Lo más recomendable es llevar sandalias con sujección

Lo más recomendable es llevar sandalias con sujección Shutterstock

Salud

Cuidar la salud de los pies durante el verano en A Coruña:  "Una chancla no es el calzado ideal"

En verano se hace uso de calzado abierto, pero algunos modelos pueden provocar molestias o daños más graves en los pies si se usan de forma habitual

12 julio, 2024 05:00

Con la llegada del verano cambia el armario y los abrigos y jerséis dan paso a prendas más frescas, del mismo modo, las botas y katiuskas dan paso a las sandalias que dejan respirar el pie. Navor Pereira, podólogo y miembro de la junta directiva del Colexio de Podólogos de Galicia, asegura que "el calzado abierto es lo lógico en verano, y en días calurosos conviene llevar calzado abierto", sin embargo, no todo el calzado veraniego es igual y a la hora de elegir cuál llevar hay que tener en cuenta algunas recomendaciones para salvaguardar la salud de los pies.

Lo más importante a la hora de elegir un calzado veraniego es que éste "vaya unido a nuestro pie", señala Pereira. Así, la opción elegida debe tener "una buena sujeción en el antepié y algún tipo de abrochadura en el retropié o en el tobillo" de modo que el talón quede "sujeto". Ese es el caso de las sandalias con hebilla o velcro que proporcionan sujeción a todo el pie, pero no entrarían en ese supuesto las sandalias tipo zueco o la mayoría de las chanclas.

"Una chancla no es el calzado ideal, por lo menos para caminar mucho", indica Pereira, especialmente aquellas que no sujetan el pie por detrás y dejan el talón separado. Aunque sí podrían usarse para momentos puntuales, como "para movernos de la toalla a la piscina o para ir al chiringuito a tomar algo". El podólogo recomienda asimismo evitar "suelas excesivamente finas o duras", especialmente si no se está acostumbrado a ellas.

Un tipo de sandalias

Un tipo de sandalias Shutterstock

Además, el verano es también época de celebraciones, ocasiones en las que se puede optar por el uso de tacones. El experto desaconseja su uso pero, en caso de llevarlos, aconseja optar por "tacones anchos y de la menor altura posible", y tenerlos puestos "el menor tiempo posible", ya que existe "una relación directa de daño con el tiempo de uso y la altura". "Se puede utilizar de todo, pero usando la lógica", asegura.

Por último, Pereira pide prestar especial atención a la protección solar, "ya que las quemaduras en el dorso del pie son relativamente habituales durante el verano y además de incómodas, es una zona de riesgo de desarrollar melanomas, un tumor especialmente agresivo y con una alta letalidad", advierte.

Problemas derivados de un mal uso del calzado

El uso de un calzado incómodo o inadecuado puede generar problemas que van desde la molestia, pasando por rozaduras y heridas, hasta llegar a causar problemas más serios que se pueden dar con su uso prolongado.

Por ejemplo, Pereira detalla que uno de los efectos más comunes del uso de tacones es la metatarsalgia, es decir "el dolor debajo de las calzas metatarsales", en la parte anterior del pie, bajo los dedos. Si embargo, "cuando una persona no escucha al cuerpo y cuando este dolor se mantiene durante mucho tiempo, puede llegar a generar una lesión crónica".

"Puede llegar a ser una inflamación articular, una artrosis temprana o lesiones de otro tipo. Además, el calzado de tacón, como suele comprimir la zona de los dedos, es más fácil que puedan generar la famosa neuritis de Morton, que ahora está tan de moda con la reina Letizia, o juanetes", relata el experto. Por su parte, el uso prolongado de tacones, y también de chanclas o calzado que no sujeta el pie correctamente "puede favorecer tener dedos en garra".

Dolor en la zona metatarsal

Dolor en la zona metatarsal Shutterstock

También deben tener cuidado con el calzado que eligen aquellas personas que durante todo el año llevan tacones o zapatos con plataforma y en verano eligen sandalias con una suela demasiado fina, ya que ese cambio drástico también puede repercutir en la salud de los pies.

Además, Pereira señala que el calzado abierto en general favorece que la piel se reseque más, por lo que "tenemos que prestar más atención a la hidratación", y cuando se va a la playa hay que "endulzar la piel", es decir, "retirar el salitre".

Calzado barefoot y andar descalzos

Otro calzado que lleva años entre nosotros pero que se ha puesto mucho de moda últimamente son los zapatos y sandalias "barefoot", que disponen de una suela más fina y adaptada a la forma del pie, para imitar el andar descalzo y permitir que las estructuras que conforman el pie hagan el trabajo para el que están preparadas.

Pereira asegura que se trata de un "calzado como otro cualquiera" pero que busca "un pie más protagonista, donde la musculatura y las articulaciones tienen que tolerar las cargas que realmente nos tocan", por lo que es una opción elegida por muchas personas que buscan fortalecer sus pies y mejorar una funcionalidad que muchas veces se ve atrofiada con el uso del calzado.

Con todo, el podólogo recuerda que si nunca se ha usado un calzado de este tipo hay que hacer el cambio de forma paulatina. "Durante toda la vida llevamos calzado que hace que nuestro pie tenga que trabajar menos de lo que debiera, por lo que, si de repente nos cambiamos a este tipo de calzado, el pie puede quejarse", detalla.

"Una persona que ha usado tacones durante 25 años tiene que ir bajando paulatinamente esa altura de tacón para poder pasarse a un tipo de calzado de este tipo", añade.

Una persona camina descalza por la playa

Una persona camina descalza por la playa Shutterstock

Finalmente, preguntado sobre los posibles beneficios de andar descalzos, el podólogo apunta que "nacemos descalzos", y nos calzamos "para evitar herirnos por un tema social", por lo que, asegura, "caminar descalzo es un buen ejercicio para los pies".

Y es que, cuando vamos descalzos, "tenemos una mayor autopercepción de la marcha, es decir, tenemos que ir más pendientes del suelo y marcamos mejor las fases de la marcha y nuestra musculatura y las articulaciones trabajan más". Con todo, Pereira no entra a valorar si caminar descalzos es más saludable o no, aunque, recuerda, "es lo natural".