Reunir a jóvenes y a mayores para que compartan tiempo y experiencias. Es la idea que están llevando a cabo la residencia DomusVi La Ciudad y el Colegio Santo Domingo, ambos en la Ciudad Vieja de A Coruña, con una serie de encuentros en los que participan conjuntamente alumnas y alumnos del instituto y residentes del centro. Nos sumamos a una de estas "quedadas" un viernes de marzo a media tarde, cuando el grupo se reúne para jugar a juegos de mesa. Este tipo de encuentros también lo llevan a cabo desde hace tiempo con los ancianos del centro de Día Saraiva, también en la Ciudad Vieja.

En esta ocasión son Sofía, Claudia, Paula y una segunda Sofía, alumnas de secundaria del instituto, quienes visitan la residencia DomusVi La Ciudad en compañía de sus maestras para pasar un rato con las mayores de La Ciudad. Reunidas en torno a dos grandes mesas, las chicas comparten con las residentes un cartón del tradicional bingo para jugar en casa, y se ayudan mutuamente a tachar los números.

Las cuatro aseguran que tenían muchas ganas de participar y ver cómo era el espacio. "Tenemos una idea de lo que es una residencia pero luego la realidad es muy diferente", explican Sofía y Claudia en el descanso entre partida y partida, quienes aseguran que el encuentro es como pasar "una tarde con una gran familia".

La actividad la coordina Marta, animadora sociocultural del centro, que va cantando los números y comprobando las puntuaciones, y cuenta que la iniciativa tiene como objetivo "unir en un mismo lugar a jóvenes y mayores", de forma que puedan hablar y nutrirse con experiencias de vida a priori tan diferentes. Un tipo de encuentro que es cada vez menos habitual en las ciudades modernas, donde es difícil que personas de diferentes edades participen de una misma actividad de ocio.

"Hubo lío por ir"

Desde el centro educativo aseguran que la cita se ha vuelto muy popular entre las alumnas y alumnos, que se apunta en una lista y "se van rotando" para participar. Tanto que casi "hubo lío" por poder ir a la siguiente reunión.

"Cuando nos lo propusieron hubo lío porque solo podíamos venir cuatro y había más gente que quería asistir", cuenta Sofía, quien explica que para ellas es "como si quedásemos con nuestros amigos".

También Paula, que gana la primera partida de la tarde junto a su compañera, cuenta que ya imaginaban que iban a pasarlo "muy bien".

Cuando terminan de jugar, las ganadoras reciben un premio de una caja de obsequios, y llega el turno del café y el bizcocho, mientras siguen charlando entre ellas.

Del otro lado la valoración también es muy positiva y todas aguardan con ganas la visita. "Les encanta ver a las chicas y en general estar con gente más joven", asegura Marta.

Además, por primera vez esta semana, las mayores se han desplazado al instituto para "devolver la jugada" a las jóvenes. La idea es que esta dinámica se repita de forma que el encuentro se realice una vez en cada espacio.

"Tenemos prejuicios hacia los mayores"

No obstante, esta no es la única actividad que se lleva a cabo en la residencia. Marta explica que habitualmente tendemos a pensar que los centros de mayores son "aburridos", pero no tiene porque ser así.

"Intentamos darles más vida, que estén activos y que disfruten. A veces tenemos un prejuicio hacia las personas mayores y pensamos que es una vida de soledad y aislamiento pero no es así, ellos son todoterreno", asegura.

En ese sentido, cuenta que en el centro organizan talleres de cocina, o de manualidades, y visitan exposiciones o van al cine. Un día al mes también quedan en algún bar de la zona para tomar un aperitivo.

Además, el centro colabora con otros colegios, como el IES Novo Mesoiro, realizando un intercambio parecido al realizado con el colegio Santo Domingo pero con niñas y niños de primaria.