El Deportivo cayó con honor en la Copa del Rey ante el CD Tenerife. Los blanquiazules cuajaron un gran encuentro ante un rival de superior categoría pero acabaron cayendo en el último suspiro de la eliminatoria.

Empezó muy bien el Dépor el partido. Y ese buen comienzo se refrendó con el gol de David Mella en el minuto diez de la primera mitad. El canterano aprovechaba el resbalón de un rival para plantarse solo delante de Tomeu y hacer el primero del partido.

No sufrió en exceso el Dépor en una primera mitad marcada por la igualdad sobre el campo. Los tinerfeños adelantaron líneas en el tramo final pero sin generar excesivo peligro.

Con esa ventaja en el marcador se llegaba al descanso. La segunda mitad nació con un Tenerife que apretó más y encontró el empate en una buena subida de Jesús que Nacho Martínez finalizaba con un gran disparo.

Ambos conjuntos demostraron que daban mucha importancia a la Copa y trataron de evitar errores en defensa. De esta manera la eliminatoria se marchaba a la prórroga.

El tiempo extra no defraudó y ofreció un gran espectáculo a los aficionados. El Dépor salió realmente bien pero sin encontrar el camino del gol. El Tenerife golpeó primero con un centro chut de Romero que se alojaba en la meta de Mackay.

No se vino abajo el conjunto blanquiazul y nada más salir a la segunda parte de la prórroga Davo metió un gran centro que Kevin remataba de manera maravillosa sobre la meta tinerfeña. Así llegaba el gol del empate. Riazor apretó y el equipo se contagió y se fue a por el tercero. En el fragor de la batalla, Jurado fue al suelo a por un balón dividido y el colegiado le mostraba la segunda amarilla.

En inferioridad el Dépor multiplicó esfuerzos. Pablo Martíñez, exhausto y lesionado logró realizar varias jugadas defensivas de mucho mérito. Sin embargo una vez más el equipo recibiría el cruel castigo de recibir gol en el descuento y a las puertas de la tanda de penaltis.

La cruel eliminación no impidió que el público despidiera a los suyos con una gran ovación para su equipo por el esfuerzo titánico de los jugadores a lo largo de todo el partido.