Una campana de barco frente al Cantábrico: La nueva atracción de O Fuciño do Porco (Lugo)
La "Liberty Bell" fue instalada la semana pasada en este monumento natural y la localidad lucense de Portomarín cuenta con una idéntica
19 abril, 2021 18:40Uno de los atractivos turísticos gallegos más populares de los últimos tiempos, O Fuciño do Porco (Lugo), cuenta desde la semana pasada con un añadido que aumentará su espectacularidad y la afluencia de visitantes: una campana de barco situada frente al Cantábrico. Este elemento, denominado Liberty Bell, tiene un doble significado para quienes lo visiten: la imposibilidad de marcharse sin hacer el recorrido por las extensas pasarelas de madera de Punta Socastro y la obligación de visitar la localidad lucense de Portomarín, donde en 2020 se colocó una campana idéntica que invita a visitar O Fuciño do Porco.
Así lo han confirmado fuentes del Concello de O Vicedo, donde está ubicado este monumento natural que debe su nombre a su original forma en saliente que recuerda a la del hocico de un cerdo. El recorrido por las pasarelas es de apenas cuatro kilómetros pero durante el paseo se puede disfrutar de vistas espectaculares. La isla Coelleira, la Ensenada da Pereira, Monte Faro, el islote de A Gaveira o la playa de Area forman parte del mágico entorno de este enclave que cada vez cosecha más adeptos.
Cita previa en verano y Cueva de la Doncella
Asimismo, quienes quieran conocer este paisaje único podrán hacerlo sin reserva previa durante todo el año salvo en los meses de julio y agosto, considerados de temporada alta de turismo, y en los que será necesario realizar una reserva previa a través de la web del lugar. Quienes se desplacen hasta este rincón de la Mariña Lucense, pueden aprovechar también para conocer otro exclusivo paraje como es la Cueva de la Doncella o Cova dos Encantos en Viveiro (Lugo), que forma parte de la orografía de la playa de Abrela y está protegido por LIC Costa da Mariña Occidental. Se trata de una cueva de aproximadamente 15 metros de largo en la que inicialmente se debe entrar a gatas por la baja altura, que va aumentando progresivamente hasta acabar en una especie de puerta a un acantilado con inmejorables vistas de la inmensidad del mar y la costa lucense.