#CoruñaSecreta Irte de concierto (secreto) a una peluquería con Sofar

Se empieza a correr la voz por la ciudad ¿No has ido todavía a un Sofar? Conciertos pequeños y acústicos en sitios raros donde no sabes ni quien toca ni, hasta pocas horas antes de la cita, dónde será. Conciertos a los que puedes apuntarte pero nadie te asegura que puedas ir. No es cuestión de dinero. Ahí radica el éxito de Sofar.

Primero te llega un mail que te dice que si, que estás dentro. Eres uno de los pocos afortunados que irá al próximo Sofar. Pero la intriga sigue, amigos, porque hasta 24 horas antes no sabrás a qué lugar extraño -una floristería, una sastrería, una peluquería, a saber- van a convocarte estos chicos amantes de la música descontextualizada y de las sorpresas. Porque la última, ese pequeño detalle que normalmente es lo primero que sabes cuando decides acudir a cualquier cita musical, es decir, quién toca, no lo descubrirás hasta que estés sentado en el suelo y suenen los primeros acordes. Una manera diferente de organizar un evento musical que triunfa a nivel mundial y, desde hace 6 escasos meses, cosecha éxito en Coruña.

Una red mundial de conciertos sorpresa

“Cuanto más le cuesta, más le mola”. Es un resumen de lo que están viviendo Carolina Martínez y Miguel Valiña, Michel, ingeniera en un astillero y funcionario de la Agencia Tributaria, respectivamente, que se conocieron hace un año y, en sus ratos libres, se lanzaron a meter a Coruña en la red de 408 ciudades que la empresa de eventos musicales Sofar Sound tiene diseminadas por el mundo. Con un funcionamiento similar a las franquicias, Sofar pone la marca y unas normas comunes – espacios pequeños y diferentes para hacer conciertos, secretismo, buena cobertura en vídeo y foto- y los equipos locales, el contenido. Carolina, amante del mundo del arte y la fotografía, con experiencia en gestión cultural, conoció esta red -o comunidad musical, como ellos mismos se definen- en Londres y en seguida vio el filón coruñés.

Manolo Cremallera, en plena calle Torreiro, hospedó el primer Sofar Coruña. Alba Laotra

“Fui por trabajo a Londres a hacer unos cursos y un amigo australiano me habló de estos conciertos. Fui y me gustó mucho y me dije, podría hacerlo en casa. Empecé los trámites, hice mi plan de negocios… Pero para mi sola era demasiado y casi había decidido tirar la toalla”. Y ahí entró en escena Michel, músico coruñés con su propia web, experiencia sobrada en montar bolos y contactos por toda la ciudad. El tándem perfecto que completaron con dos fotógrafas, un videógrafo y un técnico de sonido. Todos involucrados, siempre que pueden, en este curioso hobby del que no sacan sueldo. Tan solo cubrir gastos.

“A la gente que viene les sorprenden las bandas… Aquí hay tremendas bandas que no se conocen. Me sorprende que a grupos así no se les haya dado tanto bombo… A mi me gusta ayudar y en el fondo de lo paso bien. Mi vocación es esta”, nos dice Michel, a quien ya le empieza a resultar complicado moverse por sus ambientes de siempre sin que le den el alto con el ‘Qué, y para nosotros cuando un Sofar?’. La selección de grupos la llevan entre ambos, Carolina y Michel, en base a las peticiones que reciben o grupos que ellos mismos descubren o se les ocurren. The Oafs, Mounqup, Astrogirl, Sandford Music Factory, Hexany, Birds and Cables o Nastasia Zürcher.  Grupos locales mezclados con extranjeros, a los que miman con una minigira paralela para que les compense el viaje, de varios estilos pero siempre en acústico. Lo sentimos por los amantes del ruido, es lo que tiene montar un concierto en una peluquería. A cambio del concierto, a los grupos se les ofrece compartir gorra -aquí en Coruña se pasa caja de metal con una donación mínima de 5 euros– o llevarse un tema grabado con audio y vídeo de calidad que se subirá a una web con 800.000 suscriptores. Y entrar en la red Sofar, que puede abrirte la puerta y los salones de otras ciudades de la red.

El Pataca, en la rampa de Matadero, fue el escenario del segundo concierto.

El primer concierto, en una sastrería

“El primer concierto fue en una sastrería, en Manolo Cremallera. Porque conocemos a Manolo y Marieta y se apuntan a un bombardeo” nos cuenta Michel antes de subir al taller de Manolo, en un primer piso en la calle Torreiro. “Y nos hizo sentir como en casa”, completa Carolina. “Otro fue en el Fiandón (una librería), y otro en la parte de atrás del bar Pataca. Luego en la Tribu, una peluquería, y otro en Ay Carmiña, un taller y floristería en la calle Orillamar”.

¿Y como llegasteis a una floristería? “Pues un amiguete nuestro nos avisó”, empieza Michel, y, como es habitual entre ellos, continúa su socia. “La gente te da soplos, que es maravilloso. Es la verdadera comunidad. Nos escriben para decirnos sitios”. Negocios, locales y hasta dos casas privadas. Sofar Coruña también tiene lista de espera para los anfitriones. En cuanto a los invitados, solo un 19% de las peticiones terminan asistiendo.

“Desde que se anuncia, en 2 o 3 días, tenemos sold out”, cifra Carolina, que fija aforos en unos 50 o 60 asistentes para no perder la esencia y la intimidad de la cita. Los afortunados podrán traer a un acompañante y serán citados a las 20h. A as 21h empiezan los conciertos de tres grupos, que tocan entre 20 y 25 minutos cada uno. Antes de las 11 estás fuera, por si quieres irte a cenar.

O Fiandón, en la calle Hospital, se transformó de librería en sala de conciertos.

“La gente es muy respetuosa”, nos dicen, levantando ambas cejas. Llegan puntuales, se sientan en el suelo tranquilos, evitan pedir bebidas durante el concierto y dejan el móvil en el bolsillo. Disfrutan de la música y, la mayor parte, se llevan una grata sorpresa.

Y tú que, ¿para cuando un Sofar?

Galería de vídeos: Los conciertos de Sofar en A Coruña