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Verde que te quiero verde: descubre los pimientos de Galicia
Los huertos gallegos esconden cinco variedades autóctonas de pimientos que no te puedes perder antes de que se acabe su temporada
6 septiembre, 2022 08:43Las tierras de cultivo de Galicia siempre se han mostrado como un terreno idóneo para cobijar a una enorme variedad de alimentos, que encuentran su hogar ideal en las condiciones climatológicas de Galicia.
Los agricultores local se ha labrado una destacando en patatas, nabos y grelos, maíces, fabas o tomates. Dentro de la espectacular oferta de productos frescos de gran calidad de Galicia, los pimientos destacan gracias a sus cinco variedades autóctonas: Arnoia, Couto, Oímbra, Mougán y los famosísimos pimientos de Herbón (Padrón).
La importancia y relevancia de estas variedades se traduce en cuatro Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y una Denominación de Origen Protegida (DOP), que cuentan con sus respectivos consejos reguladores que velan por preservar la calidad de la producción de pimientos gallegos.
Aunque tienen varios puntos en común, la característica más llamativa de estos pimientos es que todos se recolectan en verde para su posterior venta en fresco (aunque algunos también se venden en conserva). El verano marca la época ideal para disfrutar de los pimientos gallegos, ya que su temporada comienza a mediados de mayo y finaliza a principios de noviembre. Toma nota: estos son los pimientos gallegos que tienes que probar antes de que se acabe su temporada.
DOP Pemento de Herbón
Poca gente desconoce la existencia de los pimientos gallegos más famosos del mundo. Los pimientos de Herbón son la única variedad de Galicia reconocida con una Denominación de Origen Protegida (DOP), que maraca una zona de producción que engloba los municipios de Padrón, Dodro y Rois (O Sar, A Coruña) y Pontecesures y Valga (Caldas, Pontevedra).
A pesar de esta área geográfica protegida, es importante señalar que más del 90% de los productores reconocidos de este pimiento se sitúan en la parroquia de Herbón, de la que toman prestado su topónimo. Su campaña oficial de producción termina el 31 de octubre, por lo que apenas quedan un par de meses para degustarlos.
De origen mexicano, las primeras semillas de estos pimientos llegaron a Galicia a través de una peregrinación llevada a cabo por los monjes franciscanos del convento de la parroquia. A partir de ahí, su particular forma, sabor y picor (a veces, claro) se han convertido en un símbolo indiscutible de la gastronomía y la cultura gallega.
IGP Pemento de Oímbra
El cultivo del pimiento de Oímbra es uno de los más antiguos de Galicia, llevada a cabo por los habitantes de la comarca de Verín a través de técnicas arcaicas que se fueron perfeccionando gracias al fantástico microclima y la fertilidad de los suelos del territorio.
Territorio que actualmente está delimitado bajo el sello de Indicación Geográfica Protegida, constituida por la totalidad de la comarca ourensana de Verín, compuesta por los municipios de Oímbra, Verín, Castrelo do Val, Monterrei, Cualedro, Laza, Riós y Vilardevós. La principal zona de producción del pimiento se sitúa en un pequeño sector del río Támega.
Al igual que los famosos pimientos de Herbón, es común consumir el pimiento de Oímbra tras freírlo en su totalidad. Sin embargo, gracias a su mayor tamaño (cada unidad pesa casi 195 gramos más que los de Padrón), sus posibilidades en cocina permiten comerlos rellenos, asados o guisados. Además, no tienen capsaicina, por lo que no pican, ofreciendo un olor más moderado y un sabor más suave.
IGP Pemento da Arnoia
Los agricultores de Arnoia, una pequeña localidad ourensana, seleccionaron desde hace mucho tiempo esta variedad de pimiento para cultivarlo en sus tierras, con una IGP que actualmente comprende unos 23 kilómetros cuadrados, contando con el término municipal de Arnoia y la parroquia de Meréns, en Cortegada.
El éxito actual de este pimiento (que durante años no fue conocido por el público debido a su limitada producción y escasa difusión); se basa en la conjunción de muchos factores, desde la selección del material vegetal hasta el microclima de la zona y su regado con agua de manantial.
Todo esto da lugar a un pimiento excepcional, con un tamaño que va desde los 50 a los 90 gramos y un color verde claro brillante y llamativo. Su olor ofrece un aroma intenso y su carne (que también se suele consumir frita), da lugar a un untuoso sabor dulce.
IGP Pemento do Couto
Este pimiento, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XVIII, se caracteriza por su similitud en tamaño y forma con los pimientos de la DOP Pementos de Herbón, con una diferencia remarcable: los pimientos de O Couto no pican.
La creación de esta variedad tienen una interesante historia detrás: el prior ilustrado Felipe Colmenero fue una de las grandes figuras del monasterio de San Martín do Couto, en Narón; y recibía asiduamente a su colega el Padre Sarmiento. Juntos, celebraban veladas donde no faltaba la comida gallega, pimientos incluidos. Sin embargo, el Padre Sarmiento se quejaba del picor de estos, lo que tocó la fibra sensible de Colmenero, que trabajó en sus ratos libres hasta conseguir con una selección de plantas de pimientos que no picaran (y lo consiguió).
Actualmente, este pimiento de sabor dulce y con escasas semillas se produce, dentro de los limites de su IGP, en los municipios de Narón, Valdoviño, Fene, Mugardos, Ares, Cedeira, Moeche, As Somozas, San Sadurniño, Neda y Ferrol.
IGP Pemento de Mougán
De manera muy similar a la historia de los pimientos de Arnoia, los pimientos de Mougán responden a un ecotipo local cultivado desde tiempos muy remotos por los agricultores de Guntín, aunque su difusión se vio afectada por su escasa producción.
Sin embargo, sí que existen testimonios de emigrantes que, fascinados por el sabor de estos pimientos, intentaron llevar semillas a otras zonas de España con resultados muy pobres, relevando la gran importancia de contar con el ecosistema ideal para el cultivo de los pimientos.
El nombre de Mougán se debe a una de las parroquias del Concello de Guntín, que era de donde partían los pimientos dispuestos a ser vendidos en el mercado. Su tamaño no es muy grande, ya que puede alcanzar unos 15 gramos de peso máximo, aunque es fácil de reconocer por su forma de “morro de vaca”. Su sabor es dulce con ligeros toques picantes, ofreciendo un aroma moderado y una textura fina y sustanciosa.