Eduardo Díaz, responsable de esta nueva etapa del Calpe.

Eduardo Díaz, responsable de esta nueva etapa del Calpe. Quincemil

GastroGalicia

Reabre el Calpe: El regreso de una taberna mítica en la Rúa do Peso de Santiago

Tras cerrar sus puertas en 2018 y una breve reapertura de cuatro meses antes de la pandemia, este sábado vuelve un local histórico de la capital gallega: el Calpe

5 noviembre, 2021 18:41

A escasos metros de Porta Faxeira se encuentra uno de los puntos de referencia para la cultura tabernaria de Santiago de Compostela: la Rúa do Peso, que en las últimas décadas debía su impulso a dos locales históricos, la Fonda y el Calpe. Este último, sin embargo, echó el cierre a finales de 2018.

Un año más tarde tomó el relevo Eduardo Díaz, quien le dio un lavado de cara total al local para, manteniendo ese mismo espíritu, reabrir en noviembre de 2019. El regreso, sin embargo, fue efímero: la pandemia obligó a echar el cierre de nuevo en marzo.

La entrada del Calpe, con imagen renovada (Cedida).

La entrada del Calpe, con imagen renovada (Cedida).

"Es un local muy pequeñito y estrecho, así que con el servicio en barra prohibido era totalmente imposible trabajar", explica en una entrevista concedida a Quincemil Díaz, ansioso por abrir tras más de año y medio de cierre obligado.

Así, este sábado a las 13:00 horas el Calpe volverá a abrir sus puertas con vermú, vinos, cervezas y tapas. La esencia "es la misma, de taberna, de contacto humano", aunque viene acompañada de un cambio de imagen "más adaptado a los tiempos".

Origen

La Rúa do Peso se ha convertido en estas décadas en el último reducto de las tabernas del Casco Histórico de Santiago, antiguamente vinculadas a una Rúa do Franco en la que poco a poco fueron echando el cierre para dejar sitio a los restaurantes, con contadas excepciones.

El Calpe, con su entrada siempre flanqueada por dos barriles a modo de mesa de terraza, fue uno de los pilares de esta resistencia hasta su cierre en 2018. Eduardo Díaz cogió el testigo buscando preservar esa misma filosofía.

"Mi idea es apostar por el público local, por la clientela de la casa: quiero que el Calpe siga siendo parte del tejido de la Ciudad Vieja, un espacio al que ir todos los días y no dedicado solo al turismo", detalla el nuevo responsable de esta taberna que quiere "que siga siendo lo que fue siempre".

Vermú y tapa en la entrada del Calpe (Cedida).

Vermú y tapa en la entrada del Calpe (Cedida).

De este modo, Díaz llegó con la intención de no tocar demasiado lo que ya había, con un lavado de cara "principalmente estético" para hacer el Calpe "un pelín más cómodo", dentro de las posibilidades del local. "La idea era que siguiese siendo una taberna, pero en 2019, no en los años 70", apunta.

El Calpe mantiene su misma estructura, con mucha barra y poca mesa, y con algún que otro elemento "patas arriba": el banco que antes estaba al fondo del local está ahora encima de la barra colgado del techo, igual que una banqueta que esconde una lámpara en su interior.

El azulejo de detrás de la barra continúa en su sitio, igual que el cartel de hierro forjado tan tradicional de Santiago. El principal cambio se encuentra en el formato de consumo: se mantiene la apuesta por el vino de barril, pero cambiando las cuncas por chatos.

La acogida inicial cumplió con las expectativas, con cuatro primeros meses "muy buenos" en los que se logró atraer de nuevo al público local. Hasta marzo de 2020, cuando llegó la pandemia y mandó a parar.

El regreso

Si el cierre y las posteriores restricciones supusieron un golpe para todo el sector hostelero, el mazazo fue doble para un negocio que acababa de iniciar su andadura. "O triple, porque en un local que solo tiene barra no podría tener más que cuatro clientes", precisa Díaz.

Así, la reapertura se hizo imposible hasta ahora, cuando la nueva normalidad llegó a las barras de los bares, ya con aforo completo.

Eduardo Díaz tirando una caña en un renovado Calpe.

Eduardo Díaz tirando una caña en un renovado Calpe.

"Todavía no tengo muy claro cómo he conseguido aguantar hasta ahora: fue un poco por lo que fue cayendo de las insuficientes ayudas y, a mayores, con esfuerzo familiar", prosigue.

Ahora, el Calpe vuelve a abrir sus puertas este sábado desde las 13:00 horas y hasta el cierre. El horario cambiará entre semana, cuando abrirá alrededor de las 18:30 horas, con la excepción de domingos y lunes, con el local cerrado por descanso. En todo caso, los primeros días servirán "para testear un poco" el ambiente, ya que "después de dos años de pandemia los hábitos han cambiado".

Godello Spritz de Campari y su tapa (Cedida).

Godello Spritz de Campari y su tapa (Cedida).

Los que se acerquen a la Rúa do Peso se encontrarán con la misma oferta que en el principio de esta etapa: vino de barril en chatos, una pequeña selección de embotellados, tres grifos de cerveza (Estrella Galicia, 1906 y Punk IPA) y cervezas artesanales "de una fábrica muy pequeñita del Bierzo que produce tiradas muy limitadas".

"Además del vermú, hacia la noche bajamos la luz para cambiar un poco el ambiente, con copas bien hechas y algunos cócteles", añade Díaz.

Tampoco pueden faltar una pequeña carta y las tapas, con la empanada como plato estrella. Las tapas serán estacionales, con potajes, caldo, callos o lentejas para el invierno y salmorejo o ensaladilla en los meses más cálidos.

"El Calpe sigue siendo una taberna, aunque con un pequeño cambio de imagen para adaptarlo a los tiempos: la esencia es la misma y el contacto humano y la cercanía no se han perdido, son nuestra seña de identidad", concluye su nuevo responsable, quien quiere que los clientes se sientan "como en casa" en "un sitio de verdad".