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Opinión

María Pita nº1, la nueva casa de Gran Hermano

Políticos encerrados en una casa consistorial con una misión aparentemente sencilla, dirigir el gobierno local. Pactos, expulsiones… Bienvenidos a la vida en directo

19 marzo, 2022 11:00

Las normas de la casa

Comencemos con ciertas nociones sobre organización política municipal para “dummies” (como yo) aprovechando que Martín tiene mañana examen de “Sociais”: 

El Ayuntamiento es el órgano de administración de una ciudad y se elige mediante votación de los habitantes mayores de edad censados en el municipio cada aproximadamente 4 años. 

Contradiciendo la pequeñísima parte entendible de la famosa frase de Rajoy “es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”, en estas elecciones, los ciudadanos no votamos realmente a un alcalde, sino que seleccionamos ciertos representantes o concejales (27 en el caso de A Coruña) que presentan cada uno de los partidos en sus papeletas y después, en función de los resultados a través de un sistema de proporcionalidad (método d’Hondt) son ellos los que deben organizarse mediante una segunda votación en la que el candidato que obtenga la mayoría absoluta (la mitad mas uno de los votos) o, en su defecto, quien encabece la lista más votada será designado alcalde o alcaldesa.

Este es un primer factor que puede explicar la inestabilidad de ciertos gobiernos, pues los concejales seleccionados, como los concursantes de Gran Hermano, pueden estar obligados a establecer pactos y alianzas para llegar a un consenso suficiente que asegure un ganador. Así sucedió en 2019 en las elecciones coruñesas, ya que la lista más votada fue la del PP con Beatriz Mato al frente, por lo que el PSOE de A Coruña, cuya lista obtuvo 9 concejales tuvo que sumar el apoyo de los 2 del BNG y el respaldo de los 6 que tenía entonces Marea Atlántica para superar los 13 votos y tener la mayoría absoluta que alzó a Inés Rey a la alcaldía de la ciudad.

A partir de ese punto, la alcaldesa puede ya designar libremente una Junta de Gobierno Local que incluye a las personas titulares de las concejalías de cada área de responsabilidad delegada por el gobierno (economía, medio ambiente, urbanismo, etc) y que, en el caso de nuestra ciudad, son 8. En este punto, también la alcaldesa elige de entre los concejales al o los Tenientes de Alcalde (4 en el caso de A Coruña), una especie de alcalde suplente que participa con mayor protagonismo en las grandes decisiones del ayuntamiento. 

Pero ¿Y qué pasa con esas 27 personas que inicialmente seleccionamos los coruñeses?. Ellos, de diversos partidos políticos, conforman la Corporación Municipal y se encargan de vigilar el ejercicio eficiente, eficaz y legítimo del equipo de gobierno.

Hay aquí otra regla de importancia a tener en cuenta, ya que, pese a que los concejales son inicialmente elegidos dentro de la lista de un partido, su expulsión del mismo no supone el cese en el cargo público representativo al que se ha accedido mediante el sufragio popular.

Los nominados

Entendiendo lo anterior, podemos pasar ya a describir la situación de tensión dentro de la casa, una tragedia en 3 actos.

Viajamos en el tiempo a noviembre de 2020 para presentarte a nuestra primera nominada, Eva Martínez Acón. Eva es, además de Concejala de Empleo en el Ayuntamiento (por nombramiento directo de Inés Rey), Secretaria General del PSOE de A Coruña, y como si aquello fuera “La Solana”, le recuerda insistentemente a Inés Rey que debe las cuotas desde hace años y que o paga inmediatamente o mandará al “cobrador del frac” (así es al menos como yo me lo imagino). Inés, ni corta ni perezosa, le monta un “pollo” en el consistorio exigiéndole que deje de reclamarle las cuotas o se atenga a las consecuencias.

Poco después, Inés ejecuta la “advertencia” y expulsa a Eva de la Junta de Gobierno Local como Concejala de Empleo, argumentando no solo dejación de funciones sino incluso absentismo laboral en una carta a la militancia socialista apoyada por varios concejales… pero recordemos que como Eva ha sido elegida por la ciudadanía de la lista de concejales propuesta por el PSOE, aún así, seguirá en la corporación municipal. Por si fuera poco, Eva continúa además siendo la secretaria general del partido en la ciudad hasta hace un par de semanas cuando Inés Rey le arrebata también su posición en el partido. 

A Inés no le da tiempo a digerir la satisfacción de su nuevo puesto porque nuestro siguiente protagonista, Juan Díaz Villoslada, dimite por sorpresa el pasado martes 8 de marzo de su acta como Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento por “discrepancias con la ejecutiva municipal”. Este divorcio de otra de las figuras seleccionadas por la propia Inés Rey para su Gobierno visibiliza los enfrentamientos de los grupos internos existentes en la casa, los que están a favor de Eva Martínez (pese a que el propio Villoslada apoyó inicialmente la carta de fulminación de la alcaldesa) y los que siguen la estela de Inés Rey (con el Concejal de Economía, Hacienda y Reglamento Interior, José Manuel Lage al frente). Se masca la tragedia.

El desplazamiento y desconsideración del gobierno municipal expresado por Villoslada es apoyado por otra concursante, Esther Fontán, Concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, lo cual provoca una bronca épica entre Inés, Lage contra una acorralada Esther. Poco después en una nueva reunión está casualmente (pese al supuesto absentismo esgrimido por Inés para su destitución) Eva Martínez y la batalla hace temblar los cimientos del Ayuntamiento alcanzando niveles que los medios llegan a describir como “violentísima” discusión. Después, se van todos juntos a la manifestación por el día de la mujer. Sonrisas y lágrimas. La política es así.

Dos días después, justo el día de la aprobación de los presupuestos más elevados de la historia de la ciudad, Fontán se empieza a encontrar mal en pleno “Pleno” (valga la redundancia) y acaba en urgencias. Fin del tercer acto.

Noche de expulsiones

La inmunidad de Inés parece peligrar día a día, a medida que los expulsados se han ido aliando en un frente común para nominar a la mismísima alcaldesa que los nombró inicialmente. 

Mientras llega la noche de expulsiones, yo intento explicarle a mi hijo Martín que la democracia no es realmente esto, sino que consiste en dialogar, en llegar al consenso, en que todas las posturas y opiniones tengan voz y que el verdadero poder no consiste en imponer sino en ser capaz de liderar a un equipo con visiones diferentes en la búsqueda de un objetivo común, el bienestar de la ciudadanía. Visto lo visto, muchos necesitarían repasar esa lección… Elena, ¿les hacemos a ellos el examen?

Y es que así es la casa de Guadalix y la de María Pita, tan tristemente parecidas estas semanas… Y ya lo sabes, en Gran Hermano todo se magnifica.