Desde hace 40 años, la cafetería Ana Kiro del barrio coruñés de Elviña está regentada por Ramón Becerra, al que se unió con el paso de los años su mujer, Lucinda Villanueva. Los inicios del local están ligados a la célebre cantante gallega ya fallecida Ana Kiro, debido a que ella abrió el establecimiento que continúa siendo conocido con su nombre a modo de respeto y homenaje.

En su interior está presente un gran vinilo a modo decorativo de su álbum ‘Galicia Terra Meiga’ que alcanzó el número 1 en ventas en España en 1973 llegando a superar al mismísimo Julio Iglesias.

Foto: Quincemil

Para aquellos que no conozcan las letras de sus éxitos pueden ver parte en las paredes de la cafetería, cuya actividad comenzó en julio de 1983 y de la que la cantante estuvo al frente los primeros tres años. Posteriormente se lo alquiló durante unos años y posteriormente fue vendido a su actual dueño. "Seguimos siendo los mismos aburridos de siempre", dice Becerra con retranca, que expone que trabajan adaptados a la zona y apunta que "estos años que llevamos aquí será por algo".

Se presentan como "gente humilde que trabaja cocina tradicional con una clientela muy fiel", sobre todo gente del barrio, además de la que les visita esporádicamente de otras zonas. El servicio es amplio, dado que abren a las 08:00 horas y sobre las 13:15 ya tienen disponible el plato del día correspondiente, a lo que siguen tardes tranquilas de café y conversación de los vecinos con café caliente y deliciosas rosquillas caseras.

Foto: Quincemil

Jueves de callos y clásicos como la tortilla o ensaladilla

Entre los platos que se pueden comer diariamente en el Ana Kiro se encuentran desde carne asada, arroz, lacón asado o pollo asado al horno hasta los callos típicos de los jueves o elaboraciones con verdura como coliflor, judías, lentejas…En definitiva, "comida de toda la vida" entre la que se pueden escoger tres primeros y tres segundos, además de algunos platos de cuchara como el caldo gallego, muy solicitado sobre todo ahora en época otoñal.

Las empanadas que sirven son también de elaboración propia y otro de los platos con fama entre la clientela es la ensaladilla. La tortilla es otra de las opciones más populares y sobre ella los responsables del local cuentan que ha sido consumida por presidentes de la Xunta y conselleiros, dada la proximidad de la cafetería a la delegación de la Xunta en A Coruña, que está situada a pocos metros.

Los pescados frescos también tienen cabida, en especial bacaladitos rebozados, dorada al horno o pescadilla a la plancha, entre otros.

Foto: Quincemil

La mano casera también se nota en los postres y no es otra que la de Lucinda, que ofrece a sus clientes flan de café, flan de huevo, rosquillas, bizcochos, tarta de la abuela, mousse de queso crema y limón, arroz con leche, bizcochos o tarta de manzana. Para amenizar la comida, es posible consumir vinos para "chatear", como Riojas, Riberas del Duero, Godellos o Mencías.

Raciones y pasado hostelero en Inglaterra

Becerra explica que en la cafetería hacen raciones entre las que siempre intentan tener un calamar fresco bien elaborado, pulpo, croca o raxo, siempre con una calidad-precio óptima, que indica que "les ha permitido mantenerse estos 40 años". Para ello ajustan precios con platos del día, postre y café por unos 11 euros, algo asequible para la mayoría de los bolsillos.

El local es amplio, con capacidad en el interior para unas 40 personas en un espacio en dos alturas, además de la terraza. Sobre el futuro, el dueño ya cuenta los días para retirarse, no si antes dejar las riendas de la cafetería en buenas manos, algo para lo que ya reconoce que tiene fichajes.

Entre los momentos más especiales que la pareja responsable del Ana Kiro ha vivido entre esas cuatro paredes está el 65 cumpleaños de él, cuando clientes y amigos de Galicia y del extranjero se reunieron para celebrar desde el mediodía hasta la madrugada.

Foto: Quincemil

En estos años también han recalado en el local actores dela Televisión de Galicia (TVG) e incluso el célebre narrador, ensayista, periodista y poeta Neira Vilas. Asimismo, el Ana Kiro tiene en su esencia un pasado hostelero que comenzó en Inglaterra, concretamente el de Ramón, que llegó allí en 1973 con tres opciones laborales que se le presentaron: colegios, hospitales u hostelería, y eligió la última.

Recuerda con cariño que comenzó desde abajo pelando patatas en la cocina de un hotel, que tras un tiempo pasó al comedor y finalmente hasta consiguió ser responsable de un alojamiento con bar en los nueve años que pasó en el extranjero.

Tras ese tiempo, por razones familiares de salud de sus padres regresó a Galicia, donde tuvo que empezar de cero, y estuvo en bares de la ciudad herculina hasta que llegó al Ana Kiro por casualidad, a raíz del aviso de un amigo que regentaba la cafetería y le avisó de que necesitaban un cocinero.

A su vuelta, en el 85 se casó con Lucinda, con la que lleva 38 años como compañera de vida y 33 trabajando mano a mano, algo que lejos de separarles, les une. "Yo no la cambiaría por nada", dice con una sonrisa mirando a su pareja y ambos con la ilusión de una jubilación cercana tras el trabajo bien hecho de tantos años.

Foto: Quincemil