puerta vacía. Era el inicio soñado para unos chavales dispuestos a hacer historia.

Riazor explotó en una noche en la que se respiraba un ambiente especial. La alegría duró poco ya que el Dinamo de Kiev igualó en el seis en una acción bastante similar. Tras varios rechaces a la salida de un córner, Tsarenko ponía las tablas en el marcador.

El partido mostraba un guion muy diferente al esperado y con goles y acción desde el primer minuto. Tras el gol el Dépor insistió con un Jairo imperial en el centro del campo y con Yeremay buscando profundidad por banda derecha. Los blanquiazules iban a la carga y además contaban con una defensa muy sólida gracias al gran trabajo de Juan Rodríguez. El central secó a sus rivales en los duelos que tuvo durante la primera mitad.

Cuando el partido atravesaba un momento de igualdad, Rubén López lo desequilibró con una jugada cargada de fe. El centrocampista ejercía una presión brutal al portero y el despeje del mismo tocaba en el jugador de Silleda que hacía el segundo para su equipo.

Fueron los mejores minutos de un Dépor que dominaba y buscaba el tercero. Yeremay la tuvo en una buena acción de Mella por banda que acababa con un remate del canario que se marchaba por encima de la meta ucraniana.

Pero el partido iba a cambiar por completo en el 36 de la primera mitad cuando Rubén recibía la segunda tarjeta amarilla por una falta en el centro del campo. El árbitro, que se había mostrado muy permisivo en la primera mitad, le enseñaba una cartulina bastante rigurosa que dejaba a los coruñeses con diez.

El Dépor aguantó bien durante la primera mitad pero tenía por delante cuarenta y cinco minutos más en inferioridad ante un equipo muy físico y peligroso. Manuel Pablo introdujo cambios y quitó a Nájera y Noel para dar entrada a Víctor y Seydibe.

El equipo se vio obligado a recular pero aguantó bastante bien sobre el terreno de juego. El paso de los minutos solo confirmaba esas sensaciones. Los blanquiazules defendieron con todo pero las fuerzas iban fallando a medida que se acercaba el final del choque. Eso permitió al Dinamo volcarse aunque sin acercamientos peligrosos.

Sin embargo en una gran acción individual de Yatsyk en el 75 los coruñeses encajaron el gol del empate. Fue una jugada por la izquierda que finalizaba con un gran disparo a la escuadra. Quedaban quince minutos por delante en los que los de Manuel Pablo tenían que aguantar con las fuerzas justas. El técnico canario movió el banquillo buscando refrescar a un equipo que acusaba la inferioridad.

En un gran ejercicio de resistencia el Dépor aguantó y logró forzar la tanda de penaltis, una tanda en la que los coruñeses fallaron tres de los cinco penaltis y quedaron apeados de la Youth League de la manera más cruel posible. Riazor ovacionó a sus héroes canteranos y a una generación de futbolistas que congregó a más de 20.000 personas en un partido histórico.