La responsable de La Panadería by Sarah de Oleiros (A Coruña).

La responsable de La Panadería by Sarah de Oleiros (A Coruña). CEDIDA

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La Panadería By Sarah: "Food experience" en Oleiros (A Coruña) con viaje por los sabores

Recetas internacionales con productos locales de kilómetro cero en cenas para grupos reducidos enmarcadas en un entorno irrepetible es la carta de presentación de este nuevo negocio con apenas dos meses de vida

30 septiembre, 2021 18:18

"Viajar a través de los sabores" a Malasia, China o Australia con productos locales de kilómetro cero en cenas para grupos reducidos enmarcadas en un entorno irrepetible. Esta es la carta de presentación de La Panadería by Sarah, el negocio que la australiana Sarah Stothart ha abierto en Oleiros (A Coruña) hace apenas dos meses y que ya ganado decenas de adeptos.

Antes de mudarse a la comunidad en agosto de 2020 con su marido, que es gallego, tenía varios negocios relacionados con la gastronomía en Barcelona. En la ciudad condal ya organizaba experiencias para comensales a los que llevaba al mercado y ofrecía sus mejores especialidades en la propia terraza de su casa y era propietaria de un local que en el pasado fue una fábrica de paraguas que convirtió en un espacio privado para cenar con reserva, una especie de club gastronómico cuya apariencia era muy similar a un espacio de este tipo que conoció en un viaje al País Vasco.

Su proyecto actual está muy relacionado con esta tendencia que ya desarrollaba en su anterior ciudad de residencia y La Panadería By Sarah está en Santa Cristina, en un establecimiento que fue durante años un obrador de pan donde trabajaron tres generaciones de la misma familia y que llevaba dos años cerrado porque los hijos de los dueños no quisieron continuar la tradición.

Desde la apertura del negocio a finales de julio de 2021, numerosos clientes ya han podido disfrutar de esta "food experience" que no deja a nadie indiferente y en la que de momento solo son posibles cenas los jueves, viernes y sábados con reserva previa de mínimo 24 horas (dado que la mayoría de los productos se compran y cocinan el mismo día de la reserva). La decoración es única, ya que la australiana ha querido conservar la esencia del local y tiene expuesta la maquinaria antigua con la que se elaboraba el pan.

Productos gallegos en recetas internacionales

"Ofrezco una experiencia, no solo una comida", aclara Stothart, que incluye entre los ingredientes de sus platos productos de su propia huerta o pescado fresco del mercado municipal de la Plaza de Lugo, entre otros. "Convierto los productos gallegos aportándoles sabores diferentes. He vivido en muchos países e intento ofrecer a los comensales un viaje a través de los sabores", asegura.

La semana pasada la carta estuvo integrada por unos dumplings de China, boletus que encontró ella misma en el bosque elaborados al estilo japonés o curry de cerdo ibérico con arroz de coco, una receta típica de Malasia. El menú es cerrado (tiene un coste de 45 euros) y lo único variable son los postres y las bebidas (su precio se suma al del menú).

Entre los postres que ha elaborado hasta ahora destaca unos dátiles macerados en café, cardamomo y azúcar de coco y servido con queso mascarpone, o una tarta Pavlova típica de Australia hecha a base de merengue con nata montada, fresas, frambuesas, maracuyá y helado de marrón glacé que elaboró con castañas recogidas del jardín de su casa.

"Miembros" del negocio y mesas en entornos idílicos

La responsable de La Panadería by Sarah concreta que "no tiene clientes, sino miembros", que cuando acuden por primera vez a probar la experiencia tienen la posibilidad de firmar en un libro de socio para en la próxima visita tener una cierta "ventaja" a la hora de reservar. A su vez, adapta las comidas a las exigencias de los clientes, por lo que elabora platos aptos para celíacos o vegetarianos.

Las reservas que deseen realizarse en horario excepcional de comida deben ser de como mínimo 10 personas y máximo 14 y para las cenas mínimo dos y máximo 15. Todo dentro de un "espacio con personalidad", como la australiana destaca, a la vez que argumenta que "no le gustan los locales que son copias de cafeterías neoyorkinas, porque estamos en Galicia y Oleiros es precioso y se debe destacar".

"No quiero que la gente llene el espacio, sino que sienta que el espacio es suyo", expone, mientras hace hincapié en su especial y breve carta de vinos integrada por tres blancos, tres tintos y un champagne francés, "todos vinos gallegos de producción pequeña y buena calidad-precio" (la botella más barata es de 18 euros y la más cara de 25). Estas primeras semanas el negocio ha estado muy favorecido por el "boca a boca", según su dueña, que especifica que el público es variado: desde parejas, hasta grupos de amigos y familias con niños.

"La gente se muestra encantada y estoy alucinada con la acogida. Los gallegos son cariñosos, agradecidos y educados", dice con orgullo, al mismo tiempo que ya sueña en un futuro no muy lejano con seguir avanzando en su propuesta y poder organizar comidas en entornos idílicos con comensales disfrutando de la experiencia en mesas en medio de la naturaleza.