Niño jugando con una caja sensorial

Niño jugando con una caja sensorial Shutterstock

Con niños

Concepción Sánchez, pedagoga gallega: "Los juguetes deben educar antes que entretener"

Los expertos alertan de que es fundamental trabajar con los niños el desarrollo de los sentidos y del espíritu crítico: ¿Son las cajas sensoriales una buena opción?

18 noviembre, 2023 05:00

Las Navidades se acercan y tanto Papa Noel como los Reyes comienzan a pensar qué regalarán a millones de niñas y de niños. Mientras tanto, los más pequeños empiezan a decidir qué juguetes pedirán a sus Majestades de Oriente en unas semanas.

Expertos gallegos como la pedagoga Concepción Sánchez llaman a la calma antes de que comience la campaña de Navidad y recuerdan que los juguetes "deben educar antes que entretener". Esto no tiene por qué ser aburrido, todo lo contrario: "Educar tiene que ver con liberar, permitir que nuestro hijo investigue el entorno", asegura la pedagoga.

"Jugar es un derecho que tienen todos los niños, pero además es una oportunidad para explorar el mundo físico y el mundo vital", recuerda. Los juguetes pueden ser grandes aliados en el aprendizaje y el desarrollo psicomotriz. El único requisito es elegir productos acordes con la edad del niño que lo va a usar.

Según las explicaciones de Sánchez, jugar es fundamental para el crecimiento. Si los niños no se animan a explorar el entorno, es muy difícil que avancen en su "proyecto emancipador". Esto es, convertirse en adultos funcionales en el futuro.

La incorporación de pantallas digitales a las rutinas diarias es una realidad desde hace años. Actualmente no es extraño ver como a los niños se les "entretiene" con el teléfono móvil en ocasiones puntuales. Es "normal", asegura Sánchez. "Como padres a veces no pensamos con calma qué le estamos ofreciendo al niño en forma de juguete", reconoce. Sin embargo, lo ideal sería buscar un producto que no solo entretenga, sino que también eduque: "Si entretiene, pero obstaculiza los procesos de investigación del niño, hay un problema".

Las cajas sensoriales ¿Qué son y para qué sirven?

Concepción Sánchez pone de ejemplo las cajas sensoriales, un tipo de juguete que busca estimular los sentidos de los más pequeños a través de objetos ricos en olores, texturas y colores, entre otras cosas. Asegura que pueden ayudar a favorecer el desarrollo, siempre que los objetos que coloquemos dentro estén relacionados con una experiencia previa.

Sánchez propone no comprar una caja sensorial, sino hacerla nosotros mismos. De esta forma, el juguete será mucho más enriquecedor para el desarrollo del pequeño.

El objetivo es hacer de un plan en familia un recuerdo inolvidable: "Necesitamos que los objetos tengan memoria", dice Sánchez. Algunos de los objetos que podemos incluir en nuestra caja sensorial son los siguientes.

Arena

Sánchez anima a ir a dar un paseo por la playa con los más pequeños, jugar, bañar los pies en el mar, disfrutar de la brisa atlántica y, al término de la escapada, recoger un poco de arena en un frasco. Al llegar a casa sería una buena opción verterla en una caja sensorial para que cuando los pequeños de la casa jueguen con ella les evoque sensaciones como el olor a salado, el calor en la piel, etc.

Castañas

El otoño es una excusa perfecta para ir al bosque a dar un paseo. En este caso Sánchez anima a lanzarse a los prados a buscar castañas. Durante la actividad, los niños explorarán el bosque a la vez que se esforzarán en encontrar algún fruto. Este plan es ideal para hacer acompañados de algún amigo: "No debemos olvidar que es imprescindible que el juego se base en el encuentro con los otros. Somos seres sociales, necesitamos interactuar para evolucionar", recuerda Sánchez.

Tras la actividad podemos llevar a casa un par de castañas, hojas o flores. Al depositarlas en la caja sensorial los niños podrán seguir investigando sus propiedades: el color, el olor, las texturas, etc.

Comida

La comida no es un juguete, pero es innegable que levanta mucha curiosidad entre los más pequeños. Un buen plan para una tarde de domingo es encerrarse en la cocina a preparar alguna receta junto a los más pequeños de la casa. Ellos también deben ayudar y participar, no sirve con ser sujetos pasitos.

Después de terminar la receta podemos destinar uno de los ingredientes a la caja sensorial. Una buena opción son unos macarrones, lentejas o incluso un trozo de laurel. En cualquier caso, es importante vigilar al niño mientras juega con la caja sensorial para evitar atragantamientos u otros incidentes.