Ponerse en forma a partir de los 40 años puede parecer a priori un reto complicado, pero con constancia y dedicación todo se puede lograr. Eso sí, es importante saber que a esta edad el cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios por lo que es importarse marcarse una serie de objetivos realistas con los que mantener la práctica del ejercicio a lo largo del tiempo.

El deporte en sí mismo puede tener un efecto muy beneficioso, pero también perjudicial si no se hace de manera adecuada. Por ello, antes de iniciar cualquier actividad, es aconsejable consultar a un preparador físico, quien determinará los pasos a seguir, así como si es necesario que esta también esté supervisada por un profesional de la salud.

¿Cuáles son los principales cambios que experimenta el cuerpo a partir de esta edad?

Envejecimiento de la piel, cambios en el peso corporal y disminución de la masa muscular. Estos son algunos de los principales cambios que el cuerpo comienza a experimentar a partir de los 40 años, motivo por el que es fundamental mantener unos hábitos de vida saludable en los que incluir una rutina de deporte.

Así, el deporte anaeróbico – aquel de alta intensidad – podrá mejorar la frecuencia cardíaca, así como la presión arterial, mientras que aquellos centrados en la fuerza lograrán un mantenimiento o aumento de la masa muscular, pero también tendrá beneficios a nivel cognitivo y neurológico, según cuenta a Quincemil Carlos Seijo, preparador físico en JK Entrenamiento Personal.

"Hay que tener en cuenta la edad, pero el deporte – sea el que sea: fútbol, surf, voleibol – siempre que tiene que realizarse de manera progresiva", explica al tiempo que señala que "los cambios son más lentos, especialmente para las mujeres, ya que a esa edad el pico de densidad mineral ósea comienza a verse afectado por la pre-menopausia".

¿Cuáles son los deportes más indicados?

No hay un deporte más indicado que otro para esta franja de edad, pero es imprescindible atender a las características de cada persona. "Si nos damos una vuelta por el Paseo Marítimo de A Coruña, por ejemplo, seguramente nos encontraremos a más de una persona corriendo a pesar de tener obesidad, a pesar de no ser lo recomendado", apunta Carlos Seijo.

En términos generales, si no tiene ninguna contraindicación médica, "el mejor deporte que puede practicar es el que mantenga en el tiempo". Así, existen una infinidad de opciones para todos los gustos: fútbol, baloncesto, yoga, pilates, natación, running o incluso otros de más alta intensidad, como el crossfit.

Una monitora imparte una clase de yoga.

¿Entrenamientos de fuerza o ejercicios de alta intensidad?

"Lo idóneo es combinar ambas metodologías para lograr todos sus beneficios", afirma Carlos Seijo, quien pone especialmente el foco en los entrenamientos de fuerza, ya que "ayudan a aumentar el metabolismo" y, además, "son uno de los referentes en la pérdida de grasas, especialmente de la visceral", que es aquella que se localiza en la cavidad abdominal, cerca de órganos vitales.

Por otra parte, el entrenamiento de alta intensidad – también conocido por sus siglas en inglés HIIT (High Intensity Training) – permite quemar más calorías, mejora la capacidad cardiaca y pulmonar, y aumenta el rendimiento, así como la tasa metabólica, entre otros múltiples beneficios.

¿Es recomendable ponerse metas o pequeños objetivos?

Tener un faro al que poder apuntar es un básico a la hora de comenzar una actividad deportiva, pero "las metas a corto plazo ayudan a mantener la motivación en el día a día, especialmente en aquellos que no nos apetece entrenar", matiza el preparador físico de JK Entrenamiento Personal.

"Las metas tienen que tener un marco temporal realista y, además, deben ser alcanzables. Estamos muy mal influenciados por las redes sociales, donde vemos resultados que para el común de los mortales no son alcanzables. El nivel de esfuerzo y disciplina de muchos de estos cuerpos está fuera de lo común".

¿Es importante contar con un preparador físico que guíe esos ejercicios?

Para Carlos Seijo, el compromiso va un paso más allá cuando tienes una persona a tu lado "celebrar tus éxitos, pero también rendir cuentas". La figura del entrenador personal asesora cómo deben ser pasos a seguir para tener unos hábitos de vida saludable e incentiva la práctica deportiva, ya que "lo más importante para conseguir los objetivos es ser constantes en el tiempo".

La alimentación también es un pilar fundamental en cualquier programa de ejercicio, por lo que – en la gran mayoría de ocasiones – es recomendable contar con un nutricionista. También hay que hablar del descanso, "uno de los grandes olvidados". "Debemos tratar de cuidar la calidad y las horas de sueño para que nuestros músculos se recuperen", concluye Carlos Seijo.

Un preparador físico guía un entrenamiento.