• Reportaje | Carlos Arévalo: de Betanzos a los Juegos de Tokio, pasando por el Ejército de Tierra

Carlos Arévalo ya está de vuelta en su puesto como soldado del Regimiento de Infantería Príncipe de la Brilat. El piragüista de Betanzos regresó a Asturias tras triunfar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con una medalla de plata en la categoría K-4 500 y un diploma olímpico por si quinto puesto en K-1 200.

Tal logro merecía un recibimiento por todo lo alto. Y así fue. Sus compañeros le brindaron una calurosa bienvenida. Ninguno de los soldados se quiso perder su llegada a la base del Ejercito de Tierra. Entre aplausos y el We are the champions de Queen, Arévalo recibió la enhorabuena de sus compañeros y posó con un águila, símbolo de esta sección de las Fuerzas Armadas.

Arévalo ha compaginado su entrenamiento deportivo con su formación y labor en el Ejército de Tierra durante los últimos años. De hecho, tras el estallido de la pandemia tuvo que redoblar sus esfuerzos debido a la participación de las Fuerzas Armadas en labores de emergencia derivadas de la crisis sanitaria.

Su presencia en Tokio fue doblemente especial, pues sirvió al de Betanzos para redimirse después de no haber conseguido acceder a la prueba K-2 200 en Río 2016. El betanceiro se planteó entonces la retirada y centrarse en su carrera militar. Finalmente no fue así y formó parte del k-4 junto al también gallego Rodrigo Germade, Marcus Cooper y Saúl Craviotto, que igualó el récord de cinco medallas del también gallego David Cal.