Acantilados de Loiba, Ortigueira, A Coruña.

Acantilados de Loiba, Ortigueira, A Coruña. Shutterstock

Escapadas

Los acantilados más espectaculares de Galicia

De las Rías Baixas a las Altas, un recorrido a través de los precipicios de mayor envergadura de la región, entre los que se encuentra uno de los más altos de la Europa continental

25 julio, 2022 06:00

Galicia es un destino repleto de rincones mágicos por explorar. Uno de los factores más relevantes de su riqueza paisajística tiene que ver con sus cerca de 1.500 kilómetros de costa, liderando incluso el ranking nacional. En su faceta más salvaje, la región nos conduce a través de impresionantes acantilados con vistas al océano Atlántico y el Mar Cantábrico; y es que el grueso de estos accidentes geográficos ―al menos los de mayor envergadura― se reparten por todo el norte gallego.

De hecho, en Galicia se encuentran unos de los acantilados más altos de la Europa continental. A medio camino entre las rías de Cedeira y Ortigueira, en la Serra da Capelada, se alzan hasta los 620 metros los imponentes precipicios de Vixía Herbeira (A Coruña). La panorámica desde este punto conforma una caída libre hacia la Costa Ártabra, con fuertes pendientes y el mar rompiendo poderosamente contra las rocas. Además de los acantilados de Herbeira, en esta breve guía vamos a descubrir algunos de los barrancos naturales más espectaculares de toda Galicia.

De Cedeira a Cabo Ortegal

San Andrés de Teixido. Foto: Shutterstock

San Andrés de Teixido. Foto: Shutterstock

Si hablamos de acantilados, la ruta que sigue el litoral gallego de Cedeira a Cabo Ortegal es una de las más emblemáticas de todas. Con poco más de 20 kilómetros en su totalidad, el itinerario desvela a su paso paisajes de gran valor,  marcados en su mayoría por los abruptos precipicios y los permanentes miradores hacia la inmensidad del océano. El punto de partida se encuentra en el pueblo marinero de Cedeira, famoso por sus percebes.

Antes de llegar a San Andrés de Teixido, recorreremos la Garita de San Antonio, el Mirador de Purrido y el Faro de Candieira.  Ya en la recóndita Serra da Capelada, la magia envuelve a la localidad de San Andrés de Teixido. Tal y como relata una de las leyendas populares más famosas de Galicia: "vai de morto o que non foi de vivo". Desde aquí, las pequeñas casas de piedra blancas contrastan con el verde de las montañas y la estampa de los acantilados con el mar.

the Cabo Ortegal lighthouse on the coast of Galicia at sunrise

the Cabo Ortegal lighthouse on the coast of Galicia at sunrise Shutterstock

Además, en estas costas se sitúan unos de los acantilados más altos de Europa, concretamente, como ya mencionamos una líneas más arriba, en el entorno de Vixía Herbeira. Podremos hacer un alto en el camino en la Garita de Herbeira, originaria del siglo XVIII y restaurada en 1805. A continuación, la última parada en esta primera ruta por los acantilados marítimos del norte nos traslada hasta Cabo Ortegal y su representativo faro, uno de los más bonitos del litoral gallego. 

Entre Cariño y Estaca de Bares

Banco de Loiba. Foto: Shutterstock

Banco de Loiba. Foto: Shutterstock

Muy próximo a Cabo Ortegal se localiza el municipio de Cariño, desde donde obtendremos una de las mejores vistas a la ría de Ortigueira a través del Mirador de Miranda. Después avanzaremos hasta "el mejor banco del mundo" en el mirador O Coitelo, también llamado banco de Loiba, enmarcado asimismo entre los famosos acantilados de Loiba. En las costas gallegas, la erosión provocada por la fuerza del viento y los golpes de mar han originado numerosas y curiosas cuevas, más. conocidas como furnas. Por ello, prestad atención ya que desde este punto se pueden divisar algunas curiosas erosiones en las rocas del entorno. 

Los acantilados más singulares de Lugo

Acantilados de Papel, Mariña Lucense. Foto: Turismo de Xove

Acantilados de Papel, Mariña Lucense. Foto: Turismo de Xove

En la provincia de Lugo, la línea costera continúa con sus paisajes de contrastes y acantilados, aunque en esta breve guía nos gustaría destacadar dos de los accidentes geográficos más curiosos: Punta Fuciño do Porco, los Acantilados de Papel en las cercanías de Punta Morás, y el entorno de la playa de las Catedrales, en Ribadeo. En el primero de los casos encontraremos una pasarela de madera que recorre los increíbles acantilados de Punta Fuciño de Porco.  

Los Acantilados de Papel tienen más de 6.000 años de historia a sus espaldas y parecen estar creados mediante la ancestral técnica japonesa del origami, con unos 32 metros de altura de pared vertical esculpidos en formas curiosas. El litoral rocoso se extiende desde el Cabo Morás, en Xove, hasta la Punta Roncadoira. Por último, la playa de las Catedrales es uno de los lugares más famosos y concurridos de la Mariña Lucense, con sus abruptas y singulares paredes rocosas que resultan todo un espectáculo para la vista.

De Muxía al fin del mundo

Fisterra Cape, Galicia (Spain)

Fisterra Cape, Galicia (Spain)

La Costa da Morte también puede presumir de tener algunos de los acantilados más espectaculares de Galicia. En esta ocasión queremos destacar el entorno de la localidad de Muxía. Desde el Monte Corpiño, Cabo Touriñán o Punta da Barca podremos obtener las mejores vistas de la entrecortada costa gallega y sus grandes y más modestos acantilados. Después, en Fisterra encontraremos los acantilados del fin del mundo. Con sus paisajes agrestes, inmensos arenales y con un mar que casi siempre muestra su bravura. La puesta de sol desde Cabo Fisterra nos regala una onírica estampa sobre la inmensidad del océano Atlántico y los espectaculares precipicios de la zona.

Monte Pindo, la excepción no marina

Panorámica desde el Monte Pindo, Carnota. Foto: Shutterstock

Panorámica desde el Monte Pindo, Carnota. Foto: Shutterstock

En el muncipio de Carnota se alza un monte sagrado conocido por todos como Monte do Pindo, muy ligado a los orígenes celtas de Galicia y que nos gustaría destacar a pesar de que el mar no está en contacto con sus desfiladeros. El interés de este pico carnotán reside en que se trata del acantilado no marino más alto de la Europa continental, con una altitud de unos 627 metros en su cumbre de A Moa. El pico se encuentra a menos de dos kilómetros del mar, y desde allí se obtiene una de las mejores panorámicas de la Costa da Morte, la desembocadura del Xallas e incluso la Fervenza do Ézaro.

Costa da Vela y Cabo Silleiro

El litoral de las Rías Baixas también ha formado acantilados que, aunque de menores dimensiones, reflejan una estampa onírica hacia el océano Atlantico.  De entre todos ellos cabe destacar los de Costa da Vela y Cabo Silleiro, pues el valor paisajístico y natural de ambas zonas merece una visita obligada. La Costa da Vela conforma una de los rincones más salvajes del sur de Galicia, situada en la península do Morrazo, entre las rías de Vigo y Pontevedra, y con la pequeña ría de Aldán como telón de fondo. 

Por todo este litoral morracense atraviesan verdes sendas que bordean los acantilados, las calas y playas paradisíacas que recorren toda la cosa. Uno de los puntos más emblemáticos de Costa da Vela lo encontramos en Cabo Home, un centinela con vistas al Atlántico y las Islas Cíes. Por otro lado, desde Cabo Silleiro, el paisaje se entremezcla entre la costa rocosa y zonas de extensos arenales u otros ecosistemas. Además, en este punto encontraremos también un emblemático faro inaugurado en el año 1866. 

Los acantilados de las islas Cíes y Ons

Panorámica desde las Islas Cíes. Foto: Shutterstock

Panorámica desde las Islas Cíes. Foto: Shutterstock

Si hablamos de los acantilados gallegos más espectaculares no podíamos terminar esta lista sin antes mencionar aquellos del Parque Nacional Marítimo-Terreste de las Islas Atlánticas de Galicia. Por lo general, estos archipiélagos presentan dos vertientes diferenciadas, una más abrupta y repleta de acantilados verticales, y otra mucho más suave, con arenales y sistemas dunares. Estos paisajes de contrastes son más característicos de las islas Cíes, en la ría de Vigo y las Ons, ya en la desembocadura de la ría de Pontevedra. El fuerte oleaje de los mares a lo largo del tiempo fue provocando la erosión de sus costas, creando grietas y provocando la caída de bloques. Como resultado, a día de hoy podemos contemplar algunos de los desfilares litorales más impresionantes de Galicia.

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